Si algo que odiaba Naoko más que nada son las actividades al aire libre y eso incluye la playa, pero como casi cada fin de semana la ToMan organiza salidas y la mayoría del tiempo se siente obligada a ir porque sus novios también van.
Pero hoy tenía una apuesta que ganar contra Koko y haría lo necesario para tener el premio gordo.
Había hecho todo un plan para no dejar nada a la suerte, sobornaría a sus novios y a los otros los seduciría para distraernos durante el partido de vóleibol.
Se puso un viquini de dos piezas, cuidando que nada se saliera por muchos movimientos que hiciera, ese conjunto serviría para que los ojos de Ran estuvieran en sus pechos y no en el balón y Kakucho iba a estar más ocupado en cuidar en que nadie le viera el trasero que no podría concentrarse en el partido.
Kokonoi pasó por ella y la llevó hasta la playa, mofandose todo el camino que se tendría que ir despidiendo del dinero.
Naoko se puso suficiente filtro solar en la palma de su mano y después lo huntó en los hombros al pecho de su novio, dejando una ligera capa blanca que no tardaría en absorver su pálida piel.
-Asegúrate no dejar ningún espacio.
-Si, ya me habías dicho Hajime- ella repasaba mentalmente su plan asegurándose que ningún detalle se le fuera de las manos.
-¿Estas enojada?
-No
En realidad lo que tenía era una mezcla de preocupación y ansiedad por ganar la apuesta.
-Pues tienes cara de estar molesta.- Hajime le picó el ceño fruncido tan característico de ella.
-Mi amor, estoy bien.
-¿Lo juras?
-Lo juro- un poco más de protector en la nariz y después lo besó.
-Si alguien se pasa contigo dímelo... tengo que ir a recoger el dinero, intenta quedarte cerca.
-Si, si, si ya vete- le dio un empujón en la espalda y comenzó a ponerse protector.
-Bien, iré con los chicos- le dio un último beso y se fue a seguir aumentado las ganancias de la apuesta.
-¡Oye Naoko!-
¿y ahora que quiere Baji?
-¿Podrías ponernos bloqueador?- Kazutora sacó el pecho y le sonreía de la misma forma en que lo hacía con aquellas chicas que iban a verlo después de las juntas.
No era la primera vez que ese par intentaba coquetearle, son guapos pero no del tipo de Naoko.
-Si, claro pero debo preguntarle a uno de mis novios- buscó con la mirada al que tuviera más cerca -Hanma amor ven- le hizo una seña con la mano y él dejó la hielera en el suelo para ir con ella.
-Sabes que déjalo así- ambos salieron en dirección contraria a donde estaba Shuji.
Si algo sabían los pandilleros de la zona es que nadie puede si quiera mirar a Naoko, porque al menor contacto visual Hanma, Ran y Kakucho tomaran cartas en el asunto.
-¿que les picó?
-ni idea... ¿me pones bloqueador?- se hizo su larga cabellera a un lado para que tuviera mejor acceso a su espalda.
-mmm que propuesta tan indecorosa.
-Será más indecoroso lo que te voy a hacer si ganas.
Habían hecho dos equipos, por un lado estarían Hanma, Baji, Kazutora y otros tantos y por el otro Haru, Mikey, Ran Rin, Kaku y algunos más.
Naoko había apostado por Shuji y Hajime por el resto de los intrusos de su relación, la chiquilla quería ganar a toda costa por que su dignidad también estaba en juego, y si tenía que sobornar a su novio con sexo lo haría.
-Haré que esa bola de cabrones ganen por ti.
-Tan eficiente como siempre - le dio un beso como un pequeño incetivo.
Las personas se amontonaban cerca de la red de vóleibol, las chicas reían coquetas para llamar la atención de los hombres y lo único que tenía que hacer Naoko era sonreír para que sus novios la notaran.
Habían insultos de por medio entre los dos equipos, el balón iba y venía de un lado a otro, teniendo un partido muy justo.
Pero Naoko necesitaba darle la ventaja al equipo de Hanma.
-¡Ran quítate la camisa, así es más fácil!- le gritó su novia, haciendolo sonreir al chico ante su espontaneidad. Pero eso fue una distracción mayúscula, porque mientras le coqueteaba, el balón pasó de largo anotando un punto para el equipo contrario.
Poco a poco Naoko los fue distrayendo uno a uno, causando que Hanma ganara un par de puntos de ventaja, pero sus novios ya comenzaban a sospechar de sus intenciones. En especial Mikey y su sexto sentido.
En algún punto del partido el balón cayó muy cerca de donde Naoko se encontraba, ella lo tomó, pero cuando se agachó más de alguno le vieron el trasero, unos más disimulados que otros, ella le dio el balón a Kakucho, pero él ya se encontraba frustrado y también celoso, la agarró de la cintura, pegandola a él y besándola para marcar territorio.
-Dile al cabron de Baji y Kazutora que los voy a mandar al hospital si te vuelven a coquetear.
Solo un ciego no se daría cuenta de como la miraban ese par.
-Dicelos tú, mi amor.
Si algo que disfrutaba Naoko eran esas pequeñas escenas de celos, de alguna manera la hacían sentir deseada por ellos.
Naoko regresó con el resto de los espectadores, se sentía un poco sola porque Hajime estaba recogiendo el dinero de la apuesta y Rindou estaba fuera de la ciudad.
Pararon un par de minutos para descansar y era el momento perfecto para sacar a Haru del partido, Naoko se quitó el nudo del sosten disimuladamente y se puso sus manos sobre sus pechos, caminó a donde estában sus novios y habló de la forma más melosa que pudo.
-Haru, ayúdame se me soltó.
Akashi había estado tan concentrado en el partido que no se dio cuenta de su novia en ningún momento. Su cara estaba roja y la piel de su cuerpo ya comenzaba a ponerse morena, contrastando con el rubio de su cabello.
Se puso detrás de ella, viendo la marcas que dejaba el sol y sin querer una erección comenzaba a incomodarlo, en especial porque estaba en abstinencia por el periodo de Naoko, aunque no entendía porque esta vez le había durado más de lo normal.
-Mi amor, vamos a quitarle lo virgen a la playa- le susurró.
-Haru aún tengo el periodo, perdón- Se disculpó falsamente - Pero revisa tus mensajes.
No dudó dos veces en hacerle caso, pero viendo lo que le había enviado le fue imposible quedarse ahí, tomó sus cosas y se fue al primer baño público que encontró sin importarle dejar el partido.
Ya solo le quedaba Mikey, el verdadero problema era su espíritu competitivo, él no sería tan fácil de engatusar.
-Majiro ¿me das un beso?
-No- le dijo a secas y tratando de no hacer contacto visual -A mi no me engañas Naoko.
-Yo no intento hacer eso, Manjiro.
-¡Ay mi amor! Pudo parecer estúpido, ya sé lo que intentas hacer.
Era el momento de sacar su carta de la honestidad.
-Mikey en serio necesito el dinero, por favor pierde... no sé que voy a hacer si no lo gano.
Manjiro no se lo pensó dos veces, la economía de Naoko depende principalmente de su hermana y su abuela, porque no la dejan trabajar para que se concentre en sus estudios, y por mucho que quiera algo nunca nunca se los pedirá a ellos, así que lo mínimo que podía hacer era perder por ella.
-¿Es muy importante para ti?
-Si.
-Bien, perderé amor, el dinero ya lo tienes en la bolsa.
-Gracias.
-No tienes que agradecer nada- Mikey la besó con delicadeza - Pero voy a reclamar mi premio de consolación.
-Puedes reclamar lo que quieras.
El partido siguió con un jugador menos, porque la semana sin sexo le había perjudicado más que nunca y aun no terminaba.
Manjiro fallaba pases y dejaba pasar la pelota a propósito, fingiendo que estaba cansando o simplemente coqueteando descaradamente con su novia.
Cuando terminó el juego Naoko sintió que le quitaron un gran peso de encima, no había jugado limpio pero por fin había juntado lo que le faltaba para pagar la matrícula de la universidad.
Ya solo le quedaba ser una buena novia y compensar a sus patrocinadores porque sin ellos no hubiera logrado ingresar a la universidad.