capítulo 8.

584 37 49
                                    

Los meses transcurrían y junto con ellos los grandes avances para Marline los días de invierno se iban poco a poco el verde de los arboles se apreciaba aún más, las flores coloridas que había a su alrededor.
Su cuerpo estaba casi por completo sanado, poder caminar por si sola sin necesidad de depender de otra persona era lo que más alegría le daba, aunque todavía no lograba correr, al menos su cuerpo no dolía ni sangraba internamente. Era algo bueno.

¡Marline! Deja de perder el tiempo y ven a practicar.—Gritó Maki desde el otro lado del verde césped.

Apenas comenzamos a jugar.—Itadori suspiró decepcionado—Ve, tienes tarea por cumplir.

—La chica le lanzó la pelota que él rápidamente atrapó—No llores, volveré enseguida.

Sus prácticas habían comenzando hace semanas, al sanar su cuerpo también lo hacía su alma era necesario que esté lo más posible recuperada para seguir con lo que había comenzando, ver sentir y oír las maldiciones era un trabajo agotador aún más para ella que de tres cosas solo lograba una, pero con esfuerzo podía verlos por unos minutos.
Al ir hacia donde estaban sus amigos, se quedó en medio de Megumi y Maki. Tenían que hacerlo en un lugar totalmente en silencio.

¿Lista?—Preguntó Megumi.

Siempre lo estuve.—Él sonrió al oírla, era la respuesta correcta.

La chica cerró con cuidado sus ojos concentrándose en lo que podría estar a su alrededor más allá de sus dos amigos, podía oír la respiración tranquila de Maki que sostenía un palo de entretenimiento por si las cosas se complicaban.
Aunque no estuvieran en el medio del bosque, ella trataba de sentir hasta el más mínimo movimiento que podría haber.

Si no sientes nada no te esfuerces, aún sigues débil.—Habló Maki

Yo puedo hacerlo. Hace semanas no practicamos.—

Hacia oídos sordos a las voces y respiraciones de sus amigos, se concentraba en lo que había al menos a diez metros de distancia, la brisa primaveral era tan suave cómo un petalo en la piel, por un momento eso fue interrumpido por pisadas tranquilas pero aquella energía que nunca antes sintió, no era a lo que ella estaba acostumbrada incluso era aún más poderoso que las creaciones hechas por Megumi.
Su piel comenzó a erizarse e hizo que retrocediera.

¿Que sientes? Describelo.—Preguntó Megumi.

No lo sé, es extraño.—Pasos comenzaron a oírse más profundos, sentia cómo el césped se hundía.—Escucho algo, su energía es extraña.

¿Extraña?—Maki y Megumi cruzan miradas. Ellos no liberaron algo que sea con esa descripción.

Tal vez sea la energía de ustedes, podrían retroceder un poco.—Ellos obedecían retrocediendo al menos tres metros de distancia.

Al alejarse de ella todo volvió a la calma, lo que era un alivio para Marline se había imaginado cualquier ser saliendo del bosque para atacar.
Pero lastimosamente estuvo errada. Aquellos pasos volvieron a oírse pero aún más rápido, sea lo que sea se estaba acercando, no podía imaginar lo que era no emitía ningún sonido extraño solo esa energía oscura acercándose.
Otro sonido de un ave la distrajo por un segundo, hizo que se asustara pero, cuando volvió a su concentración sintió esa maldad frente a ella, sin abrir los ojos estiró la mano tomando el rostro de lo que sea aquello frente a ella y lo tiró al suelo cayendo ella encima.

Gojo Satoru En las manos del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora