Cap 3. Escapar

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Luego de que su respiración se normalizó, tomó su ropa y salió de la habitación. Me quedé por varias horas en la misma posición que me había dejado, no sabía si era por el shock o el dolor que sentía, tal vez eran las dos cosas. Sentí frío y me cubrí con la sábana, estaba cansada y solo pude dormir.

La luz entraba por la ventana y no quería levantarme por lo que me cubrí toda la cabeza, luego escuché que la puerta se habría

— Despierta y date una ducha —apenas escuché su voz, mi cuerpo tembló— ¿Oíste?

No quería responder, sólo quería que se fuera y no se acercara

— No importa si no me hablas, pero te advierto que no intentes escapar si no quieres afrontar las consecuencias —Fue lo último que dijo antes de escuchar como la puerta se cerraba nuevamente—

Lentamente quité la sábana y al asegurarme que no había nadie me dirigí al baño, una ducha es lo que necesito. Tenía sangre seca por mis piernas y me sentía tan sucia que ya no podía soportarlo. Abrí la ducha y solo me senté debajo de está, dejé que el agua corriera mientras pensaba cómo salir de este lugar. Después de un tiempo, tomé una toalla y me volví a colocar la ropa de ayer, ya lista me dirigí a la ventana y me puse a observar, era una casa grande y efectivamente habían personas resguardando el lugar.

Cuando me sentí segura comencé mi plan de escape, abrí suavemente la puerta y vigilé que nadie me observará, bajé por la escaleras de igual forma. Al llegar al primer piso, salí por la parte de la cocina que fue donde noté que no había nadie merodeando. Seguí caminando y me escondí en un arbusto al notar que alguien se acercaba y ahí pude notar un muro que era un poco alto, pero tenía fé en que podía trepar. Observé una vez más y corrí directo al muro y por suerte pude subirlo, pero había otro problema y es que era más alto para saltar, la mejor forma es que quede suspendida para que no sea mucho el impacto, decirlo era más fácil que hacerlo, ya que al saltar sentí mucho dolor en mi tobillo.

— Aunch... —tape mi boca para no gritar y me descubrieran—

A pesar del dolor corrí como pude, porque la casa estaba más alejada de todas las demás. No supe cuanto tiempo corrí pues mi tobillo hizo más lento mi huida, pero por fin pude ver a más personas, mi objetivo era claro tenía que ir a denunciar lo que ví, no podría dejar que se salga con la suya.

Luego de caminar otras cuadras pude ver una patrulla, ya estaba cansada por lo que me puse en medio para que me notará

— Por favor ayúdeme —dije sin poder respirar—

— ¿Qué sucede señorita? —bajo el oficial y se acercó—

— Ayúdeme, unos hombres me secuestraron —su compañero también bajó a ayudarme, ya que no podía mantenerme en pie—

— Está bien, primero suba, debemos llevarla al hospital, dijo al ver mis moretones —me apoyé en el oficial y me subí a la patrulla, luego el se subió adelante—

— No sabe cuánto agradezco que me ayudaran —respire aliviada de estar a salvo—

— Puede decirnos ¿A dónde fue que la llevaron?

— Está en las afueras, no conozco mucho el lugar pero sé que se llama Jeff... Jeffrey Salord —ambos oficiales se miraron y no dijeron nada—

— ¿Ustedes lo conocen? —dije al verlos sospechosos— ¿Oficial?

Pronto noté que cambiaron de ruta y vi que regresábamos por donde había escapado

— ¿Qué es esto? Esta no es la ruta al hospital, déjenme bajar —golpeé la reja que dividía la parte de adelante con la de atrás, al no ver que se detuvieran traté de abrir las puertas pero no tuve éxito— ¿No me escucharon? Quiero bajar

En unos minutos ya estábamos en la puerta, el oficial bajó y habló con los que resguardaban la entrada, al rato salió Jeff y el oficial se dirigió a la parte de atrás de la patrulla, abrió la puerta y traté de alejarme pero aún así logró sacarme.

— Déjenme!!! Son unos traidores, yo confíe en ustedes —dije mientras lo golpeaba—

— Lamento que mi nueva mascota les haya causado molestias —habló Jeff para atrastrarme a su lado— agradezco su servicio, tengan un buen día

Terminó de hablar y tomó mi mano arrastrandome adentro, traté de resistirme pero al hacer un mal esfuerzo, caí al piso por el dolor de mi tobillo.

— Vamos, camina!! —hizo que volviera a ponerme en pie— mira eso —sujeto mi rostro e hizo que mirara hacia algún punto, solo ahí entendí lo estúpida que fuí, habían cámaras por todo el lugar

— ¿Cómo no pude verlas? —me dije a mi misma—

—Porque eres tonta. Te estuve observando y quería ver cuan lejos podrías llegar y debo felicitarte, hiciste un buen trabajo pero no tanto como yo, puedo hacer lo que quiera y nadie puede detenerme, no esos tontos con los que fuiste

— Eres un idiota —traté de golpearlo pero detuvo mi ataque— eso estuvo cerca

Levanté mi rodilla y sin que lo esperará golpeé su entrepierna, él se quejó de dolor y sus hombres quisieron acercarse pero el dió una señal para que no lo hicieran.

— Vas a arrepentirte por eso —me levantó y puso sobre su hombro y me llevó a la misma habitación—

— Ya sueltame —mi instinto me hizo moderlo fuertemente en hombro, por lo que tuvo que bajarme—

— ¡Maldita perra! —dijo dándome un bofetada que me hizo perder el equilibrio cayendo al suelo, se puso encima mío y con una mano apretaba mi cuello—

— Ya estás terminando con mi paciencia —no podía respirar, con mis manos trataba de quitarlo pero es muy fuerte— Debes aprender cual es tu lugar — dijo soltando mi cuello mientras tosía y recuperaba el aire—

— ¿Estas loco? Maldito psicópata —toqué mi cuello—

— Agradece que te solté, alguien como tú no merece piedad.

— Entonces ¿Por qué no sólo seguiste apretando mi cuello hasta matarme? —lo provoqué, ya no me importaba, prefiero que me mate a seguir con esto—

— No estas aquí ni un día ¿Y ya pides que te mate? —sonrió sorprendido—

— No necesito ni una hora más para darme cuenta de la clase de persona que eres, alguien sin escrúpulos como tú no cambiará... —no dejó que continuara cuando sentí otra vez un golpe en mi mejilla

— Te advertí —sujetó mi brazo con fuerza y me llevó al baño— recibirás el castigo que mereces. Entonces tuve miedo por lo que podía suceder.

Angel En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora