Cavilación 2

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¿Qué pasa si por querer encajar, por querer continuar con una amistad que en el pasado te hizo feliz, te pierdes a ti mismo?

Los humanos necesitamos, en su mayoría, relacionarnos entre sí porque somos seres sociables. La pasamos mal si no tenemos amigos, siempre nos enseñaron que está mal ser una persona que no se relaciona con otras y por ende le tenemos miedo a la soledad.

Pero, uno de los problemas más grandes con la afirmación anterior, es que a veces terminamos cambiando quienes somos solo por el hecho de sentirse parte de algo, de un grupo, y esto no está bien, al menos desde mi punto de vista que no es el más objetivo.

Buscamos esa aprobación, ese consentimiento de los demás como si fuera oxígeno para nuestros pulmones, y no me malentiendan, a veces es bueno tener aprobación sobre algunas cosas, pero tu vida no puede moverse en torno a lo que el exterior piense de ti. Esto te hace ser sumamente infeliz, pero solo por el hecho de que supuestamente, luego de cambiar todo de ti, ya «encontraste tu lugar» y por fin encajas en un sitio, no admites tu infortunio.

Desde la subjetividad de mis palabras, creo que de alguna manera todos debemos tocar fondo o por lo menos llegar a un punto donde sientas que no hay retorno para poder darte cuenta, ser consciente de este problema que muchos llevamos como un yugo en nuestra espalda y nos damos cuenta demasiado tarde. Hacemos todo por encajar y no nos preguntamos si es lo que realmente queremos, solo «fluimos» con la corriente, en vez de descubrir quiénes somos y lo que queremos para así poder encontrar tu sitio en el mundo sin la necesidad de convertirte en alguien más, en un desconocido.

Así que, mi mayor consejo, como alguien que no hace caso de los mismos, es que: reflexiones, pon límites, busca qué quieres y quién eres; pero sobre todo nunca pongas tu plenitud en segundo plano, no priorices las opiniones externas sabiendo que al final del camino estas no te van a hacer feliz.

Cavilaciones de un noctívagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora