* 3 * Муэрта

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Mientras se duchaba, Inessa se quedó pensando en la rubia que acababa de conocer

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Mientras se duchaba, Inessa se quedó pensando en la rubia que acababa de conocer. Estaba segura de haberla visto en la Sala Roja antes, pero no se veía como una viuda negra. Parecía una chica agradable y graciosa, muy distinta al resto de viudas que había conocido. No parecía mala persona, pero claro, como Inessa sabía bien, las apariencias engañan. Además de que no todas las viudas son realmente malas personas, algunas son solamente unas incomprendidas con mala suerte, como lo fue su madre.

Inessa no tenía más que un recuerdo de su madre, pero sabía que, pese a ser una asesina, nunca había sido mala persona. No tenía ninguna razón sólida para creerlo, pero por algún motivo, lo sabía con seguridad. Solo la había visto una vez, siendo muy pequeña, tampoco recordaba mucho de ella ya que no le dieron la oportunidad de conocerla.

La Sala Roja, 12 años atrás:

La niña termino de comer y se levantó dirección a la sala de ocio para las más pequeñas. Todo ahí eran juguetes de lucha, videos sangrientos y mensajes subliminales para poco a poco preparar las mentes de las niñas para ser asesinas. Solo podían estar allí las niñas de entre 2 y 4 años, tras esa edad empezarían el entrenamiento.

Dreykov entrenaba personalmente a Inessa, aunque solo tenía 3 años en aquel entonces. Ella era hija de una viuda subyugada, por lo que Dreykov le tenía especial aprecio, y no dudó ni un minuto en iniciarla a la labor de
viuda negra desde pequeña. Este fue a buscarla después de comer y la llevo a una habitación insonora y oscura. Estaba totalmente vacía hasta que entraron ellos.

—Espera aquí un momento—pidió Dreykov mientras la niña le miraba con los ojos cristalinos.

Dreykov salió de la habitación para volver a entrar con una mujer amordazada y esposada. Esta calló de rodillas a escasos metros de la niña y acto seguido, un par de viudas entraron para colocarse a ambos lados de la mujer.

—¿Sabes quién es?—preguntó Dreykov, a lo que la niña negó con la cabeza, sin decir una palabra, nunca las decía—Es tú madre.

Estas palabras sorprendieron mucho a Inessa, quien solo pudo entreabrir los labios mirando a la mujer llorar. Le quitaron el pañuelo que le tapaba la boca y ella solo pudo sonreír tristemente. Nunca había visto a su hija, se la arrebataron al momento de nacer y nunca la permitieron verla, ni una vez en 3 años.

—Inessa...—dijo la mujer sollozando— cariño eres preciosa—no podía dejar de llorar, sabiendo lo que iban a hacerle—¿puedes decirme algo, cariño? Solo quiero oír tu voz.

—Mucho me temo que no tendrás oportunidad—comentó Dreykov— tu hija será una gran viuda negra, como su madre.

—No la conviertas en mi. Ella merece mucho más.— una de las viudas que la acompañaban dejó constancia de que la pequeña niña no tendría elección, causando en su madre una sensación como si su pecho explotara y su corazón se rompiera lentamente imaginando el futuro de su querida hija. —Cuando tengas la oportunidad quiero que escapes mi amor— decía la mujer llorando como nunca lo había hecho. Antes de que pudiera acabar la frase, una de las viudas la disparó en la parte de atrás de la cabeza, matándola y derramando su sangre sobre la pequeña niña. Dreykov la miró esperando una respuesta y ella solo miraba a su madre de desangrándose.

Todo lo que tengo~ Yelena Belova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora