capitulo I "¿volver a verte?"

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Acabo de llegar a mi nuevo apartamento en la ciudad de Chicago, Illinois. Pues han pasado ocho años desde Misti, pero solo fue un sueño, una ilusión. Seguí con mis estudios ya que siempre me dicen que debo estudiar para ser alguien en la vida y eso hice, me faje estudiando hasta el día de hoy. acabo de cumplir dieciocho años y empecé la universidad.

Ha decir verdad yo nunca me he interesado de los los estados unidos, pero yo ya no quería seguir viviendo con mis padres,y en mi país se nos dan cupos universitarios dependiendo de nuestras notas, yo tenía pensado en ir a otro lugar como Japón o europa, no sé... Pero la universidad de Chicago al ver mis notas me mandaron la visa de estudiante para estudiar ahí, y claro, solicité un permiso laboral porque no quiero saber del dinero de mis padres.

El apartamento no era tan grande pero era perfecto para mí, solo que tengo que pagar alquiler. Los primeros tres meses ya están pagados por lo que no me tengo que preocupar por eso. Todo está lleno de cajas de mudanza y esas cosas, sólo acomodé un poco, estaba cansado por el viaje, por suerte la hora son solo dos horas de diferencia de donde vengo, por lo que no tengo que acostumbrarme al cambio de horario.

Son las 8:00 p.m y ya tengo sueño. Yo normalmente me duermo  tarde,  como de doce o una de la mañana, pero fue un viaje largo. Me recosté en el mueble de la sala solo un momento, debería hacerme algo de comer pero me da flojera... Oh verdad debería haber comprado comida, se me olvidó, pero bueno, la compro Mañana después de buscar trabajo y de ir a la universidad a buscar una carrera, aunque, no sé cuál elegir. Creo que no pare a pensar que debería estudiar, que me gustaría ser,  bueno, ya mañana decidiré tengo sueño, me termine de acostar y me dormí como si nada.

Me despertó el sonido de la puerta a ser tocada, me levanté desconcertado y miré la hora, 9:00 a.m. Me levanté para abrir la puerta sin antes pasar mis manos por mi pelo que está algo rebelde. Al abrir me conseguí con una chica joven como de dieciséis o diecisiete, su pelo es castaño y liso, y tiene ojos marrones como yo, piel clara, se ve tímida y lleva algo en sus manos, una bandeja.

—este... Yo le vine a traer esto, de parte de mi madre... y mía, por supuesto. Cómo es nuevo le quisimos dar este regalo— sin duda es tímida, pero a mí también se me complica hablar con las persona —espero que le guste.
  
— gracias— fue lo único que pude decir, no soy el más sociable. Se sonrojó un poco cuando me lo entregó y apartó la mirada.

—me llamo Dailín, vivo en  el piso de abajo— dice ella.

—yo me llamo Nait... Y bueno, vivo aquí— ella se rió de lo que dije.

—perdón yo no...

—esta bien, no importa— dije para tranquilizarla, pues se puso roja al darse cuenta de que se rió se mí.

—ya te dejo, mi mamá va a pensar mal... Digo yo...  No es que piense mal de ti ni nada, más bien... Creé que tú eres lindo... Y que yo... Adiós— se fue corriendo bajando las escaleras.

No entendí nada de lo que pasó,pero cerré la puerta y lleve la bandeja con una tela que lo cubría y lo lleve a la cocina, lo puse en la isla pequeña, le quité la tela y Vi que era una torta de chocolate. No soy de los que comen a primera hora del día un dulce, ni el café lo tomo en las mañanas. Lo tape de nuevo  y lo metí en la nevera. Frío sabe mejor.

Volví a ver la hora y solo pasó media hora, me acordé de que debía buscar trabajo y lo de la universidad, pero primero voy a una cafetería o algo así para comer. Ya estaba vestido para salir, ayer no me cambié, así que salí del departamento, y busque un lugar para comer. Me conseguí un sitio donde no va mucha gente o eso creo, pero al llegar no había casi  nadie y me atendieron de inmediato. El menú es algo simple y la comida igual, pero elegí dos sandwiches de jamón con queso bien tostados, yo estoy acostumbrado a pedir empanada en sitios así pero aquí no hay eso.

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