Seth, Dios del desierto, es castigado por sus maliciosos actos. Horus, nuevo Rey de Egipto, abandona sus responsabilidades para ayudar a que su tío se libere de su maldición.
Estarán juntos atravesando todo Egipto por un lapso aproximado de 100 dia...
Unos largos mechones rojizos descansaban sobre la... ¿arena? No, ya no estaban en la arena. Esto era mucho más suave que la arena. Era similar a estar recostado en una almohada. Suave y cómodo, con una fina textura e impecable bordado. Sin duda era seda, una de muy buena calidad. Solo los Dioses y Faraones tenían acceso a ella. Que extraño, ¿Cómo fue que paso de estar tumbado en el desierto, a estar recostado sobre una almohada de seda?
-"Tío..."-
Abrió sus ojos. Era Horus.
-"¡¡¡AHHHHHH!!!¡Maldito pichón! ¿¡Por qué mierda estaba recostado en tu regazo!?"- Dijo Seth mientras saltaba del horror.
Donde habían estado acostadas sus rojizas cabelleras, era en la Shanti de seda de Horus, que tenia sujeta a su cadera y bajaba hasta sus rodillas, lo que significa... ¡Que acostó su cabeza en el regazo de Horus!
-"Cálmate, tío. No hay necesidad de gritar. Hasta hace un momento estabas plácidamente dormido."- Dijo el semidios despreocupado.
Seth lo miró con enojo. Ese mocoso insolente se atrevía a humillarlo de tal manera... y sin siquiera mostrar la más mínima expresión. Definitivamente no dejaría que Horus gane.
-"¿Como fue que me encontraste? No, más importante... ¿Dónde está Anubis?"-
Horus permaneció en silencio por un rato, no sabía si a su tío le agradaría la noticia. Seth ya se estaba impacientando de que no hubiera respuesta. Pero por fin, Horus decidió hablar:
-"Te he estado siguiendo desde hace un tiempo, tío. Cuando por fin te encontré, vi a un hombre de cabelleras negras golpearte. Noté que te habías desmayado, así que en un movimiento rápido te tomé entre mis brazos y volé lejos de allí..."-
Cierto. Anubis, su propio hijo, lo habia besado confundiéndolo con su amante. Había olvidado totalmente que era su padre. ¿Quién pudo hacerle tal cosa a su pequeño Anubis?
Seth tenía una mirada de enojo e impotencia. Debía encontrar al culpable de borrar los recuerdos de su hijo, pero a la vez, no debía olvidarse de su maldición. Tenía que seguir recolectando almas o iba a terminar mal. A estas alturas no sabía que era peor. Morir dolorosamente, o que tu hijo se olvide completamente de tí. Por dentro, Seth sentía una de las peores torturas. Como si estuvieran abriendo su pecho y aplastando su corazón lentamente...
-"Tío, ¿estás bien?"- Una voz que desearía que no fuera familiar lo sacaba de su burbuja.
-"¿Y a tí que carajos te importa pajarraco?"-Respondió Seth de mala gana-"¿Que mierda se supone que haga ahora? Estoy en el medio del desierto, y sin mis poderes divinos no podré volver a la carabana"-
Horus se sorprendió, ¿por qué su tío querría volver a un lugar así? ¿Había olvidado algo? Era imposible que quisiera volver para buscar a ese Dios extranjero.
-"¿Porqué volverás allí, tío?"-
-"Pensé que eras más inteligente... en esa carabana hay una gran cantidad de almas que me han sido entregadas por petición mía. Debo regresar para seguir recolectándolas."- Respondió el de mechones rojos rodando los ojos.
Horus permaneció serio. Sabía que si su tío volvía a ese lugar, era más que probable que lo recibieran como un esclavo y lo violaran. Tal vez hasta podrían torturarlo y matarlo. Si no hubiera sido porque llegó a tiempo aquella vez, no podría decir que le hubiera pasado a Seth. Realmente se preocupaba por él, pero no podía obligarlo a seguirlo aunque quisiera. Horus sabía mejor que nadie lo terco que era su tío. Si quería protegerlo y permanecer a su lado, debía convencerlo de ello primero...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-"Anubis..."- Una feroz voz habló, haciendo temblar a todo el Duat.
-"Padre..."- Osiris parecía molesto, de seguro recibiría un castigo.
-"¿Dónde está Seth? Has vuelto, pero no veo que lo traigas contigo..."-
Anubis no podía decirle a Osiris que había besado a ese tal Seth al confundirlo con su amante, que luego de eso lo había molido a golpes, y después un hombre con sombrero de halcón se lo había llevado volando. Quedaría en ridículo, además de que seguro sería castigado, ya que su padre le había dicho claramente que lo traiga sin un solo rasguño.
-"Anubis, ¿en qué tanto piensas? Responde a mi pregunta"- La voz de Osiris sonaba imponente, podría hacer temblar a cualquiera.
-"Sí, padre. Verás... todo iba bien, el Dios del desierto Seth pareció reconocerme. Justo cuando estaba por proponerle de venir al Duat conmigo, un hombre con alas y tocado de halcón salió de la nada y lo tomó entre sus brazos. Al pasar, levanto una gran cantidad de arena, por lo que no pude ver adónde se lo llevaba..."- Parte de la historia era cierta. Se las había ingeniado bien para evitar ciertas partes, ahora solo quedaba rezar para que su padre le creyera.
!!!!!!!
Un fuerte ruido lo aturdió, levantó un poco la cabeza y se encontró con el puño de su padre atascado en su trono.
-"¡¡¡Fue Horus, siempre ha sido Horus!!!"-Gritó Osiris-"¡¡¡Si no hubiera cumplido los caprichos sexuales de esa perra aquel día, Seth ya sería mío!!!"-