Era una noche bastante oscura, era justo media noche y la luna llena estaba completamente roja. Estabas en la sala de tu dormitorio, no te encontrabas sola, Lilia te acompañaba, mientras tomaban té.
–¿Estás segura? — te miró, no se veía rastro su sonrisa habitual.
—Sí. Estoy bastante segura.
Ya llevabas bastante tiempo en ese mundo, casi seis meses, y a pesar de que aún mantenías el propósito de regresar a tu hogar, te habías encariñado con la gente de ese lugar, habías creado bastantes relaciones, y la mayoría tenían lazos de gran fuerza, que te dolería dejar por regresar.
Sabías que el director tenía la forma de volverte a tu mundo, mas no lo haría hasta explotarte lo más posible, por eso buscaste la forma de quedarte, o al menos una parte de ti se quede, buscaste en libros, pero no encontraste nada, así que fuiste con el ser más viejo que se hallaba dentro de la escuela, Lilia, en busca de una solución.
Se quedaron de ver ese día en tu dormitorio, te contó que había una pequeña posibilidad de que pudieras seguir ahí, y era haciendo un pacto con el ser más diabólico y más poderoso de ese mundo, Chernabog, pero no te aseguraba nada, ya que era difícil de invocar, y podrías perder tu alma, sin embargo, no tenías miedo, estabas decidida a correr el riesgo.
Lilia sacó una daga luego de tu respuesta, le extendiste la mano dominate e hizo un pequeño corte en la palma, con la sangre hizo un pentagrama sobre la vieja mesa de madera, recitó unas extrañas palabras y llamas rojas como el color de la lava aparecieron con gran fuerza.
El gran ser no apareció, pero en tu mano surgió una extraña marca que mostraba el pacto ya hecho.
