Nine~ Locura

226 40 2
                                    

Pov. Jungkook

¿Por qué Jimin estaba tan seguro de querer irse? Mejor dicho, sé la razón y apesar de mi supuesta idea de estar de acuerdo, algo en mí me tenía inquieto de tan solo pensar en no volver a verlo.

No ver cómo llegaba todas las mañanas con una taza de café recién preparado y directo a su oficina, su sensualidad desbordar al caminar, su forma sutil de coquetear y ese afán de sonreír acompañado con una risita que hacía desaparecer sus ojos, viéndose tierno y al mismo tiempo jodidamente sexi. No, en definitiva no podía imaginar estar sin él.

Eso me hizo reflexionar un rato, ya no hice más que pensar en como detener a Jimin sin ser tan obvio. Pues tampoco debía dejar que mi hipocresía llegará tan lejos y directo a mi esposa. Mi deseo por mi empleado era mayor que el supuesto amor y respeto hacia el matrimonio. Simplemente no podría seguir resistiendo, y ahora menos cuando la persona que me a hecho sentir tantas cocas estuviera a poco tiempo de irse.

Debía ser valiente y afrontar la verdad, deseaba a Jimin. Necesitaba a Jimin. Quería a Jimin, y no me importa que sea algo imposible porque si yo lo quiero, entonces lo tendré.

Y con eso bastó para llamarlo, necesitaba estar seguro de que él deseaba lo mismo; a mí.

🫐

Jungkook ya se encontraba a la espera de la presencia del menor. Se mecía constantemente en su silla giratorio, siendo activado sus sentidos nuevamente al escuchar la puerta. Sabía quién venía a su llamado, por eso no tardo en darle acceso al mismo tiempo de que se levantó con rapidez para ir en frente de su escritorio. Se apoyó para recargar sus caderas y cruzar sus brazos.

—Toma asiento.

—Si señor —Jimin acató la orden y fue así que quedaron uno frente al otro— . ¿Para qué quería verme?

—Es sobre tu renuncia.

—Oh claro, ya tengo lista mi carta de renuncia. Justo lo traigo aquí...

Sus palabras fueron cortadas al igual que sus acciones, pues justo cuando buscó aquel papel en el sobre que llevaba, Jeon no resistió y lo tomó de la nuca para plantarle un beso.

—Pero ¿Qué cree que hace?

—No te puedes ir. No me puedes dejar cuando sabes que no quieres irte de aquí. De mi lado.

—Pero usted estuvo de acuerdo -ahora lo tenía más confundido. Ya no sabía que creer si hace poco le mostró indiferencia acerca de ese tema. ¿Cómo podía ahora renegar esa petición?

—No quiero que te vayas. Créeme que ya no me importan las consecuencias.

Jeon volvió a besarlo con devoción, lo levanté de la silla y lo tomó con más fuerza de su mandíbula, guiándolo hacía el sofá que se encontraba en la oficina. No sé preocupaba por nada, era tarde para que alguien pudiera ir a sorprenderlos. Además ¿Quién se atrevería a abrir la boca si Jeon ni lo permitía?

—N-no Jungkook. Esto no es correcto...

—Ya lo sé, pero aún así... Se siente tan bien.

El pelinegro siguió besando a Jimin y éste no se negó, acariciaba el belfo del menor con dedicación con sus propios labios y bajó las manos a su cintura. Había extrañado tanto esa piel tersa en sus yemas, oír sus gemidos productos de sus caricias y como se removía bajo suyo. Lo deseaba y lo quería con él, sin importarle que después esa moral volviera.

—Te necesito tanto... He deseado volver a tocarte. Me tienes loco, Park Jimin.

Esas palabras hicieron revolotear su estómago con extrañas sensaciones. ¿Había escuchado bien? Jungkook aún lo quería, y tal vez era por las condiciones pero no se negaba a volver a cometer el mismo error.

El amor es de dos ~ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora