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Taehyung se metió en la parte de juegos para niños pequeños, más precisamente en una casita de plástico. Se sentó en una esquina, abrazando el peluche que recientemente había adquirido.

¿Cómo había confiado en Jungkook? O bien, ¿porqué le había traicionado de aquella manera? Él fue sincero y transparente con sus sentimientos, y creyó que Jeon también. Pero solo quería verle la cara de idiota como todos.

—Hey, Tae—Park se asomó por la pequeña entrada, encorvado lo más que podía. Bogum había llegado a él riéndose, diciendo que había logrado hacer que Taehyung desconfiara de Jungkook otra vez, y cuando Jimin vio al menor pasar corriendo no dudó en seguirlo—. ¿Estás bien?

—Aléjate de mí, seguro tú también lo sabías—sollozó, apoyando la cabeza en peluche de corazón rojo, buscando huir de él, de alguna manera—. ¿P-Porqué les encanta jugar así conmigo?

—¿Tú sabes porqué pelearon Bogum y Jungkook en la escuela?—suspiró, hincandose a su lado—. Cuando te fuiste, Jungkook les contó al resto que había planeado invitarte desde hace unas semanas, pero eso significaba entrar en la apuesta para determinar quién se quedaba con unos discos de vinilo que aún funcionaban. Él y yo desde un principio nunca quisimos participar en la estúpida apuesta, y claro que mí primo se molestó. No conmigo, creo que le importo menos que cualquier animal que se mueva a su alrededor, pero comenzó a decir cosas sobre el mismo Jungkook, y sobre tí, qué yo no voy a repetir.

—No te creo—lloró más fuerte, agarrándose la cabeza con las manos—, ¡no te creo! Ustedes me hicieron a-así de inseguro, ¿En-entiendes? Me cuesta mucho, Jimin.

—Taehyung, por dios—sollozó. Kim lo miró de inmediato, ¿por qué él lloraba también?—. ¿Piensas que el te quiso traer aquí para exponerte adrede? Cuando hablamos está mañana ni siquiera era su puto plan, me dijo que irían al acuario y al parque de diversiones, posiblemente también a cenar. No entiendo porqué vinieron.

—Yo quise venir. Cre-Creí que...—tiró de su cabello—, no lo s-sé, mierda. Ji-Jimin hyung... ¿Pu-Puedes decirle que venga? No tengo mi celular.

—Por supuesto—sacó su teléfono y rápidamente envío el mensaje a su mejor amigo—. Jungkook te quiere mucho, Tae. De verdad. E-Enséñale a amar...

—Lo haré, hyung.

—Porque yo nunca pude—Taehyung lo miró, la sonrisa rota en su rostro terminó por quebrarlo del todo.

Sin decir nada, Kim se acercó a abrazarlo. Quizá porque quién lo necesitaba no era nadie más que sí mismo, pero el mayor le correspondió palmeando suave su espalda.

Jungkook llegó en cuestión de segundos.

—¿Tae...? Oh—sus dos personas favoritas en todo el mundo estaban abrazadas en la casita para niños de kinder. Sonrió con ternura y se sentó junto a ellos—, yo también quiero un abrazo, egoístas.

—Idiota—Jimin sorbió su nariz, riéndose. Se puso de pié lo más rápido que pudo para evitar preguntas, y les sonrió desde arriba—, los veo luego chicos. No hagan cosas raras.

—Cuidate, Jimin—Kim le saludó con una mano, ahora poniéndole atención al chico a su lado—. Kookie, perdóname por la estupidez que...

—No, no. Tae, yo debería haberte contado antes... No encontré el momento, quería pasar un día bonito contigo y lo he arruinado todo.

—No arruinaste nada—susurró, tocando su mejilla. Besó de imprevisto los labios del mayor, tomándolo suavemente por la mandíbula, y sonrió tímido en cuanto se alejó un poco de su rostro.

—Tae, ¿qué...?—dudó, mirándolo.

El menor empujó a Jungkook por los hombros, haciendo que se recostara en el suelo, blandito por las gomas del suelo de la casita. Kim se posicionó con las rodillas a la altura de su abdomen, pero sin tocarlo, y lo besó con todas las ganas. Y es que, santo cielo, el bálsamo de fresas que Jungkook llevaba en los labios era delicioso y el se estaba volviendo adicto

» —No seguiste el consejo de Jimin—murmuró, sonriendo de lado. Colocó las manos en sus muslos rígidos por estar flexionados.

—Él lo dijo más por ti que por mí, estoy seguro—se rió, volviendo a atacar su boca. Chupó y mordió sus labios suavemente, explorando la boca ajena con la lengua.

—Mmhg—jadeó—, besas tan bien.

—Es que sabes a fresa—se excusó—, no lo puedo evitar.

—¿Ah? ¿Cómo?

—Tu bálsamo, tonto—se alejó unos centímetros.

—Pe-pero si yo no uso.

Oh, mierda. Taehyung realmente estaba cayendo por él, y no habían pasado ni dos días enteros.

(...)

Un par de besos y toqueteos "inocentes" más tarde, Kim y Jeon salieron de la zona infantil. No se quedaron demasiado tiempo en el parque, Jungkook quería ir a otro lugar más tranquilo donde pudieran estar solos y a Taehyung le había parecido una excelente idea. Después de todo, Kim no quería cruzarse con ninguno de sus Bullyies, y sinceramente prefería estar en un lugar con menos gente.

Prefirieron, en común acuerdo, caminar en vez de usar el ómnibus. Es cierto que Jungkook se quejó un poco al principio, sin embargo, Taehyung y sus labios bailando sobre los suyos terminaron por convencerlo.

Se dirigieron a una vieja escuela de arte, solo eran paredes altas sin techo —prácticamente, eran ruinas—, donde los jóvenes dejaban sus marcas con pintura. Tae se lamentó el no haber comprado alguna lata de pintura para contribuir a la causa, pero Jungkook fue más inteligente y con un ladrillo se adueñó de parte de una pared y escribió sus nombres. La ley era que, si dibujabas un círculo, cuadrado, o la forma que fuera, y dejabas tu firma ahí dentro, ese espacio te pertenecía y nadie tenía derecho a quitártelo.

Jungkook le prometió al menor que la próxima vez llevarían pintura para jugar un rato.

Mientras más charla, el sol más caía. Taehyung sintió algo de frío y supuso que era tiempo de regresar al pueblo. Jungkook asintió, no quería que la noche los atrapara tan lejos de la urbanización y mucho menos ser regañado por la señora Kim.

—¿Qué te pareció el día de hoy?—preguntó, rompiendo el silencio entre ellos.

Caminaban tomados de las manos; Taehyung con un brazo sujetaba el peluche contra su cuerpo, y Jungkook simplemente disfrutaba de la brisa fresca que movía sus cabellos.

—Productivo—contestó Kim, luego de pensar un momento la respuesta—, me gusta estar contigo. Siento que el tiempo se detiene... Y me gusta.

—Me alegra que después de todo la hayas pasado bien.

Kim asintió, dejando de caminar cuando estuvieron junto a una farola. Jungkook lo miró, sonriendo cuando el menor lo rodeó con los brazos por el cuello.

—¿Y tú?

—¿Yo qué?

—¿Te gustó nuestra primera cita?—preguntó, sin poder evitar el sonrojo que coloreó sus mejillas.

Jungkook acercó su rostro al de Taehyung, rozando su nariz con la contraria. Podía sentir la respiración de Kim mezclarse con la suya.

—A mí me gustas tú.

Espero les guste🥰

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©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

V-alentine's day (KOOKTAE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora