Acto VII Prisoners

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Toldmirr IronSide, Mountand Slayer.

Calabozo de la Embajada de los Thalmor en Markarth.

Nos llevarnos a su estúpida embajada bajo la mirada de todos los ciudadanos, nos separaron y enviaron adiferentes lugares.

Estoy preocupado por los demás. Ellos no son tan fuertes como yo.

Pero confió en Fen.

Me llevaron bajo tierra, a una habitación de tortura, cillas, grilletes, sangre seca en la pared. No estaba impresionado.

Había una mesa de piedra en el centro de la habitación, también con cadenas.

Que originales.

--- “METETE AHÍ BASURA”

Entre tres elfos intentaban hacer que entrara a la habitación, yo estaba con grilletes en pies y manos y aun no podían conmigo.

Con mi cabeza golpee con fuerza la nariz de uno de ellos.

--- “MALDI…TOSEAS”

La sangre broto de su nariz.

- He…

--- “¡AYUDAAA!” ---

Del pasillo salieron otros cuatro guardias.

Con las manos encadenadas a mis pies no podía moverme mucho, pero les estaba dando pelea.

--- “AAAAh” ---

Una lluvia de golpes cayó sobre mí.

Me golpearon un ojo, me rompieron la nariz, la boca.

--- “¡Rápido!” ---

Uno de los guardias tomó una maza de hierro, que reposaba colgada de un clavo de la pared.

Estaba envuelta en tela y tiras de cuero.

El primer golpe apenas me dolió, el segundo no tanto, y los siguientes… bueno.

--- Quítale la armadura idiota!!! ---

Uno de estos mierdas tomo una daga elfica de su cinturón y corto las correas de mi armadura como si no fuera nada. Solo quedaba mi cota de malla y la camisa.

--- “¡tiene cota de malla!” ---

--- “¡ya lo veo idiota!” ---

--- “¡quítasela!” ---

--- “en ello” ---

Uno de ellos tomo una especie de pinza de hierro con bordes gruesos y filosos, empezó a cortar.

--- “sosténganlo bien” ---

--- “Que crees que hago” ---

--- “¡somos seis y no podemos con él!”

Eslabón por eslabón cortaron la cota de malla, también corto mi camisa dejándome desnudo de la cintura para arriba.

--- “¡Ahora! ¡Golpéalo!” --
Los golpes con esa maza eran para someter.

Causaban hematomas graves y sangrado interno, no estaba hecha para herir de gravedad, era solo para infligir dolor.

La maza golpeo con furia mi estómago, pecho, hombros, clavículas, mi cara, no estaba respirando bien. Tenía torcida la nariz.

--- ¡MALDITA SEA! ¡PORQUE NO SE SOMETE! ---

Estos putos orejas largas no sabían blandir un arma. Meterme en esta habitación no les iba a ser sencillo.

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