Cap. 30 Hogar, dulce ¿hogar?

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Jimin se había quedado dormido en el camino del hospital. Fue hasta que sintió unos fuertes brazos cogerle en vilo, que despertó.

-Jeon puedo caminar.- dijo aún somnoliento mientras se tallaba los ojos. Cuando por fin pudo enfocar su mirada, se dio cuenta que no estaba en su departamento, ni siquiera estaba en su ciudad. Jung-Kook lo había llevado a Seúl, a su departamento.

-¿Jeon Jung-Kook... qué significa esto?.- dijo con la voz temblorosa, no sabía si por la rabia, la emoción o por qué.

-Lo siento Ángel, es solo que no te puedo cuidar si estás en Bucheon y yo tengo que viajar todos los días al restaurante a Seúl. Además, mi departamento es más grande y aquí puedes tener todo lo que necesitas. No sabía cómo decírtelo.- se excusó el Alfa.

El Omega sentía ganas de gritar, de romper cosas, de golpear algo o a alguien y de llorar. Era la primera vez que se sentía tan enojado, tan fuera de sí. Golpeó al Alfa en el pecho para que éste lo bajara. -Pudiste al menos habérmelo dicho, prácticamente me has secuestrado, ¡eres una bestia!.- gritó furioso mientras se adentraba en el departamento.

El lugar era espacioso en comparación del suyo, la sala tenía un gran ventanal que daba a la calle unos pisos más abajo. Una isla dividía el comedor y la cocina y tres puertas se distribuían en diferentes paredes; dos recámaras y el baño.
Un hermoso ramo de flores adornaba la cama en la habitación principal, que tenía su propio baño y un closet más grande que el baño de su departamento en Bucheon.

-En verdad lo lamento, no sabía cómo decírtelo y cuando subimos a la camioneta caíste dormido casi al instante.- Continuó el Alfa. -Pondré tus cosas en la recámara principal y yo me instalaré en la de huéspedes.-

Jimin se quedó solo con sus pensamientos. La habitación era un reflejo de su dueño, tenía pocos muebles, pero todos eran oscuros y macizos, la cama era grande y el colchón un poco rígido para su gusto. Las sábanas eran negras y olían a la colonia del Alfa. Sin embargo, el Omega se sentía como en casa, le agradaba el lugar. Sin pensarlo se acostó en la gran cama y se hizo bolita con las sábanas, permitiendo que el masculino aroma le inundara la nariz. Comenzó a sonreír sin darse cuenta.

Era tan extraño y nuevo para él todo, su estado de enlazado con otro lobo, su embarazo que se sentía diferente, como si ahora todo fuera más real y con más fuerza. Sus emociones eran cambiantes e intensas, su cuerpo se sentía pesado por el embarazo, pero al mismo tiempo liviano, como si flotara y dentro de su cabeza, sentía que ya no estaba solo, que alguien más le escuchaba. Y tenía tanto sueño, que dormitaba a cada momento.

No supo en qué momento se quedó dormido, esta vez sin sueños. Despertó solo a la voz del Alfa quien le llamaba con delicadeza.

-Ángel, ángel. Es tarde, debes comer algo, ven te he preparado un algo de comer.-

Lentamente abrió los ojos, el rostro que le recibió era tan bello a sus ojos que no pudo resistir la urgencia de cogerlo por el cuello y estampar sus labios con los ajenos. Jung-Kook se quedó petrificado ante el avance de Jimin, hasta que sintió la urgencia de la boca ajena y se dejó llevar.
Jimin lo jaló con fuerza hasta tenerlo encima de su cuerpo a pesar de que el abultado vientre les estorbaba. Su cuerpo ardía en calor y su mente estaba en blanco, toda su atención se concentraba en las sensaciones, propias y ajenas, que inundaban su cuerpo.

-Ángel.. espe..ra...Jimin, no creo que esto sea seguro.- Dijo con dificultad el Alfa mientras intentaba deshacer el abrazo que le aprisionaba.

-¿Ya no te resulto atractivo?- gimió el Omega mientras restregaba su cuerpo al del contrario. La exitación que sentía ya no era solo suya, podía sentir la que venía del otro cuerpo a través del lazo y no podía contenerse, sentía urgencia de ser tomado por su Alfa.

