𝗖𝗛𝗔𝗢𝗦 | | ʳᵒᵈʳⁱᵛᵃⁿ

•2•

3:00 AM.
La música estaba al palo, las luces parpadeaban de forma intermitente y nadie podía ver con quién estaban saltando, tomando o comiéndose.  La barra no dejaba de preparar bebidas y la gente no dejaba de tomar y quebrar a los costados del complejo. Dentro de la multitud, dos chicos bailaban (un poco muy pegados), captando algunas miradas y hasta fotografías de gente que los reconocían. Parecían ser ajenos a todo aquello, moviéndose y chocando sus cuerpos como si estuvieran acostumbrados a ser el foco de atención.

-HAGAN CASO, PA' LAS ROCHAS BESO Y PA' LOS GILES RAFAGAZO .- Del otro lado, un Rodrigo con más alcohol que sangre en las venas y dos vodkas con jugo en las manos, deambulaba por el lugar buscando a alguno de sus amigos. Se le había ocurrido la maravillosa idea de abandonar el grupo solo para conseguir más bebida, y ya no podía localizarlos con la vista borrosa y los desvíos que su borrachera tomaba. Se quedo reposando con el hombro izquierdo en una pared, con la cabeza baja esperando que así todo le deje de dar vueltas. Jamás había ido a una joda tan épica; solía ir a unas pocas en su ciudad natal o a boliches que no solían tener un espacio tan amplio, pero esto era completamente diferente.
Levantó su vista en un intento de enfocar aunque sea una figura humana, y la que vio hizo que se le dibuje una sonrisa de par en par.

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Un pelinegro bailaba muy animado con su grupo de amigos. A menudo lo interrumpían unas cuantas personas para sacarse foto con él, pero a este punto ya no le importaba.

Dejó de hacerlo a partir del tercer vaso.

Bailar con sus amigos era una de las cosas que más disfrutaba al salir en público, aparte de chuparse. Para eso de las 3 de la madrugada, la mayoría de gente ya se había sacado foto con él o bien estaban muy en pedo como para reconocerlo.

Se acercó a la barra y se pidió unos 5 vasos de vodka con speed.

-5 vasos de-, PARA, VOS SOS SPREEN?

Este miraba al hombre con cara de completa incredulidad.

-¿Quién pija es ese?

-Vos sos el streamer, dios amigo mi hermana es re fan de vos.

Ante la insistencia del bartender, el chico revoleó los ojos y dejó de intentar fingir.

-Mira hermano, no tengo ni cinco de ganas de escuchar lo mismo otra vez, vine a ponerme en pedo y terminar quebrado en una sanja. Así que mientras yo me saco una foto con vos para tu hermana, vos me preparas las bebidas rápido y con mucho alcohol, ¿Te parece?

Apenas terminó de hablar, el contrario comenzó a trabajar sin dudar. Le alcanzó medio tembloroso el celular y el famoso se saco rápidamente una foto medio movida por el medio pedo que llevaba encima. Al devolverle el celular, no había llegado a completar ni un vaso, por lo que supuso que era un novato y se limitó a esperar. Miraba a la gente bailar, todos en su propio mundo, algunos comiéndose la boca, otros bailando cuerpo con cuerpo, otros llorando en una esquina o tomando sin freno.

Le encantaba ese ambiente.
Eléctrico, energizante, como si nunca tuviera fin.
Obviamente le gustaba estar sentado en la comodidad de su set-up trabajando todo el día en nuevas ideas y stremeando 5 horas seguidas, pero las pocas veces que lo lograban sacar de su zona de comfort se convertía en otra persona.

Más libre.
Más divertido.
Más impulsivo.

Mientras estaba esperando, viendo como todo pasaba en cámara lenta, algo sujetó su vista.

Era ese chico que había visto al principio, que tanto le había llamado la atención.

Ese buzo holgado le daba un aspecto tierno, caminando desde la otra esquina de la barra en su encuentro. La gorra negra que tenía puesta, aplastaba las marcadas ondas que se le habían formado por la humedad y que casi cubrían sus hermosos ojos verdes que parecían destellar bajos las luces. Al llegar a su presencia, se chocó torpemente con el más alto tirando un poco del vodka de sus vasos. Los dejó con dificultad sobre la barra y le habló con más confianza de la esperada al contrario.