CAPITULO 2

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Betiri

Una semana mas tarde...

Los días pasaron volando, Ezequiel está bien de la rodilla, aunque siempre pregunta por la hermana de Anaut y Enzo también se suma, no entiendo como hizo Victoria para que le caiga bien mi hijo. No ha pasado nada fuera de lo común.

Por otro lado, no hemos visto a la hermana de nuestro vicepresidente por ningún lado, nos percatamos que él está un poco desesperado e inquieto por ello.

¿le habrá pasado algo a esa mujer?

Sacudo mi cabeza porque no es importante para mí, siento que alguien estira de mi chaleco, bajo la mirada cuando iba a preguntarle algo al niño un grito me interrumpe.

— Anaut necesito ayuda — grita el presidente y frunzo mi ceño, me levanto con mi amigo, nos vamos directo hasta donde se encuentra.

Carajo, Victoria malherida ¿Cómo pasó esto?

— Ayúdenme a levantarla, no podemos dejarla aquí — ordena Ezosi, los dos salimos de nuestra burbuja y nos aproximamos para agarrarla cuando estamos en la habitación de Anaut.

—¿Qué fue lo que pasó? — pregunta Anaut con un tono de enojo.

—No sé, nosotros le encontramos, en una plaza. Llegaremos al fondo de esto. No te preocupes — dice el prez.

—Betiri trae la maleta y al animal peludo que están en el auto — ordena.

—¿Por qué una maleta y un animal están en tu auto? — cuestiona el hermano de la herida.

— Ella tenia esa maleta al lado de ella, Anaut. Deja de hacerme preguntas porque me estoy poniendo nervioso. Llama al doctor para que revise a tu hermana — ordena y se da la vuelta, me mira.

— ¿Qué haces ahí parado? Ve a buscar la maleta y al perro — gruñe y salgo con rapidez de ahí, es mejor no hacerlo enojar.

¿Por qué ella estaba en una plaza? ¿Qué hacia una maleta?

Sacudo mi cabeza y sigo mi camino, al llegar a la camioneta, observo al pequeño cachorro, sonrío, abro la puerta y bajo la maleta igual que el perrito, le pongo en el suelo.

— Vámonos — digo al cachorro quien ladra con suavidad, siento los pasos del perrito hasta llegar a la habitación de Anaut, trata de subirse a la cama con desesperación ya que su dueña está herida e inconsciente, el cachorro logra subirse, se pone al lado de victoria y se queda dormido.

— ¿Quién es el cachorro? — pregunta Anaut al entrar a la pieza.

— De tu hermana — respondo, no dice nada y se aproxima a ella, acaricia su cabello y observa que tiene una sonrisa triste.

— Ella no pudo conseguir trabajo. Tuvo que salir de donde estaba ¿Por qué no me dijo nada? — comenta con un tono de tristeza. Observe que la pequeña Katsaros abre poco a poco sus ojos.

— No quería preocuparte — contesta con un tono débil.

— ¿Victoria? Despertaste, hermanita. El doctor vendrá enseguida para curarte ¿De acuerdo? — expresa con alegría mi hermano y ella cierra sus ojos de nuevo haciendo un gesto de dolor.

— No te muevas — es lo único que digo, ella me mira por unos segundos luego aparta su mirada al sentir a su perro al lado de ella.

— Wok, estas bien — dice alegre, trata de abrazarlo, pero no puede hacerlo.

— ¿Qué fue lo que pasó? — indago y ella baja la mirada empieza a llorar a la vez temblar.

Victoria

Una semana mas tarde...

Después del hospital, me sacaron del apartamento donde me hospedaba y ahora no tengo donde ir, hace una semana que estoy viviendo en la calle y debo admitir que es sumamente difícil. Presto atención a mi alrededor al escuchar que unos pasos vienen hacia mí.

— Miren a esta preciosura que encontré — grita un hombre atrás mío lo cual me hace poner en alerta al oír de nuevo.

¿Cómo salgo de esta situación?

Me levanto de la banca comienzo a correr sin mirar a nadie, pero uno de ellos son más rápidos y me alcanza, me caigo en el suelo.

— Carne sabrosa — es lo único que escucho antes de recibir un fuerte impacto que me deja inconsciente.

No sé cuánto tiempo ha pasado, pero siento que alguien lame mi cara y ladra; es Wok, un perrito que he encontrado hace unas semanas en el parque.

Abro apenas mis ojos y miro al presidente de Wolf Kings frente mío con unos cuantos hombres.

— Todo estará bien, Victoria — dice una voz ronca, trato de sacarme, pero me duele todo el cuerpo,cierro de nuevo mis ojos y caigo de nuevo en el brazo de Ezosi inconsciente.

Horas más tarde...

Escucho murmullos, reconozco la voz de mi hermano y mi futuro esposo.

— No quise preocuparte — es lo único que reparar

— ¿Victoria? Despergusto, hermanita. El doctor vendrá enseguida para curarte ¿De acuerdo? — expresa con alegría mi hermano y ella cierro mis ojos de nuevo haciendo un gesto de dolor.

— No te muevas — es lo único que dice Betiri, miro por unos segundos luego apartar mi mirada al sentir a mi perro al lado mío.

— Wok, estas bien — hablo con alegría, trata de abrazarlo, pero no puedo hacerlo.

Me duele mucho.

— ¿Qué fue lo que pasó? — indaga con interés Betiri, y bajo la mirada empieza a llorar a la vez temblar.

No me acuerdo que fue lo que sucedió ¿Por qué siento tanto dolor en mi cuerpo?

Bonita seducción (#3 Mc W.K) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora