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-Hoy te darán tus resultados del examen, ¿Verdad? -preguntó la madre del cenizo, lo miró por el retrovisor y esperó su respuesta -¿Sabes qué pasará si tu resultado es alfa?

-Sí -contestó cortante, estaba muy nervioso, realmente no quería ser uno de ellos.

Hace poco había cumplido seis años y su madre le había explicado lo que significaba ser un alfa. Le pondrían un collar que le haría daño cuando pensara en cosas malas, los alfas son malos y crueles y para evitar que se vuelvan unos locos y violentos les ponían esos collares. En la escuela también le enseñaron que solo podían trabajar en cosas como en la construcción o en la guerra y que si no aceptaban el collar, los encerrarían en la cárcel por toda su vida.

Deseaba con toda su alma ser de otra casta. Sujetó con fuerza la correa de su mochila cuando vio la escuela a la distancia, el carro se detuvo frente al portón de la primaria y su madre se giró para verlo directamente.

-Si resultas ser un alfa, obedece las reglas -extendió su mano para peinar un poco su cabello desordenado -No grites ni hagas un alboroto.

Su mirada escarlata daba miedo, parecía juzgarlo incluso si no hacía nada. Asintió levemente y abrió la puerta del automóvil para bajar y entrar a la escuela. Las profesoras lo saludaron de forma cariñosa aunque se notaba un ambiente pesado en todo el lugar.

Un pequeño niño peliverde corrió hacia él con una sonrisa, era su amigo de toda la vida. Le devolvió el saludo igual de animado.

-¡Kacchan! -lo tomó de las manos y las balanceó de lado a lado -Estoy nervioso, hoy nos dirán qué somos.

-Suéltame, Deku -le avergonzaba que los vieran de esa forma, en especial las maestras -Espero que no seas un alfa, esos son malos.

-Mamá se sentiría mal -hizo un puchero y comenzó a caminar detrás del oji rubí -Yo quiero ser un omega, así ella estaría más tranquila y no lloraría tanto.

Llegaron a su salón, se acomodaron en sus asientos y esperaron a que la profesora entrara para iniciar la clase. Ambos se sentaban juntos y sus demás amigos se acercaban para platicar con ellos.

Minutos después, la maestra llegó y saludó a todos, parecía nerviosa. Las clases iniciaron, les darían los resultados una hora antes de salir, así que perderían la última clase.

Todos estaban ansiosos, querían que el final del día llegase.

-Muy bien niños -carraspeó la mujer y se acercó al escritorio después de mirar la hora en el reloj de pared -Ya es hora.

Todos empezaron a gritar y hacer un escándalo, aunque casi de inmediato se callaron. La mayor presente había golpeado el pizarrón llamando su atención.

-Iré nombrando a cada uno de ustedes y pasarán para que les grape estos sobres en sus cuadernos de tareas -enseñó dichos papeles -Mientras les voy diciendo qué son -abrió el cajón de su escritorio y sacó una caja de cartón, la abrió y metió su mano para después mostrar un aparato de forma circular, parecía de metal y era de color negro -Si son alfas, les pondré esto para evitar que se conviertan en personas malas. ¿De acuerdo?

Todos respondieron con un "sí" fuerte y claro. Los primeros iban pasando y a ninguno le habían puesto el collar, eran omegas o betas. El primero en pasar de su grupo de amigos fue Katsuki, este se levantó con su ceño fruncido y con su cuaderno siendo sujetado con fuerza, algunos susurraron pensando que sería el primer alfa del grupo.

-Ten mi niño -le grapó el sobre en el cuaderno y le sonrió -Eres omega.

La sonrisa que se formó en su rostro fue enorme y el peso en su espalda desapareció de inmediato. Su madre estaría feliz y probablemente le prepararía su comida favorita. Corrió a su asiento junto al pecoso que lo felicitó con todos sus ánimos.

Sociedad de mierda [DkBk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora