[III] muerde

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Según las palabras de Merlina, faltaban unos 15 minutos más de camino para llegar a la cabaña. El sol estaba a unos momentos de desaparecer y la frondosidad del bosque no dejaba ver en su totalidad donde pisaban.

La Addams mencionó mucho antes de entrar al bosque, que en la cabaña de su abuelo vivían una pareja de casadas con su pequeño hijo, por lo tanto las luces estarían encendidas o al menos habría señales de vida.

Enid se preguntó del porqué ir a pie hasta la sucia cabaña, justo ahora caminaban por el pequeño sendero por donde los autos transitaban ¿no era más sencillo ir en la camioneta de Merlina?

De todas formas se guardó sus preguntas, en este momento era más peligroso que nada hacer el más mínimo ruido que delatara su presencia en mitad del bosque. Bueno, de hecho su respiración se detuvo cuando el sonido de algo parecido a una melodía comenzó a hacerse presente en el ambiente.

La gótica le hizo señas y le dio a entender que eso era normal.

Cuando la alta empezaba a rezar por su vida, las luces de la cabaña le dejaron ver dos personas paradas en la ventana, con un par de copas de vino a casi terminar.

Merlina la invitó a pasar y en cuanto la puerta se cerró, su alma regresó a su cuerpo, convirtiéndolo de pronto en un montón de gelatina. Sus rodillas cedieron al miedo y se derrumbó en el suelo de la enorme cabaña, sentía que iba a llorar.

— Merlina, ¿Qué esta sucediendo? — La joven de ojos rasgados comenzó a hablar, por alguna razón, en susurros.

— Creo que pudieron ver las noticias, todo es un completo caos.

— ¿Esa es Enid?

— Sí, creo que no las reconoció — La ahora no tan desconocida mujer y Merlina rieron suavemente, como si nada de lo que estaba pasando fuera de la cabaña estuviera sucediendo en verdad.

— Div ya le traerá un té, en poco tiempo se calmará.. ¿Enid?

— ¿Uh? — La rubia aún estaba un poco (demasiado) ida, por lo que no asimilaba del todo su nueva locación — Espera.. ¿Yoko Tanaka?

— La misma, ¿Cómo te encuentras? — Yoko le ofreció la mano con dulzura, parecía que tenían años sin verse y ahora con solo dirigirse unas palabras podrían volver al pasado, a su juventud.

— Bien, ¿un poco mareada tal vez? — Bueno, su mareo aumento cuando vio a Divina salir de la cocina con una pequeña y linda taza de cerámica entre sus manos — ¿Qué demonios? ¿Divina?

— Veo que ya se te pasó el shock.

— Ni tanto — La voz de la gótica irrumpió el reencuentro, se estaba burlando un poco de ella.

— No te burles. Me hubieras dicho desde el inicio que las casadas eran Yoko y Divina, tal vez no hubiera hecho una rabieta al venir.

— Es divertido ver como te molestas — La de trenzas solo se alzó de hombros, no quería darle tanta importancia al asunto.

— ¿Y el niño?

— Está tomando su siesta. No quería dejarnos a mi y a Div porque nos vio angustiados, pero el sueño lo venció.

Sinclair se limitó a asentir los primeros 5 segundos, pero luego paró bruscamente y con los ojos brillantes preguntó: — ¿Puedo conocerlo?

— Claro, yo te llevo — Fue la castaña la que se ofreció. Pronto subieron las escaleras silenciosamente y dejaron a dos chicas teniendo un duelo de miradas, una intentando descifrar los sentimientos de su amiga y la otra evitando mostrar señales de nervios.

— ¡Es muy lindo! — Desde el piso de abajo pudieron escuchar el susurro-grito de Sinclair, al parecer era muy fan de los niños — ¿Cuál es su nombre?

— Rowan, lo adoptamos hace dos años. Él tenía 4 cuando lo vimos por primera vez.

— En serio es muy lindo, de hecho se parece un poco a ti.

— Eso mismo dijo Yoko cuando jugamos con él. En realidad me preguntó si no era hijo mío.

— Wow, realmente debió sorprenderse.

— Lo hizo. Ahora vamos a bajar, te daré un té que te relajará los músculos.

— Gracias, Div.

— No agradezcas... te extrañé.

— Yo también los extrañé mucho.

La última vez que charló con el par de chicas había sido hace al menos uno 4 años atrás, justo antes de que discutieran sobre alguna tontería. Tontería que para la Enid de ese entonces era demasiado importante, o al menos, lo era para su madre. Esa señora no dejó de insistir en hacer entrar a Enid al torneo de atletismo, incluso estando lesionada de la rodilla.

Su discusión se prolongó unos meses y cuando por fin la rubia decidió desatarse de las cuerdas de su mandona madre, también decidió que era muy tarde para disculparse por su inmadurez.

— De verdad que lo siento mucho.

— No te disculpes, Nid. Eso pasó hace años y aunque no lo creas, entiendo porque no te disculpaste en ese entonces.

Bajaron las escaleras y se toparon como ambas mujeres sentadas en uno de los sillones de la espaciosa sala. La cortina que anteriormente estaba abierta de par en par, ahora cubría completamente el gigantesco ventanal. También la música había desaparecido.

— Hablé rápidamente con Merlina sobre el sótano — La mayor de las 4 le comentó a su esposa, quien solo asintió. Sinclair estaba un poco confundida — Según su abuela, desde fuera no se escucha nada, la puerta y las paredes son lo suficientemente gruesas como para que el sonido escape.

— ¿Y eso de que nos sirve?

— Divina, dale ese té, aún está un poco tonta — Merlina no estaba molesta, pero si agotada; ir por Enid ahora parecía una de sus malas ideas — Si alguno de esos tipos locos llega a aparecer, podemos ocultarnos en el sótano hasta que se vayan.

— Ajá, ¿Cómo sabrás que se fueron? — Sinclair estaba intentando llevarle la contraria a la pelinegra.

— Cuando adoptamos a Rowan compramos un monitor para bebés, él solía despertarse mucho y lloraba. Nos daba miedo que se lastimara — Pero lamentablemente Yoko estaba intentando llevar las cosas por la paz. Ella parecía estar más asustada que las demás.

— Bien, ¿Dónde lo pondrán? Tiene que estar en un punto estratégico donde podamos ver las escaleras, la puerta principal y la sala. Será mucho más fácil saber si se fue o se queda en algún lugar — La rubia intentó suavizar un poco su tono, de nada servía ser una molestia en estos momentos.

— Estará en esa esquina de allá, incluso se alcanza a ver la entrada de la cocina — La castaña apuntó a la esquina del fondo de la habitación — Mientras yo coloco la cámara, será bueno que vayan acercando cosas útiles al sótano; comida, libros, incluso un bote por si alguien necesita ir al baño. No sabemos cuanto tiempo podrá quedarse alguien aquí o si al menos se va.

Todas acataron las órdenes de la castaña, moviéndose apresuradamente por toda la casa, trayendo algunas cobijas y bastantes provisiones. Estaban trabajando duro para sobrevivir, tanto que no notaron los gritos de alguien a lo lejos.

Si no morían esta noche, su vida se convertiría en un infierno.

plum // wenclair au [f]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora