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Laela se encontraba en las afueras de Pozo Dragón, mientras yacía su espalda sobre el inmenso cuerpo de Nyx y admiraba el cielo de Poniente para terminar sumergiéndose en sus pensamientos

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Laela se encontraba en las afueras de Pozo Dragón, mientras yacía su espalda sobre el inmenso cuerpo de Nyx y admiraba el cielo de Poniente para terminar sumergiéndose en sus pensamientos.

5 meses habían transcurrido desde que inició su relación íntima con Harwin, la princesa estaba perdidamente enamorada del caballero. Él era amable, atento, amoroso y sobre todo la trataba como si ella fuera una Diosa que debía ser venerada y si de algo estaba segura era que su corazón anhelaba que Harwin Strong fuera el padre de sus hijos y el hombre con el que quería compartir el resto de su vida por más que fuese duradera o efímera.

Laela sonrió ante la idea de casarse y envejecer con el amor de su vida, mientras tocaba el collar que adornaba su cuello. El dije que componía la joya era redondo mientras formaba una luna y un sol que se unían en uno solo. La figura de la luna estaba compuesta por una piedra color índigo mientras el sol poseía una piedra color ámbar.

"Tú eres mi luz, la luna y estrella que brilla en mis noches y el sol que ilumina mis días. Eres mi luna, mi sol y estrellas Laela"Fueron las palabras que recitó Harwin a su amada cuando le obsequió el collar.

Los recuerdos de la chica de cabello platinado se vieron interrumpidos al sentir el movimiento que provenía del cuerpo de su Dragón, la cuál levantó su cabeza de donde reposaba haciendo un leve gruñido provocando que su jinete siguiera la dirección de su mirada, Laela pudo observar así, un cuerpo que se aproximaba a su dirección.

Ela, los preparativos para la donación al orfanato están preparados, ya estamos listos para irnos.—anunció su protector Alec Caswell desde una distancia notable, si bien Nyx había dejado sus días de depredadora atrás y solo atacaba a quiénes la molestaran, no se podía negar que la bestia era aterradora.

—Alec, ¿cuando entenderás que Nyx está ligada a mi?, ella siente mis emociones y no te hará daño.

—Me lo ha repetido unas 500 veces, pero estar cerca a un dragón es algo a lo que nunca le encontraré comodidad princesa.—respondió Alec a su amiga con una sonrisa nerviosa.

En el transcurso al orfanato de Desembarco del Rey, Alec decidió preguntarle a la chica de ojos lilas;

—¿Cómo has convencido al Rey de dejarte hacer esta obra de caridad? Me sorprende con lo mucho que odia los momentos qué pasas fuera del palacio.

—Tal vez mi padre estaba de buen humor.—expresó la princesa con una risita provocando que su amigo levantara sus cejas y le regalara una mirada sarcástica

—Tú y yo sabemos que esa no es la razón.

—Tal vez le comenté a mi padre que el lapso que me dio de un año para un encontrar esposo que fuera de mí agrado terminé antes de lo previsto.—habló con una sonrisa risueña.

El rostro de Alec reveló una expresión de sorpresa y le regaló una sonrisa inmensa. Nunca hubiera pensado que Laela desearía casarse en un futuro cercano y si estaba considerando hacerlo era por qué verdaderamente estaba feliz y enamorada, no podía estar más contento por su amiga, Laela se merecía lo mejor del universo.

The one that prevails | Harwin StrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora