Capítulo 18

19 2 0
                                    

"je t'aime mon amour" esas fueron sus palabras, y podría escucharse loco, pero era la primera vez que Alexandré confesaba abiertamente que me amaba, lo cual no era necesario pues por sus acciones y sus actos de servicio yo no dudaba de que siente algo por mí, pero sin dudas fue lindo escuchar esas palabras saliendo de su boca, esas sí las pude interpretar muy bien.

A pesar del intercambio de palabras entre el hermano mayor de mi esposo y yo, volví a la fiesta, conviví y la pasé muy bien con los invitados; esa vez no le dije a Alexandré lo grosero que fue su hermano conmigo, era nuestra boda y no quería arruinar eso para él, verlo feliz me hizo feliz.

Nuestra luna de miel fue en Tailandia, para mí fue una sorpresa, pero la pasamos muy bien, y de Tailandia nos trasladamos a Bali para continuar nuestra luna de miel, y fue mi parte favorita, el paisaje, el clima, la compañía, para mi todo fue perfecto, fue tan perfecto que comencé a tener sentimientos diferentes hacia Alexandré, lo veía tal cual era, compartir día y noche con él no hizo más que acostumbrarme a su presencia; Alexandré era un soñador al igual que yo, tenía muchas ideas, sobretodo ideas de negocios, sabia compartir sus ideas de una manera tan sencilla y fascinante que incluso alguien que no tuviera conocimiento de los negocios, como yo, podría entenderlas, amaba esta parte de él, me generaba una admiración enorme hacia él, y me siento orgullosa de poder decir que él es mi esposo.

- Estás todo quemado por el sol, tu cara está muy muy roja, pobrecito... - Desde nuestro cuarto de hotel teníamos una vista increíble, aunque Alexandré se había dejado llevar por el cálido clima y ahora luce sacado de una película de terror, su pálida cara estaba terriblemente roja.

- Debí hacerte caso cuando me diste la advertencia de que usara el protector solar, pero no creí que me iba a dejar con la cara de color tomate tan rápido. - me acerqué a él, tomando su cara entre mis manos para ver qué tan quemado estaba, éste se quejó un poco lo que me causó algo de gracia y ternura.

- ¿Te duele? Qué horror! Creo que tengo una crema que podría ayudar, siéntate un momento, iré a buscarla.

Fui rápido al tocador, tenia una crema hidratante que podría ayudarlo un poco, me daba pena verlo así, qué irresponsable era, debió hacerme caso y echarse protector solar.

- Aquí está! Te pondré esta crema, es un hidratante, te va a refrescar, ¿vez lo que te pasa por no hacerle caso a tu esposa? Ya no tengo un esposo, ahora tengo a un Hell Boy.

- ¿Sabes qué me ayudaría? No salir de esta habitación por hoy, podrías hacerme compañía si quieres, ser mi sexy enfermera.- Una pequeña risita coqueta salió de nosotros.

Yo quería salir más, me faltaban cosas por ver, y había hecho una pequeña lista de los lugares que quiero visitar, pero gracias a mi ahora esposo habíamos perdido algunos días por estar encerrados en nuestro cuarto de hotel, y al parecer no le fue suficiente.

- Alexandré, dijiste que iríamos a... - Él me interrumpió.

- Alexandré... Antes decías Alexander, no me molestaba en absoluto -Dijo, cambiando el tema.

- Escucha, sé que mi francés es la peor blasfemia que has escuchado, pero al menos estoy intentando pronunciar correctamente tu nombre, ¿Merezco un premio por eso, no?

- Cuando volvamos a Francia, tengo que poner algunas cosas en orden, aún no tenemos casa, pero arréglate todo, pondré todo en orden y cuando eso pase, quiero que mi esposa aprenda francés lo más rápido posible, quiero que puedas hacer cosas por tu cuenta y que puedas comunicarte con los demás en caso de que necesites ayuda en algo; sí es cierto, si no hablas francés en Francia te será un poco difícil adaptarte, esto sucede en todos los países, yo tuve que aprender español cuando viví algunos años en España, y créeme no fue fácil, pero vale la pena aprender.

The million dollar manWhere stories live. Discover now