«El redimir a alguien es darle la libertad que siempre necesitó en la vida misma, pero... Jamás la tuvo. El redimir es darle la libertad que sólo Dios puede dar por medio de su Espíritu, y el Espíritu lo da por medio de los suyos. Y así, se forma una cadena de hijos de Dios redimidos... Y ese es el mayor deseo del Señor en estos días».
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La noche poco a poco se adueñaba de la tierra de Lucenia, las calles eran iluminadas por las estrellas del cielo como por las luces de colores que estaban atadas a los postes de luz. Los juegos de las calles brillaban bellamente, los puestos de comida tenían cenas especiales, las personas de luz como de oscuridad se movían de aquí y allá. Aún de noche, Lucenia estaba llena de vida y de color, y sólo para la Gloria de Dios. Dándolo todo para salvar a sus hermanos perdidos.
Por ahí, algunos Lugubrenienses se pasaban de listos, tratando de hacer caer a los Lucenienses matándolos o abusando de ellos, para su mala suerte, Dios lo impedía de diferentes maneras, sea arrebatándolos en el Espíritu o enviando un ángel visible a protegerlos para asustar a los de la oscuridad o mandando a otro de sus hijos con poder y fuerza.
Gracias a Él, no pasaba a mayores.
El templo de Dios permanecía en un agradable silencio, esperando a quien faltaba en ese lugar. Lumiére residía sentada en la escalera que llevaba hacia el altar con Lailah en su regazo de lado, esta estaba despierta, viendo hacia la puerta atentamente, esperando a su niño, sabía que vendría, tenía fe en ello.
Sólo él faltaba ahí para que ella pudiese estar en paz.
Aún así, faltaban muchos más para finalmente actuar contra las Tinieblas.
En la primera hilera de bancas del sitio estaba Martín cargando a su amada, Sara se había quedado dormida en sus brazos, y él la abrazaba cómodamente, apoyando su cabeza en la de ella, dándole calidez y conforte a su querida niña. El aroma a vainilla y a miel de la castaña clara conquistaba cada uno de los sentidos del castaño, el que sólo podía sonreír bobamente por ello, amaba cada cosa de esa joven. Se alzó hacia atrás con cuidado y suspiró con suavidad.
—Ya falta poco para la media noche —soltó el Rey de Lucenia con suavidad en su voz, no era un reclamo, sino un aviso.
—Sí… —. La voz de Sara lo hizo estremecer, pensaba que estaba dormida, al parecer no era así del todo.
—Pensaba que estabas dormida completamente…
—Lo estaba… Hasta que sentí a Yue viniendo…
—¿Puedes sentirlo?
—Hmm… Algo así…
—Interesante…
—Una conexión sobrenatural —habló Lumiére con una suave sonrisa, mientras acariciaba de manera suave los cabellos de Lailah, la que temía en hablar, ya que sabía que no podría, aún estaba algo desorientada.
—¿Conexión sobrenatural?
—Sí, Dios pone conexiones así para complementar a las personas a veces. Esas conexiones son necesarias para saber si uno necesita ayuda o algo así…
—Como Akira y yo —comentó Violet tomando un jugo frutal con Akira apoyado en su hombro, más dormido que despierto, —Últimamente hasta pensamos lo mismo…
—Eso es una conexión almática pura, y va para una conexión espiritual al parecer~
—Oye~ ¿Y con Andrew? ¿Tienes una conexión~?
—E-eh —. La pelinegra desvió la mirada con cierto rubor en sus mejillas, —Algo así… Puedo decir de lo más bien que ahora está con su hermano… En el Instituto… Y su hermano… Ya se ha convertido gracias a otro comprometido con Dios, sólo le falta bautizarse, espero que venga pronto…
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𝐔𝐧𝐢𝐨𝐧 𝐓𝐡𝐚𝐭 𝐂𝐡𝐚𝐧𝐠𝐞
Historical Fiction«Mil años habían pasado con rapidez, pronto llegaría la hora de acabar con todo ese Reinado de Gloria y Justicia del Hijo del Hombre para llevar el Reinado a otro grado de Santidad. El único problema, es que había una nueva generación, la cuál tambi...