El día siguiente lo paso tratando de estudiar, aunque en verdad dándole vueltas a varias cosas: Mario y Julio.
Bea está haciendo la cena. Esta noche me quedo a cenar en casa de César pizza. Bea me ha vuelto a convencer. Se ve que le sabe mal que coma siempre sola y quiere que coma con ellos.
Me ha convencido hoy con la pizza. Porque no es pizza de esa congelada del super. Es casera. La hace muy rica, por lo que dicen todos. Pero no estoy en la cocina ahora mismo porque haga buen olor, que también, sino porque quiero respuestas.
Lo mio no es andarme por las ramas, así que se lo pregunto directamente, después de asegurarme que no hay nadie cerca.
-¿Quién es Júlio?
Bea se queda patitiesa.
-¿Qué has dicho, Carolina?
-Quiero saber qué pasa con ese tal Júlio.
Bea se pone los guantes de cocina.
-Espera, meto las pizzas en el horno y hablamos. Ve a mi cuarto y ponte un pijama de los mios para ponerte comoda mientras.
Le hago caso y espero en el cuarto una vez tengo ya puesto el pijama. Al cabo de poco rato llega Bea.
-Veamos, primero de todo. ¿Dónde has oído tú hablar de Júlio?
-Fue César. Me dijo que Júlio sabe como deshacerse de los comebichos, pero que no quiere verlo ni en pintura.
-Normal.
-¿Normal? ¿Por qué?
Me estoy desesperando con este asunto. Vale. Lo admito. Tiene razón Mario. Soy una cotilla, pero tú tsssss Que no se entere que tiene razón o se le subirá a la cabeza.
-Pues a ver. Te cuento porque te veo muy intrigada ya. Resulta que Júlio fue la pareja de César. Incluso estuvieron a punto de casarse. Pero Júlio se volvió loco con el tema de los cockroad y fueron distanciándose.
-¿¿César es gay??
-Sí. ¿No lo sabías?
Parece que le sorprenda a Bea, pero aún más a mí. ¡¡El viejo verde es gay!! ¡Ay dioh mioh! Pero... algo sigue sin cuadrar...
-Vale. Eso cuadra. Pero... ¿qué tiene que ver Mario? Él tampoco quiere saber nada de Júlio.
-Es que... Júlio es el tío de Mario. Los padres de Mario murieron en un accidente en el laboratorio de Júlio. Fueron a visitar un día a Júlio y éste no estaba. Decidieron esperarlo allí y se ve que hubo un accidente en el edificio y murieron abrasados por las llamas.
-¡Ay! Normal que no quiera saber nada de él... He metido la pata hasta el fondo con Mario. No sé si es mejor disculparme o hacer como si nada hubiera pasado.
-Mejor discúlpate.
-Vale.
-Pero primero cenemos.
-¡Ah,si! Muero de hambre. ¿Mario no cena?
-Hoy no esta muy bien del estomago. Me ha dicho que no iba a cenar.
-Ok.
Después de cenar voy derechita al cuarto de Mario a disculparme y al entrar veo que está vacío. Oigo la ducha y lo que parece ser Mario cantando. ¡Qué mal canta, por dios! Se pondrá a llover como siga cantando. Tropiezo con un monopatín y caigo redonda al suelo. Mario lo oye, naturalmente.
-¿Carolina?
-¡Ay! ¿Cómo sabes que soy yo?
-Nadie entraría en mi cuarto a escondidas a parte de tí. Encima, eres muy patosa.
-¡Ey!
-Ah. Oye. ¿Podrías traerme una toalla? Me la he olvidado.