El festival.

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~Narra TaeHyung~

La observé atentamente, tan solo retandola con la mirada. A lo que ella, lentamente, tomó el vaso que le ofrecí y bebió del contenido de un solo trago.

— Está dulce. — se lamió los labios con gusto y, con una sonrisa, dejó el vaso vacío en la barra.

Ese era el trago más amargo y cargado de alcohol que el bar servía. Decidí fingir que no me sorprendió.

— Y... ¿Que trae a la presidenta a un bar de mala muerte como este? — le pregunté mientras dirigía mi cuerpo hacia la barra nuevamente. Sin embargo, no dejé de mirarla, si quería entender sus palabras, tenía que leer sus labios.

— Lo mismo me preguntaba sobre ti. ¿Problemas en el paraíso?

Apreté el vaso de shot en mi puño con rabia, pero mostré mi cara de indiferencia más creíble.

— Veo que tus perros falderos estuvieron usando sus bocas para algo más que darle mamadas a los docentes. — le sonreí amable, aunque mis palabras estaban siendo todo lo contrario.

Si por algo no tenía amigos en la universidad no era porque era incapaz de hacer amigos debido a mi condición, sino porque todos y cada uno eran unas víboras que se alimentaban del chisme y la desgracia ajena. Prefería estar solo.

— Ha~ Los rumores vuelan rápido. — con el brazo derecho se recargó en la barra y se miró las uñas de la mano izquierda. — Pero, sinceramente... Creo que ninguna de las versiones son ciertas.

Me mostré desconfiado de sus palabras.

— No me mires así, ¿Tanto te cuesta creer que estoy de tu lado? — hizo un puchero, fingiendo que le dolía mi reacción. — Solo digo que ninguna de las versiones menciona tu perspectiva, y eso me parece injusto...

En eso podía darle la razón...

— Un Omega tan lindo no puede estar con un Beta como él, debería darse cuenta que la mejor opción está contigo: un Alfa fuerte, inteligente y capaz de protegerlo. — abrazó mi cuello con un solo brazo, como si se tratara de una vieja amiga. — Por eso, para restaurar el orden natural de las cosas: te ofrezco mi ayuda para recuperar a tu amante, ¿Que me dices? Nada mejor que el apoyo de la presidenta de tu lado.

— Gracias, y agradezco tu apoyo moral... — me levanté de la silla y tomé mis cosas, a la vez que dejaba el dinero que bebí al cantinero. — Pero no necesito la ayuda de nadie.

Me despedí con un ademán y me retiré del bar sin más.

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~Narra Mimi~

No había forma de sacar a Jungkook de su mente, si seguía mis pasos y no era atropellado era porque era bueno siguiéndome. Tampoco me esforcé mucho en devolverlo al mundo real, yo también me encontraba en las nubes.

“Serias un buen padre” me lo dicen seguido, y todas las veces me emocionaba igual. Me encantan los cachorros, me parecían el ser más bello en toda la tierra.

La forma contagiosa en la que se ríen, lo regordete de sus barriguitas, el rojo de sus mejillas. Todo en ellos era adorable.

Siempre tuve el sueño de tener un hermanito menor para cuidar de él como a un hijo, pero mis padres decidieron que no podrían con otro niño tan extrovertido he hiperactivo cómo yo. Así que mi única esperanza era tener hijos propios, pero nunca me apresuré en ese sentido, no era buena idea ser padre joven.

STIGMA ~•Un Beta defectuoso•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora