diecisiete.

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Capítulo XVII: “Terminar”

Cuti, Enzo y Lean estaban tomando mates, a plena mañana. La mayoría seguían noqueados, y otros estaban haciendo nada repartidos por el hotel. Ese era su caso, claramente.

Habían salido al patio, con el mate y galletitas en mano, aprovechando que el sol seguía sin ser tan fuerte. No había razón para estar despiertos, no iban a hacer nada hasta la tarde, con Scaloni queriendo que descansaran.

Dormir era un poco difícil ahora mismo, con toda la energía cambiando. Estaban en cuartos. 

Holanda los esperaba… los esperaban para que les hicieran el orto de forma violenta. Los pibes estaban re encascados con los de Países Bajos. U Holanda. O como pingo se quieran llamar ahora.

Enzo pasó el mate, mirando mal al piso, habían estado mirando tiktok y les saltó un videito de Van Gaal, y otros tantos jugadores.

—Viejo cara de tortuga, quien se cree que es. —escupió, con bronca—. Se la agarra con Messi, el muy forro. Lo voy a cagar a trompadas.

Cuti tomó un sorbito de mate. 

—Ninguneando al capi, y a Dibu. Esta historia ya la vi en algún lado eh, digo nomás. —recordó Paredes, acomodando el termo para que no se cayera.

— La tienen con boquearla. —se quejó Cuti, devolviendo el mate—. ¿No se dan cuenta de que el argentino vive de cerrarle el orto a la gente? Mientras más nos bardean mejor hacemos las cosas.

—Nuestra cábala es que tengamos a todos en contra. —señaló Lea, cebando otro mate—. Argentina es el protagonista principal, nacimos para eso.

—Para que nos pase de todo.

Se rieron los tres. Una película parecía su viaje hasta ahí.

Y el drama ni siquiera había empezado.

—¿Qué onda con tus novios, Cuti? 

El central sonrió, siempre feliz de escuchar eso. Novios.

Todavía no habían oficializado nada, pero tampoco estaban tan lejos de esa charla. Habían decidido que esperarían hasta que Argentina no estuviera más en el mundial, y después sentaría cabeza.

Cuti, en base, sabía que no iba a ser tan fácil. Nahuel vivía en España, Licha y él tampoco vivían uno al lado del otro, pero era más fácil verse.

Las relaciones a distancia…

Le daba un toque de miedo.

—Bien. Estamos bien, pero todavía no somos novios. 

—Pero decinos más, forro. 

—Sos chusma eh, wachin. —se quejó Enzo, comiendo una galletita.

—Me gustan las historias de amor. 

Tanto Cuti cómo Enzo lo miraron, sin creerle una pija. Solo le gustaba el chisme, sea el tipo que sea.

—Nahuel está en… proceso de terminar con su novia. 

Leandro lo miró, confundido. Se detuvo a medio camino de tomar el mate. Enzo mordió la galletita.

¿Quh? 

—No hables con la boca llena. —lo retó Paredes, sus ojos fijos en Cuti—. ¿"en proceso"?

—Lo están hablando… 

Enzo y Leandro se miraron, en diferentes niveles de confusión. 

—¿Qué tienen que hablar? —preguntó, Enzo, inclinándose sobre sus rodillas, para mirar a Cuti—. No es un proceso. Se tienen que separar y ya.

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