◇Mi Reina◇

36.

Me sentía extraña, había olvidado algo, y era importante, lo sabía, pero por más que intentará recordarlo, era como si mi mente lo bloquera más.

—¿Ya me vas a decir que sucede?—estaba caminando con Chishiya por el jardín del hospital, habían pasado algunos días, y estábamos mejor.

—Es que no lo se, siento que estoy olvidando algo importante, pero no se el que.—lo mire, el estaba serio.

—A mí me pasa lo mismo, hermosa.—paro de caminar un momento para verme.—¿Tu, has tenido sueños, de nosotros?

Lo miré sorprendida.—¿Como? ¿Tu también has tenido esos sueños? Yo desde que me desperté en el hospital, tengo esos tipos de sueños,contigo, con mi hermano, los chicos y otras personas que e visto en el hospital.

El asintió.—Me pasa lo mismo que a ti, lo peor de todo es que muchos chicos te miraban en ese sueño, me da la sensación de que todo es real.

—Si, vamos a comprobarlo. ¿Que hiciste, cuando llegamos a ese lugar?

El lo pensó un momento.—Te intente calmar, por que estabas nerviosa, por lo que estaba sucediendo.

¿Si, yo también lo recuerdo, y nuestro primer "juego" —hice comillas con mis manos al decir esto último.—Fue sobre una serie de preguntas, yo estaba en el borde de una piscina, y tu contestabas las preguntas.

—Si, tienes razón, pero en que momento sucedió todo eso, solo fue un minuto acá, ya que al despertar a ti, a él tal Niragi y a mi, nos dijeron que nuestro corazón había parado por un minuto.

—Tiene sentido, cuando hable con Arisu y los chicos también me dijeron que les había pasado eso, pero a diferencia de nosotros dos ellos no recuerdan nada.

El pensó un rato.—No se, tal vez tu y yo fuimos distintos por que no queríamos olvidar lo que paso entre nosotros, por que, ¿Sí lo recuerdas, verdad?

Lo mire con una gran sonrisa en el rostro, para luego asentir.—Recuerdo absolutamente todo, lo que hicimos, también, recuerdo cada escena de celos, beso o como siempre estábamos juntos.

El se acercó a mi y me dio un beso en la frente.—Pero ni creas que voy a olvidar lo de mi hermano, eh.—lo mire seria.

—Ya, mi reina, perdóname, sabes que lo hice por ti.

—No te voy a reclamar más por que se que ya lo hice.—tome su nuca con una de mis manos y la que estaba libre la puse en su pecho, hice que bajara un poco la cabeza, para besarle, cuando lo hice el colocó sus manos en mi cintura acercándome a él.

Al separarnos hablo.—Te amo, Kima, en este mundo y en cualquier otro.—colocó su frente en la mía, cerrando los ojos, yo imite su acción.

—También te amo, Shuntaro, en cualquiera realidad.

Fin.

Bueno, hasta aquí, llegó la historia de estos dos locos, espero y les haya gustado leerla tanto como a mi me gusto escribirla, de verdad muchas gracias a todas esas personitas que leyeron mi historia, de verdad que los adoró, y recuerden, no todo es lo que parece.
Sin más que agregar, Cam, se va.