CAPÍTULO 2: EL SECRETO DE LUIGI

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A ver qué oculta nuestro inocente Luigi.

Regreso a casa, abro una de las ventanas de nuestro salón y la cierro sigilosamente. Busco a Luigi por la casa y me lo encuentro en la cocina preparándose un sándwich de jamón y queso y un zumo de naranja exprimido para llevárselo al salón junto a su portátil para estudiar un poco de medicina. Entiendo que Luigi me admira tanto hasta el punto de querer ser igual que yo, por eso es que él es un doctor novato. Dios, a veces desearía que Luigi no se autoproclamase como mi sombra, él también es bueno a su manera.

Por ahora no noto nada raro en Luigi. Ya terminó de estudiar y se dirige al cuarto de baño, y una vez que hizo sus cosas se mete en su dormitorio.

M: “Vamos bro, ¿qué me estás ocultando?”

L: “Bueno, creo que ya puedo deshacerme de esto.”

Empezó a desabrocharse su peto de fontanero, se lo retiró seguido de sus zapatos, calcetines, guantes y su camiseta verde. Espera, ¿por qué me está excitando ver a mi hermano semidesnudo?

M: “T-tranquilo Mario. S-solo va a ponerse el pijama.”

L: Se bajó su ropa interior retirándosela junto a su gorra. “Mucho mejor. Mamma mía, ya tenía ganas de hacer esto.”

M: “A-a lo mejor va a ducharse. ¡Si, eso!”

Luigi salió de su cuarto dirigiéndose hacia el armario donde guardamos las toallas. Ha cogido una pero no se la lleva para ir a la ducha, se la lleva para extenderla en el sofá del salón para tumbarse encima de ésta y ver la tele. La verdad es que esta situación me cuesta asimilarla, quiero decir, Luigi nunca se comportaría de esta manera. No era algo propio de él.

Me quedo sentado enfrente suya esperando que será lo siguiente que haga. Apagó la televisión, retira la toalla y vuelve a su cuarto entrando con él antes de que la puerta se cerrase por completo.

L: “Bueno, y ahora voy a encargarme de ti.” Se lo digo a su amiguito de abajo.

Coge su portátil, se tumba en la cama y empieza a buscar en Internet sitios porno. ¡No, no, no! ¿¡Voy a ver como mi hermano se masturba!? En parte lo entiendo, yo en algunas ocasiones lo hago, pero en el caso de Luigi yo no me suelo meter en Internet para llegar a un orgasmo (sí, en quién pienso es en Peach. Es más, ella y yo somos pareja y ya habíamos tenido sexo).

M: “*Maldita seas Luigi, y luego dices que no sabes lo que es la pornografía. Espera, ¿qué demonios?*” Empezó a buscar en páginas webs de porno gay. “*¿Luigi es gay?*”

Estoy en estado de shock. Pensad en esto: delante de ti tu hermano pequeño se encuentra desnudo, tumbado en su cama y masturbándose mientras mira como dos hombres tienen sexo. No es que sea homofóbico, es solo que viniendo de Luigi nadie se lo esperaría.

L: “Ah, ah, si… más… por favor más. Ya casi estoy.” Cerró su portátil, lo dejó en su mesa y volvió a tumbarse en la cama. “Te necesito, te necesito… soy un niño muy malo, castígame… MARIO.”

M: “¿¡QUÉ!?”

Un gran chorro de semen salió disparado de su pene mientras Luigi grita por el placer, con sus ojos cerrados de los cuales salían pequeñas lágrimas y su desnudo cuerpo cubierto de sudor y de su semen temblaba debido al esfuerzo.

¿Por qué tuve que ver eso?, ¿por qué me preocupé por algo que no tenía que ser de mi incumbencia? Como bien dicen: hay cosas que es mejor no saberlas jamás. Pero, entonces… ¿por qué me excita esto? Luigi se ve tan hermoso ahí tirado en la cama, y sus gemidos me vuelven loco. ¡NO, ESTO NO ESTÁ BIEN! Voy a acabar con esto de una vez por todas.

Salgo de casa, apago el brazalete y saco las llaves para poder entrar.

M: “Luigi, he vuelto.” A ver si así se viste.

L: “¿¡QUÉ!? ¡¿Tan pronto?” Me siento culpable por haberle quitado la diversión, pero es por su bienestar mental. “¡Espera, ya salgo a recibirte!” Ni cinco minutos para vestirse y llega con la mayoría de su ropa mal puesta. “H-hola bro, ¿qué tal en Reino Sombrero?”

M: “Hubo un problema técnico y tuvieron que posponer la reunión, por eso volví más temprano.” Fue lo único que se me ocurrió. “Dime, ¿por qué llevas así la ropa?, ¿y ese olor?”

L: “Oh, estaba… haciendo gimnasia.”

M: “*Si, otra clase de gimnasia.* Pero si tu no sueles hacer gimnasia.”

L: “Q-quiero verme musculoso para Daisy. Tal vez así ella quiera ser mi novia.”

M: “*Mentiroso.* Ah, eso es genial bro.” Necesito alejarme de él. “Tengo un poco de hambre.”

L: “N-no he podido ha-hacer la cena.”

M: “No te preocupes, hoy la hago yo.”

L: “¿S-seguro? Tú no sueles cocinar de vez en cuan…” Luigi se ha quedado sin palabras.

M: “¿Luigi?, ¿e-estás bien? Te ves algo pálido.”

L: “N-no, e-e-estoy b-bien. C-creo que v-voy a ir afuera a r-respirar un poco de aire fre-fresco.”

El resto del día transcurrió con normalidad. En ningún momento le dije que sabía su secreto, no quería hacerle llorar. Por la noche, en pleno sueño, la puerta de mi cuarto se abre y me despierta, era Luigi. Camina hacia mi cama y se sienta en ésta.

M: “¿Qué ocurre Luigi?”

L: Suspira. “¿Disfrutaste del espectáculo?”


Bueno, qué os está pareciendo?
A qué no os lo esperabais de Luigi?

Próximamente más, nos vemos 💕

Secreto (Mario x Luigi)Where stories live. Discover now