22. Más

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¡¿Qué mierda he hecho?! ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué lo hice? ¿Qué diablos se me pasó por la cabeza?

Eso era lo que se repetía Chuuya en la cabeza todos los días cada vez que veía a su jefe sonriéndole a él o a los demás empleados, o cada vez que le entregaba un informe antes de tiempo y le preguntaba qué tal el día, cada vez que lo dejaba salir antes, cada vez que felicitaba a cualquiera...

Todos estaban encantados con el nuevo Dazai, pero nadie estaba tranquilo. Si el jefe estaba de tan buen humor pensaban que en cualquier momento estallaría y arremetería contra ellos. O que todo era fachada y que en el fondo los estaba examinando, poniéndolos a prueba para despedirlos después.

No tenían ni idea del juego que se traían esos dos bajo la manga y el miedo al Dazai feliz les hacía trabajar mucho más duro y mejor que antes. Antes siempre podían saber el estado de humor de su jefe, si estaba enfadado lo decía, si algo no le gustaba lo decía, pero ahora... ahora sólo tenía buenas palabras para todos. Era aterrador.

No se imaginaban que a Dazai realmente las personas le importaban más bien poco, lo único que tenía en mente era una cosa, más bien, una persona. E iba a hacer lo que fuera necesario para conseguirla... a su manera.

—Higuchi, qué sorpresa, ¿Qué te trae por aquí? —Dijo Chuuya.

—Bueno... he venido porque hoy es la cena de empresa y... pensaba que podíamos ir juntos.

—Oh, por supuesto, estaba a punto de acabar de enviar un email, si esperas un segundo..

—Claro, no hay problema.

Dazai salió de su despacho y vió a Chuuya concentrado y a Higuchi mirándolo tímidamente.

—Buenas tardes... esto —Dijo el director.

—Higuchi, me llamo Higuchi, buenas tardes, director.

—Higuuuuchi, eso es. Lo tenía en la punta de la lengua. ¿Qué tal todo?

—Todo bien, gracias.

—¿Váis a ir a algún lado?

—Ah, es la cena de empresa y venía a buscar a Chuuya.

—La cena de empresa... ¿Tú también vas, Chuuya?

—Si, yo también voy.

—Ajá..

—Le enviamos una invitación, pero no respondió —Se excusó Higuchi.

—Lo sé, nunca suelo ir a ese tipo de eventos, no son para los jefes.

—El jefe del departamento de medios y el del departamento creativo van a ir.

—¿En serio?

—Claro, ¿Por qué no se une también?

—Bueno.. —Miró su muñeca como si tuviera un reloj, pero no tenía ninguno —Esta noche no tenía ningún plan, así que supongo que estará bien.

Chuuya levató la vista. ¿Por qué Higuchi lo había invitado? ¿Por qué Dazai había aceptado? ¿Acaso pensaba seguir con su papel de jefe maravilloso incluso fuera de la oficina?

—¿Te molesta que vaya, Chuuya? —Le preguntó Dazai con esa falsa sonrisa tan aterradora.

—No.. pues claro que no, director.

—¿De verdad? Porque si voy a incomodar a mis empleados es mejor que me quede en casa. Creo que tengo una tarrina de helado de chocolate tamaño extra grande sin empezar y creo que han vuelto a subir a Netflix la saga de Crepúsculo.

Chuuya entornó los ojos. Ahí estaba el antiguo Dazai, el manipulador y caradura.

—Por supuesto que no incomodará a nadie, director —Dijo Higuchi inmediatamente. —Todo lo contrario, estaríamos encantados de que nos acompañara por una vez.

❝ [Odio a mi jefe] ¡! Soukoku ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora