Música para mis oídos (Dolores y tú)

Encerradas.

(Narrador)

Tras unos días de planeación, llegó el momento de la verdad. Las hermanas se aseguraron de armar todo un domingo, tan consideradas ellas, para que no hubiera presentación de piano de Jacques que ___ se tuviera que perder.

Isabela fue parte secreta del plan; Jacques y Mirabel parecían ser las cabezas, porque el chico ni sabía que por ahí andaba la hermana mayor, la chica de las plantas, siendo parte esencial para que las cosas funcionaran.

(___)

Entro al granero que la nota sin firmar dejada en mi cuarto me pide ordenar, y me encuentro con una sorpresa.

___: Dolores... ¿Qué haces aquí?

Dolores: Alguien-supongo que la abuela- me dejó una nota; me dijo que ibas a limpiar aquí hoy, y que te acompañara para que oyeras si había algo que necesitaras. Este sitio está algo lejos, y-

___: Qué... Considerado.—maldigo en mi cabeza y empiezo a ordenar unas cajas tiradas cerca de un gallinero vacío, o eso parece.

Dolores: Espera.—se acerca al gallinero de a pocos, hasta entrar en él con cuidado y buscar dentro suyo, para sacar a un pequeño pollito criándose en la soledad.

Al instante, dejo las cajas y me acerco a arrodillarme junto a ella.

___: Rayos, pobrecillo...—veo al pequeño animal con lástima, aliviada de no haberle hecho ningún daño—¿Cómo te diste cuenta?

Dolores: Oí su piquito.

Su respuesta me causa gracia, pero tras una pequeña sonrisa y una mirada al pobre animal, me doy cuenta de algo.

___: Se llevaron a las gallinas anoche... ¡Este pollito no ha comido nada en horas!

Dolores: Lo veo calmado, ¡pero pobrecito! Hay que ir a buscarle algo.

___: Ve tú...—la incomodidad vuelve, al igual que la tensión entre las dos, incluso teniendo ahora un tercer personaje distractor—Yo me quedo ordenando.

(Jacques)

Escucho la conversación, y al oír sus pasos acercándose a la puerta, le hago una señal a Mirabel; es momento.

Mira toma una gruesa tabla de madera y la coloca de modo que impida abrir las puertas, y al correr hacia ella, chocamos los cinco y reímos en susurros al escuchar las quejas de Dolores al no poder abrir la puerta.

Mirabel: Bueno,—se limpia las manos—eso las mantendrá ocupadas. ¿Vamos a tomar algo?

Jacques: Pero... ¿Realmente dejaremos sin comer al pajarito?

Mirabel: En la planta de arriba del granero hay maíz. Si realmente se ponen a ordenar, lo encontrarán en cualquier momento.

Sonrío con la vista fija en ella; hasta siento cómo se derrite mi corazón.

Jacques: Mirabel, realmente piensas en todo.

(___)

Tras subir a la segunda planta para empezar a ordenar, escucho los quejidos de Dolores y bajo a ver qué la tiene tan mal.

___: ¿Todo bien?

Dolores: Creo—forcejeando—que la puerta está trabada.

___: Tal vez sólo eres demasiado débil. Déjame intentar.

Soy un poco cruda para hablar y no sé medir mis palabras, tengo que aceptar. Por eso mismo, es bueno encontrar a gente como la familia Madrigal, que lo que le digas, te lo puede refutar en vez de ofenderse.
Sin embargo, hago el ridículo al tratar de abrir las puertas y fallar.