3. Negociación

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Mí corazón iba más rápido de lo que sentía que podía soportar, cómo sí algo dentro de mí se estuviera perdiendo, de nuevo.

No pude hablar, de mí boca no salió palabra alguna solo atiné a ir al baño a lavarme la cara para calmarme pero no parecía resultar.

Habían pasado ya dos días, la ansiedad había aumentado por lo que no pude esperar a la próxima semana para ir al hospital.

Cuando al fin entre a la habitación la pude ver ahí, estaba conectada a diversas máquinas de las que yo no tenía idea de su funcionamiento, su cabello rojizo parecía tener cada vez menos brillo y su piel empalidecia.
Noté su respiración entrecortada y el sonido de sus latidos lentos.

-¿W-wanda? -Musito Natasha abriendo lentamente los ojos-
-Nat ¿Cómo te sientes? -Pregunte con algo de miedo-
-Como si un camión me hubiera pasado por encima -Dijo de forma tenue pero solo logró ponerme más nerviosa-

-¿Podrías acercarte? -Hablo Natasha en tono bajo

Más que una pregunta parecía ser una petición, no parecía ser correcto pero no era algo que no quisiera hacer.
Tomé valor y miré afuera de la habitación, no había nadie.

Desinfecte mis manos antes de entrar y me puse una mascarilla para mejor cuidado, probablemente sí nos atraparán me sacarían de aquí.

Entré a la habitación, apesar de la mascarilla tapando mi nariz y mí boca sentía el frío aire.

-Hola -Dije estando a una distancia considerable de ella-
-Hola Wandita -Dijo ella soltando una leve risita-

Natasha se levantó levemente de su cama y se sentó, me hizo la seña con la mano para que me sentará a su lado, era como si no me pudiera negar a nada de lo que Natasha me pidiera.

-No debería acercarme tanto ¿Verdad? -La miré de cerca por primera vez-

Sus ojos verdes iluminados por la tenue iluminación de la habitación se veían más hermosos de cerca, su piel aunque pálida estaba con un tono rojizo en las mejillas.

Las ojeras que tenía eran notables hasta cierto punto además las marcas de moretones y manchas en la piel de sus brazos todo eso era perfecto para mí.

-No no deberías, pero no es como que me importe mucho -Natasha soltó una risa leve-

Me miró con una expresión bastante amable pero cansada, recargo su cabeza en mí hombro, no pude evitar tomar levemente su mano.

Era como si la barrera que nos separaba se hubiera derrumbado por completo cuando sentí su delgada y cálida piel en el momento en el que nuestras manos se tocaron.

La máquina que mostraba los latidos de Natasha había aumentado de velocidad.

-¡¿Wanda?! -La enfermera de edad algo avanzada que siempre me recibía en el hospital había entrado-

Me asusté ante su entrada y me levanté con rapidez.

-¡Es área restringida! Sal de ahí niña - Más que un regaño de molestia era de preocupación-

No me negué en absoluto y salí de ahí lo más rápido que pude.

-Natasha, tu también sabes que nadie puede entrar -La mujer reviso los estudios que estaban en la mesa-
-Lo siento, yo se lo pedí -Me dí la culpa total del hecho

Sentía que la pelirroja ya cargaba con demasiadas cosas como para que tuviera que recibir un regaño.

-¡Ay niñas! Tienen suerte de fuí yo quien las encontré, si las hubiera visto un doctor sería mucho peor pero aún así ordenare desinfección total de tu habitación Natasha y sabes que te tendrán que hacer revisión total - La pelirroja solo miraba el piso y asintió

Unos días más pasaron y yo no podía quitarme de la cabeza lo que había pasado la última vez que la ví, por primera vez sentí que no había nada que nos pudiera separar.

Pero no era así, y no lo era por qué todo en algún momento lo tenemos que dejar ir.

Volví el día que tenía que ir y como era costumbre me dirigí a la habitación de Natasha en cuanto mis labores terminaron.

-No está en su habitación linda -La enfermera me detuvo-
-¿Donde está?- Pregunté ya con algo de temor

La mayor carraspeó y jugeteo levemente con sus dedos, parecía pensar de que forma debería decírmelo.

-Ella está... Lo siento Wanda, ella está grave, en terapia intensiva al parecer está empeorando rápidamente -Explicó de la forma más calmada que pudo-

Mi respiración se agitaba y miles de pensamientos iban y venían a mí cabeza ¿Ha sido por mí?¿Yo cause que empeorará? La culpa era recurrente desde antes en mí, sentí mí corazón doler podía entender que tenía miedo... Tenía miedo de perderla.

-¿Ella estará bien? -Mi voz tembló
-La leucemia que tiene es grave, Wanda yo... Después de que me preguntaste por la hermana de Nathaniel me dediqué a saber un poco más de su caso, el niño no está tan grave, pero ella... No te puedo asegurar nada -

Parecía que todo me daba vueltas no podía procesar las palabras que me estaba diciendo de forma correcta.

Tenía un nudo en la garganta que no desaparecía, sí decía algo estaba segura que rompería en llanto.
Unos minutos después caminé por el hospital intentando calmarme.

-¡Wandita! -Nathaniel se acercó a mí dándome un efusivo abrazo-
-Nate -Senti la calidez de su abrazo, al parecer Nathaniel y Natasha tenían eso en común -¿Cómo te sientes? -

-Mejor, el doctor dice que me estoy curando, soy muy fuerte -Inflo sus mejillas-
-Claro que lo eres -Le sonreí-
-Wandita ¿Has podido ver a Nati? No a venido a verme, ella siempre intenta venir a verme, la extraño- El niño tenía una expresión levemente triste

"Yo también la extrañaba, el sentimiento de culpa y miedo me invadió una vez más."—WM

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White Blood |Wandanat|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora