Escoltada por dos guardias, caminaba a paso lento entre los abucheos de la multitud,sus cabellos negros como la noche se movían con la suave brisa del viento, sus ojos ocultos por su cabello, impedían ver lo que sentía
Por el rabillo de un ojo observó a aquellos en quienes confío y le dieron la espalda mirarla con indiferencia,le dolía pero no les daría el gusto de verla derrumbarse en cambio continuo su andar
Con tranquilidad subió las escaleras que la llevarían a su último destino,al llegar,pudo notar al emperador y su esposa, los guardias la hicieron poner de rodillas-que bajo has caído xxxxx...-hablo el hombre que juro amarla-pobrecita... -se lamento la mujer con fingida pena- ultimas palabras?-manteniendo la espada en en su pecho el mayor hablo el mismo se encargaría de acabar con su vida, ella no necesito levantar la cara para verla mirada fria que el emperador le dedicaba la azabache no dijo nada,habia escuchado a mucha gente decir que cuando estas a punto de morir tu vida pasa como una pelicula ante sus ojos,ante ella pasaban todos sus errores dejando ver sus ojos rojos cuál rubí antes tan llenos de alegría y vida ahora llenos de , dolor,remordimiento y la soledad algo que lo sorprendió,miro a la multitud reunida con sus penetrantes orbes carmín, nego, sabía lo que se avecinaba suspiro cerrando los ojos -como te odio...-fue todo lo que susurro antes de que la espada acabará con su vida
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