Siempre me puse a pensar, que si al mirarme a los ojos te sentías el hombre más afortunado del mundo, te lo pregunte en incontables ocasiones, más yo, por algún motivo, nunca pude creerte.
Pero un día me sostuviste del brazo, me jalaste hacia ti y me dijiste lo que siempre quise escucharte decir. Como me encantaban esos abrazos que sacan todas las preocupaciones del alma.
Mientras tú me amabas en silencio, yo trataba de escuchar los mormullos de tu corazón, aunque en realidad, no me importaba porque al final del día estabas ahí.
En el interior sabía que me amabas, pero en las partes más profundas de mí, quería que me dijeras cada una de las razones por las que me amabas, supongo que no era lo tuyo, pero no sabes cuánto desee que lo fuera.
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Las voces del corazón
PoesíaCada vez que te miro, mis pensamientos entran en conflicto, pues mi corazón grita destrozado que te quedes junto a mí, mientras, en un débil murmullo, te pide que te alejes de una vez.