*+:。.Donde hubo fuego, cenizas quedan. Más si se trata de un amor que lo tenía todo, pero nunca pudo ser。.。:+*
Esta historia inicia con una anécdota a su querido sobrino Yeonjun, quien estaba muy interesado en saber más acerca del romance que marcó...
—Ya llegó el día. Estoy tan emocionado. Todo ha salido de maravilla, iniciando desde que la profesora nos felicitó por el proyecto y estoy seguro de que eso ya nos asegura una buena calificación.
El joven de cabellos negros musitó para sí mismo el pelinegro que no paraba de verse en el espejo. Muy orgulloso de su apariencia. No había duda de que debía postear una fotografía en su Twitter.
"Creo que me arreglé mucho".
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Los comentarios de sus mejores amigos no tardaron en aparecer frente a sus ojos. Cada uno de ellos halagándolo, pero en el caso de Bogum se notaba su intento de coqueteo. Una sonrisa ladina se instaló en sus labios de corazón.
Sintiéndose plenamente confiado de que esos halagos eran una buena señal para comenzar su día de la mejor manera.
Luego de que Taehyung compartiera su look en su red social favorita, tomó su mochila y salió lo más rápido que pudo de su habitación, sin antes despedirse de sus queridos padres, los cuales le desearan mucha suerte en el evento.
Fue hasta la parada del autobús, subió lo más rápido que sus pies le permitieron y cuando ya estaba ubicado en su lugar, sacó de su mochila un cuaderno con algunos apuntes, disponiéndose a releerlos como últimamente había estado haciendo.
Los minutos pasaron y ya se encontraba en su destino, la prestigiosa universidad de Seúl. Cuando entró a su facultad se emocionó al ver cómo estaba decorado con la temática del evento. A lo lejos divisó como algunos de sus compañeros estaban terminando de arreglar su puesto, ya que el día anterior se ofrecieron a hacerlo para después no estar con las prisas.
—Hola chicos. Les está quedando genial, ¿ya están acabando o desean que les ayude en algo?
—No gracias Tae, ya estamos casi listos—respondió uno de sus compañeros a lo que el pelinegro asintió.
—Estas muy guapo—otra compañera le halagó, aprobando su look—. Ese es nuestro representante.
El chico sonrió con gracia, mostrando su perfecta sonrisa cuadrada. -Gracias por el cumplido. ¿Jimin aún no llega?
—No, aún no... Pero está a buen tiempo.
Taehyung asintió cuando vio el reloj de su muñeca, tal vez Jimin se quedó dormido y por eso no estaba en el lugar. Se encontraba perdido en sus suposiciones hasta que un compañero rompió el silencio.
—Tae, si quieres ayudar con algo, ¿puedes buscar al profesor Jeon? Él nos dijo que le avisáramos cuando estuviéramos listos con todo... Ya sabes, tiene que supervisar la primera exposición que realicemos para evidenciar nuestra calificación con la profesora Moon.
—Mmm, claro que sí, yo voy.
Empezábamos con pie derecho el día. "Dios ten piedad de esta alma en desgracia". Pensó con un toque nerviosismos, soltando una exhalación. Rendido por la situación fue en busca del profesor que le robaba suspiros y que últimamente ocupaba gran parte de sus pensamientos.
Luego de un rato de estar rondando por toda la facultad, preguntarle a un montón de personas, algunos coqueteos y hasta pedidos de números de celular, el pelinegro dio con su objetivo. Cuando lo visualizó, no pudo pasar desapercibido el hecho de que el profesor estaba vestido tan elegantemente para la ocasión.
Llevaba puesto un traje color uva que se ceñía perfectamente a su trabajado cuerpo, el cabello arreglado de tal forma que su frente quedaba descubierta y sus zapatos oscuros eran muy brillante a la luz del día.
Se relamió los labios, sintiendo la garganta seca. Encontrando la oportunidad perfecta para coquetearle. Se acercó sigiloso, aprovechando el mayor estaba concentrado revisando algo en su celular.
—Profe Kookie. Ese traje le queda hermoso, parece una uvita, ya quisiera poder comérmelo porque luce tan apetitoso.
El castaño se sobresaltó, su querido alumno apareció de la nada, diciéndole tales cosas con esa voz profunda que podía ponerle muy pero muy nervioso.
"Autocontrol solo haz presencia", pidió o más bien, suplicó.
—¡T-Taehyung, eres tú! Por Dios, qué cosas dices...
El castaño sintió sus mejillas quemar como si estuviera sufriendo de una intensa fiebre.
—Es la verdad, profe. Usted está muy guapo.
El menor se acercó lo suficiente como para que Jungkook pudiera apreciar con más detalle lo hermoso que se veía, se había arreglado más de lo que hacía normalmente, aunque para sus ojos siempre estaba perfecto. No lo necesitaba porque era tan precioso, tan etéreo, tan Kim Taehyung.
Único e irreal.
—B-Bueno, ¿me buscabas para algo? —preguntó tratando de no dejarse llevar por las sensaciones que lo invadían, alejándose lo más rápido que pudo del susodicho.
—Sí, mi curso ya está listo y como el evento está a punto de iniciar, me pidieron que lo buscara para que supervisará la primera exposición.
—Ohhh claro que sí, vamos entonces.
El pelinegro rio ante la actitud que tomó el mayor. Así le gustaba más. Porque conseguir ponerlo tímido gracias sus encantos, consiguiendo tener el control de la situación, era genial. Por lo que Kim una vez más se dio el lujo de hacerle que lo agarrará del brazo, aprovechando que no había nadie cerca que los pudiera delatar.
Caminaron unos minutos mientras conversaban de cosas triviales. El ambiente entre ambos era muy bueno, tanto que sentían que recuperaban energías y una paz los inundaba.
Al llegar a su destino, el castaño sintió una mirada muy pesada, pero no fue grande la sorpresa al notar que era Park que ante el vitoreo del resto de los compañeros del pelinegro hacían cada vez que los veían juntos, lo mataba lentamente con sus orbes filosos como dagas.
Taehyung se separó con una sonrisa bonita adornando su rostro para proceder a abrazar a su amigo hasta que el profesor se fijó en cómo al susodicho le cambiaba el semblante a uno más relajado y hasta se podría decir feliz.
Algo dentro de sí mismo le advertía que Park Jimin tenía un crush con su amigo por todas las acciones y escenitas que comenzó a hacer desde que Taehyung se vio interesado por él.
Y aunque no eran bastantes porque el tiempo que transcurrió no era mucho, un gran ejemplo que podía dar era cuando el pelinegro quería quedarse un rato a solas con el luego de clases. A lo que Jimin guardaba sus cosas tan lentamente que exasperaba, por lo que a Taehyung no le quedaba más opción que no seguir con su juego. Cediendo ante lo que Park deseaba.