Capítulo 23. Celos

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Estamos en Escala, Taylor y sus muchachos trajeron a Anastasia aquí. Casi le ruego para que saliera del estudio y comiéramos juntos, algo que ella misma preparó con la ayuda de Gael.

- ¡No! - me empuja - Christian hicimos un trato. - se queja cuando la beso y acercó su banco al mío. Comimos frente a la barra de la cocina.

- Solo te beso.

- Si empezamos no saldremos de aquí y ambos tenemos cosas que hacer.

- Tienes que comprar un vestido o déjame hacerlo.

- ¿Qué?

- Tenemos una fiesta con mis padres este fin de semana, es una fiesta a beneficio que hacen cada año desde que nos adoptaron.

- ¿Qué?

- ¡Dices mucho esa palabra! - beso su cuello, su sabor me encanta, paso mi lengua y se estremece.

- ¡Christian! - la muerdo un poco - ¡Sin marcas! Aún tengo las de Georgia. - sonrió.

- Taylor puede hacerse cargo, debe ser un vestido de noche.

- ¿Creés que es una buena idea?

- ¿Cenar con mis padres? No, pero tengo que ir y quiero que vayas conmigo. - muerdo su mandíbula.

- ¡Au! - creo que me excedí un poco - ¿Estás consciente de lo que te dije que iba pasar si esto volvía a dolerme?

- ¡Dijiste que ojo por ojo! - sigo besando su cuello.

- ¿Es un truco? - tengo los ojos cerrados y no alejo mis labios de su piel - ¡Christian! - la muerdo de nuevo - ¡Auu! - jala mi cabello y le permito empezar a morder mi labio, luego mi barbilla y sigue, justo en mi mandíbula, me muerde con la intensidad que yo lo hice y lo disfruto, jadeando. Estoy sorprendido de todo lo que me gusta que me toque y esté cerca, sigue respetando mi pecho y sabe los puntos que no debe tocar de mi espalda, pero fuera de allí, me encanta el contacto con sus piernas y su cuerpo entero.

- ¡Sigue! - disfruto sus caricias con los ojos cerrados y sonrió cuando clava sus dientes y succiona dónde sabe cubre mi barba.

- ¡No podré afeitarme!

- ¡No deje marcas! Fue despacio, repite su caricia y me hace gemir. - ¡Debemos irnos Christian!

- ¡Ana!

- Diste tu palabra.

- No la incumplo si tú quieres también.

- Trajiste a unos de los mejores editores al estudio, tengo que trabajar con él.

- El anciano es bueno, puede trabajar solo - vuelvo a besar su cuello.

- ¡Christian! - cruza sus brazos sobre mis hombros - ¡Ah! ¡Ahhh! - y empieza hacer esos pequeños jadeos que me vuelven loco - ¡No! ¡No! ¡No! El señor Taylor también te dijo que estarías ocupado.

- ¡Soy el jefe!

- ¿Qué pasa con poner el ejemplo?

- ¡Le diré a John consiga el vestido!

- ¿Seguro qué quieres ir conmigo?

- ¡Sí! Sí no, no iré y mi madre se va a molestar - descubro su hombro y recorro el camino con mis labios dando pequeños besos.

- ¡Christian! - gime - ¿Habrá prensa?

- Te pueden ver en un bonito vestido y superaremos al fin las fotos en pijama.

- ¡Gracioso! - me golpea - ¿Esa sí fue la primera broma? - niego.

- ¡No! Las fotos existen. - muerdo el huesito que se forma en la unión a su cuello, está muy me encanta, no puedo tener mis manos lejos de ella.

Anastasia SteeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora