Coffee Love | Dreamnotfound

04. Who's in love

George pagó por su compra y se fué.

Lo observé caminar, cómo cruzaba la puerta y se encontraba con un chico más alto que él. Tal vez era un amigo o familiar, pero esas nunca son las únicas opciones...

Cuando desaparecieron de mi vista me dí cuenta de que ahora alguien me estaba mirando a mí y cuando me dí la vuelta para saber quién era me encontré con la cara de Sapnap, tenía una expresión... insinuante tal vez.

—¿Interesante, no?— me habló en un tono jocoso mientras subía y bajaba las cejas.

—¿Qué cosa?— fingí que no sabía de qué me hablaba.

—¡No te hagas el tonto Dream, hablo de George!— aunque lo negara ya era muy obvio que algo me pasaba por culpa del castaño. —Siempre te pones bobo cuando él aparece, ¡Y el otro día casi quemas a una señora cuando le llevabas su café!

—¡Eso no tiene nada que ver con George, solo me tropecé!— me excusé.

—Admitelo, lo estabas mirando y por eso tropezaste, desde la primera vez que lo viste supe que caíste en sus encantos— Sapnap me guiñó el ojo luego de decir eso.

Y yo solo me quedé callado.

—Oh vamos hombre, yo te puedo ayudar con eso, al menos para que dejes de estar tan embobado y no te echen a patadas, solo porque me caes bien.

—A tí te caen bien todos Sapnap... hasta las moscas.

—Eso es mentira, las moscas no me gustan... y Quackity me cae mal— lo ultimo lo dijo en un susurro, mirando a alguna parte de la cafetería con los ojos entrecerrados, al parecer juzgando con la mirada a alguien.

—¿Quién?— dije intentando seguir su mirada y descubrir a qué estaba mirando.

—¡No importa! ¿De qué estábamos hablando?.. a sí, George— la vergüenza volvió a atacar mi rostro con un rojo furioso por tercera vez en el día. Incluso si el castaño no se encontraba aquí.

—Cómo se nota que te encanta, ehh— el pelinegro se burló.

—Cállate.

La conversación terminó en ese instante por suerte, pues clientes nuevos comenzaban a llegar. Pero Sapnap me dijo algo antes de comenzar a atender a uno de ellos.

—No puedes callar al amor, Dream.

—¿Qué, acaso te crees cupido?