Sintió que las manos de Jung-Kook le tomaron con fuerza de la cintura, mientras se acomodaba entre sus piernas y restregaba su miembro duro erecto contra él. El deseo le aguijoneó con más fuerza, con sus manos torpes empezó a levantar la camiseta del Alfa para sentir sus trabajados músculos al mismo tiempo que éste le frotaba por encima de la ropa sus sensibles pezones. Su entrada comenzó a lubricar y su cuerpo a despedir feromonas, necesitaba ser tomado con urgencia.

¡Jung-Kook!...¡Oh Jung-Kook!...- suplicó con desesperación. El Alfa, como respuesta a su súplica, lo tomó con fuerza de la cintura y lo sentó sobre su regazo mientras intentaba tocar, por encima del pantalón, su culo humedecido.

-¡JUNGKOOK!- gritó con fuerza mientras alejaba al Alfa con violencia lejos de él al mismo tiempo que se cogía el vientre, estupefacto.

Jung-Kook se quedó quieto en su lugar sin entender qué ocurría, mientras veía como Jimin comenzaba a llorar y se mecía así mismo.

-¡Ángel! ¿Qué pasa? ¿Te he hecho daño?, discúlpame, es que... por eso yo no quería...- Dijo sin acercarse al Omega.

-Jung-Kook... se movió... el bebé... ¡SE MOVIÓ!- Gritó emocionado mientras se colgaba del cuello del Alfa llorando de alegría. Éste respondió con una sonrisa enorme y un abrazo protector. Jimin se sentía pequeño y seguro en esos brazos.

-¿Quieres tocar?- dijo al tiempo que cogía la mano de Jung-Kook para ponerla sobre su vientre, pero al hacerlo el bebé dejó de moverse. 

-¡Ya no se mueve!- dijo con evidente desilusión el Alfa.

-Quizá es tímido... o flojo... ¡La próxima vez podrás sentirlo!- intentó levantarle el ánimo.

-¡Jung-Kook!, muero de hambre... ¿me podrías dar algo de comer?- sonrió timidamente para disipar la tensión que se había instalado en el ambiente.

El Alfa soltó una sonora carcajada y se levantó, no sin antes intentar disimular la terrible erección que se asomaba por su pantalón. Jimin se mordió el labio inferior y soltó una pequeña risita, pero siguió al otro al comedor.

-Ponte cómodo Ángel, te preparé  tu platillo favorito: kimchi jjigae picante. Yo...regreso contigo enseguida... tengo un... asunto que arreglar, no tardo...- dijo con un poco de incomodidad en su voz. 

-Jimin quiso reír, pero el ruido de su estomago no le permitió pensar en otra cosa que no fuera en el plato que estaba frente a él. 

Para cuando el plato estaba vacío, Jung-Kook regresó con el cabello mojado y una toalla atada en la cintura. Jimin le miró de arriba a abajo y no pudo evitar una punzada en su entrepierna, pero la copioso comida y el sueño comenzaron a apoderarse de él nuevamente.

-¡Vamos Ángel!, Te llevaré a la cama para que descanses, el viaje fue largo- 

-¡Calla Jeon! Aún estoy molesto porque me secuestraste... ¡HYUK... INNA!... ellos no saben dónde estoy, qué deben estar pensando.- dijo preocupado al darse cuenta que tenía todo el día sin hablar con ellos.

-Tranquilo Ángel, ellos saben que están aquí, lo hablamos ayer y ellos estuvieron de acuerdo en que sería lo mejor. Vamos es hora de dormir.- contestó al Omega mientras le tomaba por la cintura para conducirlo a la cama.

Una vez en la habitación le ayudo a meterse bajó las mantas.

-¡Buenas noches ángel!.-

-Jung-Kook... ¿podrías quedarte conmigo, al menos hasta quedarme dormido?- 

-¡Claro ángel!- Jung-kook se sentó a su lado en la cama, mientras acariciaba su cabello y susurraba una suave melodía.

Jimin cerró los ojos y soñó por primera vez con esperanza.

Mi vida sin miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora