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Cédric le entrega el celular que él había pedido y es por eso que lo guarda en su bolsillo rápidamente.

Derek se pone al lado de Eva y besa su frente.

Ella aprieta sus labios y esboza una sonrisa que no logra llegar a su resultado final.

—¿Estás bien?— La mira fijamente a los ojos.

Eva parpadea. —La palabra bien es bastante relativa en estos momentos...— Murmura perdida en sus pensamientos.

—¡Eva, ellos se merecían lo que pasó!— Le hace saber con precaución.

La rubia de ríe. —¿Y te parece bien matar gente delante de tantas personas?— Arquea una ceja en su dirección.

—Sabes perfectamente que acá arriba estamos resguardados, y que nadie ve lo que pasa.— Hace alusión a que todos en los dos pisos de abajo de encuentran en su mundo.

—No quiero hablar ahora, Derek.— Suspira y lo mira.

Su hermano asiente y guarda silencio.

Los tres salen por la zona del estacionamiento privada, tienen una salida en la oficina de Demian y por eso suben hacía las escaleras en dirección a las oficinas, para luego bajar por el ascensor privado que los lleva hacia donde sus autos se encuentran.

Eva envía un rápido mensaje de texto a sus amigas para anunciarles que se retiraría por un falso dolor de cabeza.

Cedric le alcanza sus pertenencias cuándo el ascensor se cierra con ellos cuatro arriba.

—Gracias.— Murmura.

—Tengo que ir a hablar con Demian.— Comenta Derek cuándo se están por separar en los autos.

—Yo me voy con ella.— Cierra los ojos unos segundos.

—Les recuerdo que estoy acá y puedo escucharlos.— Se queja colocandose su chaqueta de cuero y apretando con fuerza su sobre.

—Es mejor que vayas con Francis, no querés escuchar a papá furioso, porque te expusimos a algo así.— Frunce sus labios.

Ella mira a ambos... —¿No podés venir también con nosotros?— Agacha la mirada al entender que no quiere estar a solas con él.

Derek lo mira y niega con la cabeza para que no pierda la cordura.

—Iré más tarde pero ustedes tienen que hablar, y además ya estaba pensado que te ibas a quedar en casa de Francis.— Le recuerda acariciando su mejilla y luego dejando un sonoro beso en su frente.

—Cómo sea.— Pone sus ojos en blanco e ignora a ambos chicos ingresando al asiento del copiloto del BMW.

—Va a dejarme.— Se ríe Francis sacando un cigarrillo de tabaco de su bolsillo.

Derek lo empuja. —¡No seas imbécil!— Lo regaña.

Francis consume con ganas el cigarrillo para calmar sus nervios, Eva solía calmarlo con sus besos y labios, pero cuando las cosas estaban mal o mejor dicho ella no estaba a su lado tenía que recurrir a la nicotina.

—¿No viste la cara que puso?— Muerde su labio inferior. —¡Me vio matando a una maldita persona!— Se ríe irónico expulsando el humo por sus labios.

—¡Que quería secuestrarla!— Le recuerda.

—¡Carajo!— Pasa una mano por su rostro completamente frustrado mientras que Eva se mantiene con los brazos cruzados y el cinturón colocado.

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora