[*Capítulo Cincuenta y Cinco* Pt. 2]

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"Ella te entendió bien, ¿eh? Te advertí sobre ser un gatito curioso", comentó

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"Ella te entendió bien, ¿eh? Te advertí sobre ser un gatito curioso", comentó. Y con una sonrisa y un silbido, procedió a arrastrarla por el suelo, con las flechas y la estaca todavía incrustadas. Al entrar en el comedor, la depositó a los pies de John, que ahora, a causa de sus divagaciones, tenía una mordaza metida en la boca.

"¿A dónde fue Darcy?" Stefan comentó mientras se levantaba de su posición sentada en la cabecera de la mesa del comedor. Con las manos enguantadas, rodeó la mesa, causando que John se estremeciera cuando se detuvo frente a él para ayudar a Damon.

"Fue a buscar a su pequeño compañero de juegos... o lo que queda de él", los ojos de Damon brillaron con irritación. Gruñó, levantando a Isobel y sujetando sus brazos detrás de su espalda, asegurándose de mantener la estaca en su espalda en caso de que luchara para liberarse, mientras Stefan arrancaba las puntas de flecha. Aunque la verbena no la mataría, la cantidad que tenía fue suficiente para dejarla inconsciente por un rato, suficiente para atarla y amarrarla.

Stefan se rió, guardando las flechas en el bolsillo de su pantalón. "Oh, no me digas que estás celoso..." Damon puso los ojos en blanco. "Espera, lo estás. Esto es oro".

"Sí, ríete todo lo que quieras, pero cuando termine con Isobel, puedes apostar a que tú serás el siguiente. Ella te dijo que te quedaras con Elena".

Stefan se encogió de hombros, su diversión se desvaneció en una mirada de resuelta validación. "Tenía que asegurarme de que ella estuviera a salvo. Es todo o nada, Damon, y elijo ir con todo".

Una feroz emoción se apoderó de Damon. "Todo, hermano. Gracias a Darcy, te recuperé y no planeo perderte de nuevo. No solo la lastimaron, sino que también quieren matarnos, y tengo la intención de averiguar por qué. Prométeme, Stef, que lucharemos juntos. Darcella, tú y yo."

"Juntos", prometió Stefan, apretando el hombro de Damon y atando a Isobel a una silla con las cuerdas cubiertas de verbena. Hizo una mueca, el hedor acre le llegaba a la nariz y rezó para no ser nunca el que ocupara el lugar de Isobel.

*•*•*•*

John luchó por comprender si esta era su realidad o si su mente le estaba jugando una mala pasada. El vértigo y su cabeza confusa le dificultaron ver a través del borrón del brillo, empañando sus sentidos cuando Darcella emergió de la vuelta de la esquina con un objeto horrible en su mano. Las salpicaduras de sangre en su rostro armonizaban sus teorías, junto con sus manos manchadas de carmesí agarrando la cabeza desmembrada de Frank. Con los ojos muy abiertos, observó mientras ella esperaba hasta que Damon y Stefan aseguraron a Isobel junto a John antes de entrar completamente en la habitación y pasearse hasta la mesa del comedor y depositar la cabeza mutilada sobre la encimera de roble oscuro.

John comenzó a retorcerse cuando sus dilatados ojos azules se posaron en él. Ella sonrió mientras colocaba el Lanzador de flechas y estacas neumáticas que él había notado que estaba asegurado a su muñeca y se quitó el carcaj y las flechas atadas a su espalda, colocándolos en una bolsa de lona que ya estaba sobre la mesa. Murmullos de pánico hicieron gárgaras detrás de la mordaza que tenía en la boca cuando ella se quitó la chaqueta de cuero, revelando el arnés atado alrededor de su cintura y lo arrojó en una silla a su lado. Aunque no era el arnés en sí lo que lo asustaba, sino las elegantes dagas negras y las estacas de madera unidas a él. Su vista se desvió hacia las dos ranuras vacías.

Darcella: Abeyance || D.S & S.S ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora