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14 de enero de 2023
Gualeguay, Entre Ríos
Malena

Ayer Muriel no quiso comer y pidió que no entremos a su pieza, raro pero escuché que discutió con Licha aún así nadie en casa la molesto. Aunque está encerrada ahí y hoy tiene que desfilar, así que fui a su pieza y toque la puerta.

—¿Quién es? —pregunto del otro lado.

—Male.

—Pasa —al decir eso entre, pañuelos por todos lados y sus ojos rojos se hicieron presentes, la miré confundida.

—Muri ¿Por qué estás así?.

—Ah así que no sabes porqué estoy así —dijo irónicamente.

—No Muriel por algo te lo pregunto —hable confundida

— Malena, ¿No sabías que Lisandro está enamorado de vos? Y por tu culpa me dejó ahora.

—¿Qué mierda decís Muriel?.

—Si Malena ya se TODO, que Lisandro está enamorado de vos y ahora me cierra todo, vos viniste mucho antes de que yo me vaya a Manchester por eso.

—Para eu.

—¿Qué para?, Te lo cogiste también que estás tan nerviosa. Sos una hija de puta, ¿Cómo pudieron hacerme esto? —empezo a llorar.

—Si sabes que, me lo cogí y se ve que le gustó. Y no solo eso si no que llevo a muchísimos lugar que ni a vos te llevo.

— CÁLLATE —me quiso pegar pero me atajé, al rato de eso entro mi mamá a la pieza.

—¿¡Qué está pasando acá!?.

—Pasa que tú nenita se cogió a mi novio —dijo Muriel haciendo que mi mamá me mire.

—Malena, ¿Eso es verdad? —pregunto con un poco de esperanza de que no sea así.

—Si es verdad y no fue una vez, fueron varias —respondí mirando a mi hermana.

—Son unos traidores no los quiero ver nunca más.

Silvia, mi mamá no me miraba de vergüenza que seguramente le dí, no espere más y fui a mi pieza a buscar toda mi ropa, porque si algo estoy segura es que no me quiero quedar más acá no si Muriel se queda en la casa. En eso entra mi mamá pero sin mirarme a la cara, la entendía si ella simplemente me echaba, acababa de traicionar a la hija favorita.

—Male..

—Si venís a decirme que tenés vergüenza de mi o que me echas, quedate tranquila que me voy a ir de acá.

—No es eso hija, yo en cierta parte sabía que alguna vez esto iba a pasar —la mire confundida —, debí ser la única que noto como siempre se miraron y como se trataban.

—¿Cómo?.

—Male cuando hablabas de él tus ojos brillaban y como lo mirabas no era de cariño de amigos, desde chica que siempre te gusto. Así como Lisandro también lo hacía, te mira tan lindo hija, y lo siento por Muriel pero si vos querés estar con él te voy apoyar en todo —sonreí al escuchar sus palabras.

Prohibido - Lisandro Martínez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora