Seis

4.6K 430 177
                                    

Ino observó al Uchiha con el ceño profundamente fruncido, odiaba que mirara a su amiga de esa manera siendo que la dejó por Hinata, ¡Por Hinata! Por favor, ¡Hasta Naruto se daba cuenta de que ellos dos no congeniaban! e Ino estaba segura de que no sabían nada uno del otro y que se habían hablado por primera vez el día del café.

- Maldito -susurró la rubia viendo cómo Sasuke miraba a Sakura mientras que tenía a Hinata, quien felicitaba a Temari, agarrada de la cintura.

- Leí una vez que las personas que hablan solas están deprimidas, locas o poseídas -una voz la sacó de sus pensamientos asesinos hacia Sasuke, giró la cabeza y se topó con unos ojos oscuros y sonrisa ladeada- Dime ¿Eres algo de los tres?

- Bueno, mis amigas dicen que estoy loca.

- Entonces es la mejor opción -sonrió con los labios plegados- Como dicen, las mejores personas están locas.

Ella sonrió.

- Eso lo sacaste de Alicia en el país de las maravillas.

- Mmm, bueno, no parecías del tipo que ve películas de fantasía.

- En realidad es mi género favorito. Pero el libro es mejor.

Sai elevó las comisuras de sus labios y se detuvo a observarla bien: ojos azules intensos, nariz pequeña, labios gruesos y el cabello en un largo manto de matices rubios. Era en verdad muy hermosa, digna de una pintura.

- ¿Qué? -preguntó ella bajo la mirada de Sai, no le hacía sentir incómoda, sino muy alagada.

- Creo que me he inspirado -él apreció- Eres una hermosa mujer.

Las mejillas de la rubia se tiñeron de rosa, sonrió algo apenada y para ese entonces el asunto de Sasuke y Sakura ya se había salido de su mente.

- ¿Eres artista, entonces? -él asintió- ¿Cómo te llamas?

- Sai, ¿Y tú?

- Ino -tomó la copa de vino.

- Mm, Ino -él la miró con ojos intensos, por su mente pareció pasar algo loco por un momento, cosa que no paso desaparecido por la rubia- Te propongo algo.

Los ojos azules de la rubia se entrecerraron con interés hacia Sai, un extraño le haría una propuesta después de hablar por tan solo 60 segundos.

- ¿Qué? -preguntó con curiosidad.

- ¿Te gustaría ser mi musa?

(...)

Hinata caminó hacia el sanitario que se encontraba dentro de la casa, subió las escaleras hasta el segundo piso y caminó por el pasillo, el cuarto de baño se hallaba justo frente a ella, pero algo le hizo detenerse.

Unos pequeños sollozos se alcanzaron a escuchar el la habitación al lado del baño, Hinata acercó su oído a la puerta para oír mejor y oyó a alguien ahí, parecía muy triste.

Tomó la perilla de la puerta con vacilación, dabatiéndose entre ingresar o no, no sabía si aquel alma le dejaría consolarla. Finalmente se decidió por entrar, abrió la puerta con un pequeño susurró y divisó una silueta en la habitación completamente oscura, estaba alguien sentado, con las manos en los ojos y lanzando pequeños sollozos y gemidos de tristeza. Tenía el pelo rubio.

- ¿Na-Naruto? -preguntó tímidamente la chica, su pecho se contrajo al ver el rostro de su ex novio, estaba surcado de lágrimas y con una mueca de tristeza.

- Hinata -susurró con los ojos abiertos con sorpresa, pasó las manos por su rostro en un vano intento de ocultar las lágrimas que la chica ya había visto, volvió su mirada a ella y sonrió, su sonrisa era falsa, rota y triste. Se sentía un estúpido, ella lo había visto llorar; últimamente lloraba demasiado.

Traición y Peligro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora