13 de noviembre 2022
Pablo
- Aquí no llega nadie, ¿a que hora decías que llegaba su avión? - pregunta Nico a mi lado impaciente.
- Llegaba a las 9:45 eso me dijo ella - digo ahora yo, aún más impaciente.
Nico da un largo bostezo y suspira. Miro la pantalla del móvil un par de veces más, viendo que son las 10 en punto. Resoplo yo también y me siento al lado de Nico, cierro los ojos un momento al igual que Nico.
- Primo, despierta primo coño - dice una vez que reconozco perfectamente.
Instantáneamente abro los ojos encontrándome a mi prima con una sonrisa. Me levanto del asiento rápido despertando a Nico, que se ha quedado dormido al igual que yo. Me abrazo a mi prima, y al segundo la suelto para que Nico también pueda saludarla. Miro la hora en la pantalla del móvil, las 11:30.
- Pero bueno... ¿y estas horas de llegar? - la digo a mi prima mientras señalo levemente mi mano.
- Se ha retrasado el avión, había turbulencias - dice ella, aun abrazado a Nico.
- Pues habernos mandado un mensaje, nos hemos preocupado - digo ahora yo.
- Si, super preocupados os veía yo - dice con ironía, evidentemente.
- Habernos avisado, un mensaje o algo hija - dice ahora Nico, soltándola.
- Si hijo si, en el avión, donde hay muchísima cobertura ¿verdad? - dice ella, dándole una colleja a Nico.
- Es verdad, bueno venga vamos a casa que tengo sueño - intenta escaquearse ahora Nico.
Pedri
- Si, claro ¿sobre que hora tenemos que ir? - le pregunto ahora.
- Sobre las 19:30, que nos vamos a bañar un rato en la piscina primero - dice Pablo a través del teléfono.
- Vale hermano, perfecto. ¿llevo a Judith? - le pregunto algo nervioso.
- Si, perfecto cuantos más mejor - dice el contento, que amor de niño.
- Vale, pues nos vemos a la noche - digo ahora yo despidiéndome.
(...)
- ¡La comida está lista! - grita Fer justo cuando corto la llamada con Pablo.
- Ya bajo - digo mientras salgo de la habitación.
- ¿qué hay de comer? - pregunta la pelirroja, que ahora es mi lío.
- Hoy tenemos cena, en casa de Pablo, una barbacoa - digo mientras saboreo las croquetas.
- Uy, ¿y eso? - pregunta ahora Fer extrañado.
- Nos ha invitado a casi todos los del equipo, es una sorpresa - digo sonriente.
- ¿y yo estaré? - dice ahora la zor... Judith.
- Si, por lo visto a ti también te han invitado - pongo cara de asco mientras bebo agua.
- Bien, pues tendré que buscar un vestido chulo - dice levantándose del asiento.
- Quieta para! Illa, recoge tus platos y tu vaso - dice ahora mi hermano.
- Coge también un bikini, nos bañaremos en la piscina - digo ahora yo.
Paloma
- ¿qué habéis invitado a quien? - digo algo cabreada.
- A Pedri, pero no le hagas caso y punto - dice mi primo.
- Cómo si fuera tan fácil, por una sola razón me pire de aquí, y fue por él - digo enfadada.
- Tu sólo, ignórale - dice mi primo encerrándose en su cuarto.
Resoplo, y bajo a la cocina. Nico ha dejado preparados unos espaguetis para comer, ya que él se ha ido hace un rato a la revisión del club. Hace más de dos meses que se lesionó, a ver si puede volver a jugar.
Acabo los espaguetis y voy hacia el salón. Justo cuando me siento en el sofá, suena la llave y están entrando en casa, Nico ha vuelto. Me levanto del sofá y voy rápidamente a saludarle.
- ¿qué te han dicho de la cadera? - le pregunto, si, la cadera es lo que se ha lesionado, en fin.
- Todo está perfecto, ya puedo volver a entrenar - dice feliz, con una sonrisa en la cara.
- Olé, que bien - digo feliz ahora yo, mientras me abalanzo a darle un abrazo.
- Se puede saber ¿por qué tanto escándalo? - pregunta Pablo, bajando las escaleras.
- Vaya cara de muerto que tienes, bro - dice Nico riendo de su cara de recién levantado.
- Nada tio, echándome la siesta - dice él con su respectiva voz ronca.
(...)
- Eres una niña pequeña - dice mi primo sacándome la lengua.
- Déjame ya anda pesado - digo ignorando su comportamiento, algo arrogante.
- Pero bueno... mira quien ha venido, desde el sur de España - dice Ferran nada más verme.
- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, por fin has venido - dice Sira, apareciendo detrás de el.
- Hola, he llegado esta mañana - digo saliendo de la piscina para saludarles.
- AAAAAAAAAAAAAAAA, has venido por fin - dice ahora Ansu, apareciendo de.... ni idea.
Saludo a todos los recién llegados, y me meto en la piscina como buen impaciente que soy. Mi primo me había prohibido meterme a la piscina hasta que llegaran los invitados, pero poco he tardado en desobedecerle. Me he metido a la primera de cambio, la verdad es que en la piscina climatizada se está super bien.
Quince minutos después suena el timbre, ya están todos metidos en la piscina. Justo salía para coger unas pistolas de agua y volver a la piscina. Mi primo me ha echado una mirada de "como no vayas y abras, la tenemos después". Enfurecida voy de camino a la puerta de la casa, abro la puerta y lo primero que veo es a Pedri.
"Parece que la fiesta acaba de empezar".
Intento evitarlo y parece que el mundo está a mi favor cuando veo detrás de él a Fer y a una chica que no conozco.
- ¡Feeeeeeeeer! - digo corriendo hacia él y saltando en sus brazos, aunque estoy empapada de la piscina.
- Enana, por fin aquí de nuevo - dice él sonriéndome y dándome un beso en la cabeza.
Pedri
- ¿quieres una cerveza? - le pregunto a Fer saliendo de la piscina.
- No, gracias, cenaremos en un ratito - dice el sonriéndome, y volviendo a poner su atención en Ferran.
Entro a la casa, y recuerdo como era el lugar para ir a la cocina. Llego a la cocina y está... Paloma. Creo que es el momento de entablar una conversación larga con ella.
- Ni ha saludarme te has dignado - digo sacando una cerveza de la nevera.
- Te he visto bien acompañado de la pelirroja, ¿cómo se llamaba? ah sí, es verdad, Judith - dice sarcástica.
- Para un saludo, no creo que tengas mucho esfuerzo que hacer - repito ahora algo molesto.
- Tampoco lo has hecho tú, y podías haberlo hecho - dice ahora ella sacando una bolsa de patatas.
- Te recuerdo que viajé a Sevilla, para despedirnos como merecíamos, y lo único que hiciste fue echarme de allí, después de lo ocurrido - digo con la voz algo molesta y entrecortada.
- No entiendo porque tuviste que ir - dice ella arrepentida de lo que pasó allí.
- Porque quería despedirme de ti... - digo yo, enfadado mojándome los labios repetidas veces.
- Haberlo pensado antes de hacerme daño y quizás, y solo quizás me hubiera quedado todo el curso aquí.
Y sin más palabras, sale de la cocina. Veo como vuelve a la piscina, limpiándose las mejillas. Me limpio las mejillas, me acabo la cerveza que después de la conversación casi me la he terminado. Voy al baño y vuelvo a la piscina con los demás.
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