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El 07 de mayo de 1945, las tropas alemanas se rindieron ante la amenaza de los aliados; para llegar a una época en la cual el nazismo no volviese a existir, la humanidad tomó una decisión.

Eliminarlos

-Disculpe, ¿está usted bien? -le hablaba la joven angustiada al varón frente a ella

-No mujer, no lo estoy- la joven empezó a tratarle las heridas con algunos paños tratando de cesar una herida en su hombro- hace mucho que dejé de estarlo- dijo regresando en sí - ¿Dónde estamos?

-Es usted norteamericano, ¿No es así? - recordó que se había colocado la chaqueta de uno de los caídos norteamericanos cuando escapaba de Auschwitz dándose la sorpresa de que Buchenwald ya no estaba

-Sí- susurró

-Que bien que haya sobrevivido, la guerra finalmente ha acabado, pero se están encargando de los soldados nazis en los campos; realmente son unas bestias-la calidez que en ese entonces Smith pudo sentir, le recordaba a la misma de aquel ser que amó... Pero, a la vez eran muy distintas- ¿De qué tropa viene usted? - le hablaba mientras lo acomodaba en una almohada

-Buchenwald- mintió

-¡Es un milagro que siga vivo!, dicen que hubo una emboscada... ¿De qué tropa encargada?- fue entonces cuando Smith empezó a toser del cansancio poniéndose más pálido de lo usual- usted debe descansar, he logrado detener la hemorragia, cuando se recupere regresaremos a la base- fue entonces cuando se dio cuenta que la mujer cargaba con un fusil al parecer cargado, fijándose en su camisa pudo darse cuenta que pertenecía a la tropa médica norteamericana encargada de limpiar y rescatar- ¿Necesita algo, agua?

- Quédate a mí lado- no sabía con exactitud por qué pedía aquello, pero su deseo fue cumplido de inmediato; pudo dormir en paz sobre las piernas de aquella mujer desconocida, aún en sueños podía escuchar cómo le cantaba una canción... Se sentía mareado, ansioso... Pero a la vez enfermo- ¿Qué sucede? -le preguntó al ver cómo temblaba entre sus brazos- ¿Tiene pesadillas?, ¿Le duele algo?

-Atheret- le habló mientras acariciaba su mejilla

- ¿Atheret?, ¿Es su familiar?, ¿Desea contactarle? - En la mente de aquel hombre, no era aquella joven norteamericana que le había salvado... Era Atheret

-Lo siento- empezó a llorar preocupando aún más a la joven que empezó a abrazarle con más fuerza- En verdad lo siento...

- ¿Qué ha sucedido con Atheret?

-Murió... Mi Atheret murió

- ¿Qué sucedió?, ¿Sigue afuera?... Quizás pueda ayudar- hablaba con desesperación al ver cada vez más apagados los ojos del varón

-Yo la amaba mucho... Te pareces mucho ella- empezó a acariciar uno de los mechones del cabello de la fémina-tienes su misma mirada

- ¿Qué sucedió? - dijo preparando la morfina al ver cómo empezó a toser sangre, seguido empezó a sacar de su bolsa una hoja y un lápiz para escribir una carta

-Fue aquella noche de invierno, yo asesiné a mi madre en el campo...

- ¡Tú eres el único loco Smith!, ¿De qué nación me hablas?; Quiero a mi hermosa Alemania; pero no así, no de ésta forma tan enfermiza de vosotros...- de no ser la mujer que me parió, ya estaría hoy mismo en el horno; ¿Quién podría decir que también soy un traidor?

-Esta judía se va hoy mismo-la jalé del cabello bruscamente mientras esta gritaba, pero mi madre se interpuso en mi camino, mujer contaminada por la sangre agraria- ¿Qué sucede mujer?

