7. ESCUELA DE ARTES

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Al igual que otras escuelas, la Juan José Arreola se dividía por niveles, pero esta se enfocaba sólo a una rama del arte según en el grado en que estuvieras. Había estudiado por varios años, entré ahí con once, y estaba por completar el octavo grado, saldría de ahí cuando entrara a la universidad.

Este era mi último año ahí, porque ellos esperaban que salieras con dieciocho como hizo mi hermano, y yo los había cumplido el enero anterior. Tenía un plan hecho desde mucho tiempo antes de terminarla: Estudiaría profesionalmente la carrera en letras, y posteriormente vendría a Arreola a impartir clases.

— No ganamos nada bien aquí, Abel —me dijo mi maestra cunado le conté mi proyecto—. Estamos aquí más por gusto.

— Yo estaría aquí por pasión, maestra —le respondí con emoción—. Me gustaría terminar donde empecé. Claro, quiero seguir con mi sueño de escribir libros, pero no puedo no pagarle todo lo que me dio ésta escuela.

La maestra María impartió su clase de Cuentos y Relatos Cortos en el cuarto nivel, cuando yo tenía sólo catorce de edad. Recuerdo casi cada palabra que dijo en clase, porque cada una de ellas salió con pasión y fervor, más de la que cualquier otro profesor mostró en los ocho años. Ella es la fuente de inspiración para mi sueño de convertirme en escritor, y por ella aprecio la literatura como la mejor expresión de los sentimientos. Suya fue la frase que dije sobre el significado del arte.

Nunca desaproveché cualquier oportunidad de asistir a ella cuando tenía alguna nueva historia en mente o alguna se me ocurría. Me permitió consultarla cada vez que necesitaba ayuda con algún trabajo, y siempre me ayudaba mejorarlo, ella decía que era un placer tener un alumno tan devoto, y para mí era un placer tener una maestra tan comprometida. Incluso recibí su ayuda con la historia corta con la que gané el concurso al que me invitó.

Durante los ocho niveles, y en cada una de sus diferentes ramas, te enseñan cómo proyectar algo en tus trabajos. Buscan que tus obras tengan una propuesta y por lo menos, un significado simbólico que represente algún suceso, movimiento, o sentimiento.

Es por esto último que esta escuela tiene una materia que nadie más imparte: Conocimiento Emocional. Esta clase la tenías en el primer, en el cuarto y en el octavo nivel; buscan que trates de reconocer tus sentimientos, y las cosas que te afectan y cómo te afectan, para así poder aplicarlas en tus proyectos, para que estos tuvieran algo en ellos y no fueran superficiales. Era en esta clase donde se juntaban todos los artistas, desde los fotógrafos, pasando por los escultores, y hasta los literatos. Quienes imparten estos cursos son profesores y psicólogos por igual, y cualquier problema que pudieras tener podías hablarlo con ellos y te ayudan con lo que necesites.

Fue uno de ellos quien me pidió transportar nuestra historia a un texto, porque sabe que es lo que yo requería. Me pidió que te hablara directamente, que te diga todo lo que me hizo hacer lo que te hice, como si de verdad pudieras escucharme. Estoy enajenado en estos sentimientos y en esta obra, porque estoy dejando todo lo que soy en ella, y aunque no sé si llegarás a conocer esto, espero que pueda ayudarme para remediar mis propios errores.

 Estoy enajenado en estos sentimientos y en esta obra, porque estoy dejando todo lo que soy en ella, y aunque no sé si llegarás a conocer esto, espero que pueda ayudarme para remediar mis propios errores

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—Nos vemos!

Mírame Como Te MiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora