Operación K-BOOM!!

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Estaba ya entrada la mañana siguiente. Alexa se había ido ya del campamento, y BigBug recogía sus pertenencias antes de irse. Flake se relajaba cerca de donde la noche anterior estuvo prendida la fogata, lo mismo que XPea. Se miraban el uno al otro sin dirigirse la palabra. Ambos seguían visiblemente incómodos desde la noche anterior.

Había en el aire un silencio mortal. Fue Amelia quien tuvo que romper el silencio, al exclamar a pleno pulmón:

- Sí es cierto!! BigBug!! Quería comentarte algo...
- Hm? - Se limitó a responder él.
- Escucha... tú sabes de lo de mi padre y... todo eso. - Dijo ella
- Ajá. Qué pasa con él?
- Pues... Había estado planeando algo con un pokémon... no recuerdo cuál. - Empezó. - Entonces llegamos, entre tus dos amigos y yo, que iba a pararle los pies yo misma. Arruinaré su vida como él arruinó la mía. Y ustedes me van a ayudar.
- "Ustedes" me suena a manada.
- Ay, por favooor... - Ella le hizo ojos de perrito.
- Bieeen, lo haré - Dijo él, casi quejándose. - Qué van a hacer?
- Vamos a VOLAR UN EDIFICIO!! - Exclamó ella. - Más específicamente... su laboratorio.
- Tienen... un laboratorio? - Preguntó XPea.
- Bueno... sabes que mi padre osa usar a los pokémon como meras herramientas. - Empezó ella. - Allí hace sus experimentos para hacer a los pokémon más fuertes en una forma en que le beneficie a sus siniestras intenciones.
- Eso... eso es horrible! - Exclamó Flake.
- Eso me temo. Poco falta para que empiece a convertir a los pokémon en autómatas extraños. - Dijo Amelia.
- Entonces... qué esperamos? Cuál es el plan? - Preguntó XPea.

Amelia agarró una rama y trazó un mapa en el suelo arenoso. Describía un boceto apresurado de Ciudad Azulona. Donde antes estuvo el casino, que un legendario entrenador descubrió se trataba de la base del Equipo Rocket hacía mucho tiempo, había un garabato que asimilaba el logo que Emille usaba en su camisa, y del broche que llevaba Amelia en su sombrero. 

- Este es el laboratorio. El Team Revolution lleva sus experimentos aquí. - Dijo Amelia.
- No les bastaba con hacer uso malvado de ese lugar una vez... - Dijo XPea, con algo de burla.

Amelia se limitó a aclararse la garganta e ignorarlo olímpicamente. Con el mismo palo dibujó un plano más detallado del laboratorio.

- Tengo entendido que buscan extraer energía de cierto pokémon para traer a la vida a un supuesto pokémon rarísimo. Muy caro, también, terminaría de financiar sus proyectos. - Dijo ella. - Requieren de una sala de contención, donde guardan pokémon que han manipulado genéticamente.

Todos seguían el discurso con atención, mientras ella nombraba tecnicismos cada vez más indescifrables. Lo único que sabían era que plantarían una bomba en el lugar y no sabían cómo.

- ... y así, lograremos salir sanos y salvos tras la explosión. - Concluyó. - Entendido?

Hubo silencio absoluto, solo interrumpido por la catarata de fondo. Amelia suspiró.

- Iremos, plantamos la bomba intentando no ser detectados, saldremos. Punto. - Se veía completamente decepcionada de que nadie la entendiese.
- Eso sí es algo que puedo hacer >:D - Dijo XPea.

Emprendieron rumbo hacia Ciudad Azulona, montados en Flame. Aterrizaron detrás del edificio y se movilizaron hacia el frente. Uno a uno asomaron sus cabezas para planear el siguiente movimiento.

- Maldita sea, hay guardias. Habrá que distraerlos de algún modo. - Dijo XPea.
- Yo puedo hacer eso. Permítanme. - Dijo Amelia. - Sigo siendo ejecutiva... o algo.

Pasó frente a los guardas y se quitó el sombrero. Hizo una reverencia de saludo, nada exagerado.

- Lady Amelia. Adelante, hacía tiempo que no la veíamos. - Invitó un guardia.
- Gracias. Llévenme al laboratorio y pónganme al día. - Dijo ella.

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