          

- ¡Con que ahora soy mujer y no tu madre! - me gritó con lágrimas saliendo de sus ojos

-Mi familia solo es aquella que en verdad ama a su patria-estaba molesto, nosotros éramos alemanes de raza pura pero simplemente esta mujer a la que llamo madre nos manchó a todos

- ¡Llévame a mí al horno, pero no a ella! - se aferró al cuello de mi camisa, la miré a los ojos... Ojos que alguna vez me miraron transmitiendo amor hoy solamente transmiten lastima

- ¿Estás segura mujer? - dije tomándola fuertemente del cabello- puedes arrepentirte-quería que se arrepintiera, pues a pesar de todo... Era mi madre

-Prométeme que no le harás daño Smith

-Está bien, vida por vida- la judía empezó a gritar una y otra vez, pero solamente decidí encerrarla en el sótano, empezó a golpear la puerta una y otra vez gritando: "¡No lo haga!, ¡Es su madre!, ¡¿Acaso su madre no le parió en ésta tierra?!"; Tomé a mi madre fuertemente del brazo y la saqué de mi hogar.

-Mi pequeño niño... ¿En qué te has convertido?

-No vuelvas a llamarme así mujer-di el primer golpe contra su nariz haciendo que gritase del dolor- no eres mi madre, has negado a la patria, por lo tanto, me has negado a mí

- ¡Mi hijo, hoy es un soldado cuando apenas ayer te cargaba en mis brazos! -la tiré al suelo para empezar a propinarle golpes con los puños- ¡Ahora me golpeas cuando lo único que hice fue llenarte de abrazos! - por obra del todo poderoso, un camión pasó; decidí montar a mi madre en el vehículo donde sería transportada a los hornos- ¡Smith! Smith, por favor... Soy tu madre!- aquel grito me hizo llorar cuando el camión arrancó, haciéndome caer de rodillas al suelo, ¿Qué había hecho?...
Soy un maldito, ¿Cómo pude haber entregado a la mujer que me dio hasta el color de sus ojos?.

¡Oh gran Dios!, ¡Oh señor, dueño de la Hermópolis!, ¡Tanta sabiduría hace temblar la tierra del señor Thot!; ¡Oh gran Thot, en su rumbo ha de atravesar miles de bosques manchados por las calumnias del estúpido cosmopolitismo; y aun así seguirá siendo el mismo magnífico y omnipotente señor, ¡dueño de la sabiduría eterna!

Llegué a casa para sacar a la judía del sótano donde se encontraba llorando:

- ¿Lo has hecho? - dijo viéndome a los ojos

- ¡Por supuesto que sí!, Yo no soy un traicionero

- ¡Varón estás maldito!, ¡Cómo osaste de golpear a la mujer cuyo seno te alimentó! - bajó la mirada ante mí-no mereces seguir viviendo

- ¡Tú tampoco!, Pero esa mujer ha dado su vida por la tuya, ¡Ve y sigue limpiando!, Desde hoy serás mujer alemana, trabaja porque hoy eres mujer alemana y mañana tendrás que ser madre alemana

¡Heil Hitler!

Me era repugnante tal aglomeramiento de razas reunidas en un solo lugar, repugnante aquella promiscuidad de polacos, romaníes, croatas, serbios, húngaros y los traidores que conformaban la unión soviética; pero en medio de todos ellos, los culpables de todos nuestros males, son el bacilo disociador de la humanidad; son los judíos, judíos y siempre judíos.

Éste campo no es más que la aglomeración del incesto.

-¡Desnudaos ya!-grité al verlos a todos-¡Rápido animales!-era agradable cerrar la puerta del crematorio, habitación donde internamente se escucharán los gritos desesperados de aquellas carnes malditas que arruinan nuestras vidas, las cámaras no pueden descansar un solo minuto, vaciábamos una para poder llenar la otra, en especial porque esta era nuestra solución final; de los hornos el olor repulsivo que liberaba la chimenea me era a la vez, un símbolo de diversión, finalmente nuestra patria sería libre; mi corazón siempre anhelaba no una monarquía austríaca, sino un imperio Alemán; imperio que el día de hoy ayudo a formar. Aunque estos imbéciles son astutos, lograron manchar parte de la sangre alemana, manchándola con el llamado marxismo, solamente los idiotas podían creer tal cosa, no somos iguales a ellos en ningún sentido de la palabra, los judíos no son más que una amenaza biológica para Alemania, y todos deben entender eso.

Eternamente #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora