Astrid

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pro-Astrid

Soy Astrid, tengo 14 años y estoy próxima a los 15 para por fin recibir mi grimorio.

Mi magia, a diferencia de mi hermano, si tengo, es la absorción de mana, aprendí a dominarla a mi favor, al principio fue muy difícil, sin embargo, gracias a él y por él, nunca me rendi... no quiero creer que me odia, nunca me lo ha mostrado así, muchos médicos de recuperación dicen, que puede que por mi magia el haya nacido sin mana, y por eso mismo nunca me he quitado la posibilidad de que guarde un pequeño rencor hacia mí.

Más en esos momentos cuando el padre Orci, Nash, incluida yo misma le hacemos bromas respecto a su magia.

Son palabras que sin querer han calado en el.

"Que puedes hacer tu sin magia?"

"Nunca serás caballero mágico" 

"Mira a tus hermanos, a diferencia de ti, si pueden ser útiles" 

"Eres más débil que yo, eso te convierte en un estorbo"

Sin embargo, nunca mostro signos de debilidad, en su entrenamiento se muestra superior a cualquiera que lo intente a igualar, su positivismo es único, las ganas de luchar son impecables, pero eso nunca quito el hecho... de que era un simple chico sin magia, incapaz de llegar alto, ni siquiera soñarlo.

En la mañana discutimos, me arrepiento de mis palabras, él no se defendió de ellas pese a lo alegre y optimista que era.

Cuando lo vi irse junto a la hermana Lily a recolectar nomobatatas para la cena, sentí inmensas ganas de correr a él y abrazarlo, pedirle perdón y llorar en su pecho, como lo hacía desde que éramos niños.

Después de todo, soy su familia de sangre, soy su gemela ¿no?

Pero no lo hice.

Me senté a reflexionar cerca de un tronco, respirando el aire fresco de la mañana y escuchando el cantar de las aves retumbando en mis oídos.

Le tengo envidia.

Fue esa mi conclusión.

Le tengo envidia a mi hermano, porque a pesar de todos sus obstáculos, él ha logrado llegar más lejos que yo, sin magia, saca ese lado infantil de Yuno, el chico serio sin sonrisa, sin magia, consigue lo que se propone, sin magia enfrenta el mundo, sin magia o con magia, sigue siendo Asta, el mejor chico y futuro rey mago que este mundo ha podido pisar.

Tenía que disculparme, si eso haría.

Me puse de pie y limpié mi ropa trasera mientras caminaba a pasos agigantados a la iglesia, le pediría perdón... sin embargo, cuando llegue, no estaban, al parecer se demoraron más que las ultimas veces, me senté a esperarlo, Recca me ofreció Jugar y acepte, después de todo, también es mi hermana.

Llegaron, media hora después, ellos llegaron, pero mi hermano se veía diferente.

Sus ojos estaban cristalizados, su cara tenía un rastro de lágrimas dejándole roja la nariz y ojos, estaba callado y se apoyaba de la hermana para poder caminar. 

Bajo la cabeza en señal de vergüenza cuando todos dejamos nuestras actividades y le prestamos atención. 

Se quiso ir, ¿Por qué? 

Lo impedí, no de la mejor manera, no fue mi intención, le hice caer fuertemente, me quedé en shock '¿Desde cuándo es tan débil?' me pregunté ¿y así quiere ser caballero? no me jodas, cuando recibí el regaño me salí de mi ensoñación, lo intenté ayudar, él no me dio la cara y se alejó, dispuesto a irse, sin embargo, le grité "Perdón hermano... ¿Desde cuando eres tan débil?, esa última frase se salió sin permiso... me agarro firmemente del cuello de la camisa ¿Desde cuándo tenía tanta fuerza? 

Regreso (Reescrita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora