[Victoria]
Odiaba esta sensación, la de estar triste, y también las despedidas.
Abrace a mi madre una vez más con fuerza.
–Te extrañare – susurre en su odio.
Nos soltamos y ella tomo mi cara con sus dos manos con una sonrisa triste en su rostro.
–Solo serán unos meses, además, espero que me visites – dijo con una corta risa triste.
Asentí despacio, volteé mi cabeza para mirar a mi hermana pequeña mirar a todos lados con cara de aburrimiento, seguramente estaba deseando que nadie mirara esta escena llena de sentimientos.
Camine hasta quedar frente a ella, me agache un poco para estar a su altura —no es que fuera tan alta, solo le llevaba unos cuatro centímetros— me miro y enarcó una ceja.
–¿Qué? – pregunto de mala gana.
–A ti también te extrañare – respondí con una sonrisa.
–No seas dramática, solo es la universidad – suspiro.
De verdad iba a extrañar a este pequeño desastre malhumorado que llamo hermana, se muy dentro mio que ella también me extrañara aunque no lo admita.
Sacudí su cabello oscuro con mi mano mientras ella protestaba.
–¡Ya! – grito molesta y la solté.
Volví a enfocar mi atención en mi madre mientras la niña de 12 años se acomodaba su desordenado cabello.
–Creo que es hora de que nos vayamos... tienes que acomodarte cariño – dijo ella.
–Supongo que si...
Me rodeo por ultima vez con sus brazos para después subir al coche.
Mientras ellas iban de regreso a casa yo tome mi maleta lista para mi nueva vida independiente en una residencia llena de personas a las que no conocía pero esperaba llevarme bien.
Camino por el largo pasillo lleno de personas, padres despidiéndose de sus hijas con lágrimas en sus ojos, recordándome a mi y a mi madre hace unos minutos, y unas pocas chicas caminando por todos lados con sus maletas pesadas igual a mi.
Me acerque a la recepcionista para pedir mis llaves, mi cuarto estaba en el quinto piso y era la cuarta habitación, eso lo sabia ya que lo había alquilado un mes antes para poder tener lugar y asegurarme de no complicar las cosas.
Después de esquivar tantos cuerpos llegue al esperado cuarto, abrí la puerta y ¡sorpresa!, no era nada que ver a lo que me esperaba.
No era para nada que ver que en las fotos, era un cuarto mediano con dos camas separadas junto con otros dos muebles para la ropa altos, había una ventana en medio de las dos camas y al lado de estas habían unas mesitas de luz.
Deje mi maleta en la que elegí como mi cama, habían unas cajas junto a esta que sabia que eran mías porque había trasladado las cosas antes de venir.
Mientras daba una vuelta por el cuarto esperando ver algo nuevo note que en la cama de al lado no había nada, estaba totalmente vacía, lo que me sorprendía porque se veía que abajo estaba lleno de nuevas residentes, ¿acaso me había tocado dormir sola?, lo admito, eso me alegraba un poco.
Al cabo de un rato de sacar y acomodar cosas, estaba conforme con como me había organizado, escuche como la puerta se abría y entraba una chica morena, al verme se quedo quieta en la puerta con su caja en la mano, ¿ella era mi compañera?.
–Ho-hola – saludo.
–Bienvenida – le sonreí, amable –Pasa.
Ella me hizo caso y entro cerrando la puerta detrás de ella, al darse vuelta vi que aparte de la caja traía un bolso negro con ella.
Dejo sus cosas sobre la cama y volteo a mirarme, le volví a dar una sonrisa a la tímida chica.
–Soy... Alya
–Un gusto Alya, yo soy Victoria, pero puedes decirme Tori
Asintió con la cabeza dos veces devolviéndome la sonrisa.
Mire su cabello castaño que le colgaba en una cola de caballo sobre su cabeza, se movia de un lado a otro con demaciada facilidad, sus ojos ocuros recorrieron con la mirada el pequeño cuarto.
–Y...¿Hace cuanto estas aquí? – le pregunte buscando conversación y un poco de información sobre la chica, estaba démaciado nerviosa como para callarme, distracción, solo eso buscaba.
Me senté en mi cama y ella comenzó a sacar su ropa del pequeño bolso para volver a doblarla bien y así guardarla en su ropero.
–Recién empiezo este año, ¿tú?
–Lo mismo – reí por lo bajo –Espero que todo salga bien
–Lo mismo digo, fue un milagro poder entrar en esta universidad
–Entiendo...
Lo entendía muy bien porque las demás universidades en las que había mandado mi carta de presentación me habían rechazado excepto esta y eso me daba un poco de alegría y a la vez tristeza, hubiera deseado que al menos me aceptaran dos solo para sentir que podía elegir a cual ir.
–¿Qué estudiaras? – pregunto Alya sacándome de mis pensamientos.
–Seguiré la carrera de medicina, ¿tú?
Me miro con una sonrisa.
–¡Vaya!, seguiré lo mismo
Sonreí alegre, seria genial empezar bien, con una amiga y no sola.
–Pues... me encantaría tener a una amiga con quien estar – dije.
–A mi también
Estaba segura que todo saldría bien.
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Juego sin fin
RomanceVictoria entra a la universidad a sus 19 lista para comerse el mundo, tenia su vida preparada y estaba muy segura de ella misma, o por lo menos eso era antes de conocer a la chica que pondria en duda todo y cada uno de sus pasos, confundida y desepe...