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Louis entró al edificio con la nueva identificación que Shawn le había dado, el guardia llamado Hans lo vió y lo evitó, se veía temeroso ante la presencia del omega y eso solo hizo reír a Louis. Un gran alfa musculoso temiendo de un omega pequeño y flaco como él, vaya sorpresa.
El omega subió por el ascensor, dejó salir un bostezo y tomo su celular para revisarlo. Tenía un par de notificaciones con mensajes de Niall y otros tantos de Eros y Edward. Este último estaba bastante preocupado porque Louis había trabajado toda la noche en el bar y le había hablado a Edward y Eros sobre el plan, hasta que el bar cerró.
Edward no se veía muy conforme, más que nada porque no quería que Louis trabajara para el idiota de Harry y Eros simplemente apoyaba completamente la idea, pero dejaba en claro que quería que los días domingos se mantuvieran tal cual, Louis aceptó sus condiciones, por supuesto.
Al ver las oficinas entró con cuidado, llevaba cuatro cafés en la mano, uno suyo y los otros de los alfas que trabajaban en el edificio. Al principio pensó que las secretarias también querrían que hiciera tareas por ellas, pero fueron ellas mismas las que se negaron de manera amable porque al fin y al cabo era su trabajo, él solo tenía que ser de ayuda para los jefes.
—Hola Lily ¿está Liam? —cuestionó.
—Si Lou, está esperando su café y el periódico – sonrió.
—Aquí lo traje, sé que no pidieron nada pero les traje unos pastelitos que mi abuela horneo —le mostró la bolsa que traía colgando de la muñeca.
—Eres un ángel, hoy vine tan temprano a terminar un reporte que no pude desayunar, esto era lo que necesitaba —dijo tomando la bolsa— Ve con el señor Mendes, está en su oficina y el señor Styles no tarda en venir.
Louis se acercó, saludo rápidamente a la secretaria de Shawn al verla levantarse para pedir un pastelito y tocó la puerta recibiendo un "pase" rápidamente.
—Hola Shawn —saludó con una sonrisa— Aquí está tu frappe.
—Gracias Lou —le agradeció recibiendo el vaso con el café— necesitaba esto.
—No hay de qué Shawn ¿necesitas algo más? —preguntó.
—Sí, necesito que lleves estos papeles a la oficina de Harry y los de esta carpeta quiero que los lleves a recursos humanos, ayer rápidamente les explique que necesitábamos una recepcionista y llego un reemplazo pero no es permanente, necesito que publiquen este aviso para contratar a alguien nuevo —mostró.
—Claro —asintió y se dio la vuelta para salir de la oficina con dos cafés en la mano.
Louis salió rápidamente de la oficina y se acercó a la de Harry.
—Camila ¿está el señor Styles? —preguntó viendo como la chica comía de manera delicada el pastelito, Camila le parecía más una modelo que una secretaria.
—Sí, acaba de venir y creo que viene de malas —hizo una mueca— Será un día duro —suspiró.
—Tú puedes Cam —la apoyó mientras se acercaba para tocar la puerta.
En cuanto recibió permiso para pasar, abrió la puerta encontrando las cortinas corridas y un alfa bastante cansado revisando muchos papeles. El día anterior lo había visto también y había sido igual, Harry no hacía nada más que trabajar y con suerte almorzaba, incluso a veces parecía quedarse hasta muy tarde en la oficina.
—Señor Styles, aquí está su café —mostró dejando el café americano en la mesa— Además el señor Menees le envió estos papeles, dice que necesita su firma.
—Gracias —agradeció sin verlo, desde el día anterior no lo había visto ni una sola vez.
—¿Está bien señor Styles? —cuestionó preocupado.
—Por supuesto que estoy bien, ve a hacer tu trabajo, no pierdas tiempo —demandó de manera seria pero su voz no sonaba tan segura a oídos de Louis.
—Bien, pero puede hablar conmigo si pasa algo, usted ya lo sabe —murmuró mientras se alejaba con su propio café.
Louis salió rápidamente y antes de avanzar un poco más, estornudo. Cada vez que entraba a la oficina de Harry era molesto, porque siempre estaba ese horrible olor dulzón que le daba hasta náuseas, le molestaba que el alfa llevara el aroma de otro omega, pero no podía hacer nada. Simplemente suspiró, dejó su café en su propio escritorio y se dirigió al ascensor.
—Lou ¿llevas esto a publicidad? —cuestionó la secretaria de Shawn.
—Claro Maia —asintió tomando la carpeta.
Así era el día en esa oficina, se la pasaba de arriba para abajo, enviando archivos de un lado a otro y aunque era agotador, al menos podía ver a Harry y pensar en un plan de acción, porque ya estaba cerca, ahora solo faltaba poder hablarle un poco más.
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Louis salió del ascensor con cafés y papeles en mano, se acercó a cada oficina dejando el respectivo café y a las secretarias dejándoles un pequeño dulce para que pudieran comer y reponer energías. Ya llevaba dos semanas en el lugar y se sentía cada vez más cómodo trabajando allí, aunque extrañaba el bar, siempre sucedía algo interesante por las noches.
Estando ya en su escritorio, revisó su computadora esperando que alguien le enviara algún mensaje pidiendo de favor que bajara para recoger documentos o para recoger el correo. Sin embargo se levantó de manera rápida y sin esperar nada más entró en la oficina de Harry, ahí lo vio con la cabeza entre sus manos, casi jalando su cabello y llorando. Era como si Harry estuviera teniendo un ataque de pánico en ese momento.
—Harry —lo llamó Louis preocupado acercándose— Harry mírame —pero el alfa se negaba a dejarse ver así de débil— Alfa mírame, por favor.
—Lo-Louis —murmuró levantando la mirada, era una llena de dolor y confusión— Ayúdame, ya no puedo más, ya no puedo.
Louis solo veía como el alfa se desmoronaba en sus brazos, sollozaba y no gritaba solamente porque no tenía fuerzas para eso. El corazón de Louis dolía demasiado y quería, no, necesitaba tener a Edward y Eros también allí. Pero sabía que en ese momento no podían, trato de calmarse y acarició el cabello de Harry, el cabello se veía seco y sin vida.
—Ya, alfa, todo está bien —intentó calmarlo— Estoy aquí, estaré aquí para ti siempre pero necesito saber que pasa.
—No puedo ser el alfa que ella quiere —negó con lágrimas en los ojos— Lo he intentado, lo he intentado con todas mis fuerzas, pero no puedo serlo —sollozó.
—Tu eres perfecto tal y como eres, no necesitas cambiar —negó mientras acariciaba su cabeza.
—No soy perfecto —negó— Hice tantas cosas horribles por ella, dejé a mis hermanos, a mis padres, a mis amigos —sollozó con fuerza, recordando todo lo que había hecho— No soy suficiente, no fui suficiente.
—Alfa tu eres más que suficiente, si ella no lo valora, es porque no es para ti —negó con cariño intentando alejar un poco al alfa para verlo.
—Edward tiene razón soy un idiota, un pésimo hermano, mis padres estaban tan orgullosos de mí y ¿ahora? Siento que no he logrado nada, todo el crecimiento de la empresa es por Shawn y Liam, yo no sirvo para nada —negó alejándose del omega para abrazarse a sí mismo— No soy el hermano perfecto que todos pensaban, no soy nada, soy solo el peor hermano del mundo. Soy una mierda de persona, ella tiene razón ¿quién me querría en su vida? Ya ni mis hermanos me querrían.
—Harry eso no es cierto, tus hermanos te aman, tus amigos también y tus padres siempre lo harán, ellos están orgullosos de ti —explicó acercándose para tomar su rostro y obligarle a verlo a los ojos— Eres un alfa increíble, no la necesitas en tu vida, ella no es buena para ti, mira cómo estás y todo por palabras estúpidas que ella te dijo.
—T-tú no sabes nada Louis, hice cosas malas —negó molesto consigo mismo— Hice de todo para hacerla feliz —gruñó— Y aún así me engaño y lo sigue haciendo a pesar de que la descubrí.
Louis entonces tomo el celular del alfa, al verlo estaba en una conversación con la que suponía era Barbara, ella le ordenaba que se quedara en el trabajo hasta muy tarde porque ella pasaría tiempo de calidad con un alfa de verdad que si la pudiera satisfacer, no como él que no podía hacer ni eso. Leyó un poco más de la conversación y siempre era lo mismo, ella hablando de la boda, Harry apenas opinando y después mensajes horribles, denigrando a Harry como alfa, incluso pidiéndole fotos de su miembro y cuerpo.
Louis se sintió tan mal que simplemente dejó el celular de lado y se acercó a Harry, lo abrazó, lo dejó sollozar pero Louis ya no resistía mucho, no podía dejar que el alfa regresara con esa mujer. Escuchó su celular sonar y lo tomó, era Edward, preocupado por todas las emociones que sentía en un lazo que no estaba del todo hecho pero si lo suficiente para saber que algo malo pasaba.
—Edward —sollozó— Ven a la empresa, ven por mí, alfa —pidió y colgó, sabía que Edward llegaría tan rápido como pudiera— iremos a casa, no volverás con ella, no lo harás, yo seré tu omega ¿sí? Solo nos necesitas a nosotros, no a ella, por favor Harry deja que te ayudemos —sollozó y esta vez fue Louis quien fue envuelto entre los brazos del alfa.
Se mantuvieron en la misma posición durante un buen rato, escuchaban como Camila tocaba la puerta preocupada pero Harry solo le pedía que no entrara. Cuando menos se dieron cuenta, Edward entró por la puerta junto a Eros, ambos preocupados tanto por Louis como por Harry.
—Omega —lo llamó Edward preocupado.
—¡Alfas! —exclamó, incluso sus ojos estaban de un tono dorado muy bonito— Vamos a casa, todos vamos a casa por favor —suplicó con lágrimas en los ojos.
—Está bien, vamos —asintió— Eros lleva a Louis, yo me encargo de Harry.
—Sí, ven Lou, vamos a casa —sonrió abrazándolo por los hombros, dejando que el omega olfateara su delicioso aroma a limón.
—Vamos Harry —habló Edward mientras ayudaba a su hermano a pararse, Harry no tenía realmente fuerzas para nada.
—Pero el trabajo —murmuró— Si ella se entera, se va a enojar conmigo y va a ser horrible, Edward ella se va a enojar —exclamó asustado.
—No dejaremos que se te acerque, ahora vamos a casa, nuestro omega te necesita —aclaró con voz firme.
—Omega, sí —asintió dejándose guiar más que nada por su lobo.
Los cuatro salieron de la oficina y Shawn simplemente aceptó hacerse cargo de la empresa por unos días, además de no dejar entrar a Barbara. Louis se acomodó en la parte de atrás del auto y Harry se acomodó a su lado, ambos abrazados dándose confort. Eros se acomodó del otro lado de Louis para abrazarlo también, dejando salir su olor a limón para calmarlos a ambos.
Cuando Louis les había hablado del plan de trabajar en la empresa de Harry habían aceptado, porque de esa manera podrían saber que Harry estaba bien y tranquilo. Jamás esperaron que un día Louis les rogara que los fueran a traer, mucho menos esperaron encontrar tanto a Louis como Harry con sus lobos muy en la superficie, destrozados y buscando consuelo en su pareja.
Edward quería saber que había pasado, realmente jamás había visto a Harry así, recuerda que incluso Harry casi lo mataba después de tener una pelea. Desde aquella pelea, Harry jamás había vuelto a golpearlo enserio, pero siempre lo había admirado por ser siempre tan correcto, tan serio y tan educado, jamás pensó que su hermano podría llegar a llorar tanto.
Al llegar a su pent-house, los cuatro subieron rápidamente y se acostaron en la cama de Edward, solo porque era la habitación más cercana a la puerta. Harry y Louis estaban en el centro, a los lados estaban tanto Edward como Eros, buscando cubrirlos con sus aromas. No pasó demasiado tiempo hasta que tanto Harry como Louis quedaron completamente dormidos.
—¿Qué habrá pasado? —cuestionó Eros preocupado.
—No lo sé, no me gusta esto pero debemos protegerlos —aseguró con un suspiro
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