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El amor podría ser la cosa más hermosa que podría pasarle a alguien, pero también podría ser lo más doloroso.

Itachi amaba a Kazumi, la adoraba, y anhelaba estar con ella hasta el último día de su vida, añoraba algún momento junto a ella y su hijo, quería formar aquella familia que desde hace años soñó.

Fortaleció más su agarre a la cintura de la mujer a su lado y sonrió levemente, si bien sabía que esa escena solo quedaría en su memoria atesoraria lo que pasaba en esos momentos, pese a que después se arrepentiría, pues estaba haciendo algo que él no consideraba que mereciera.

— Si sigues pensando, y después te arrepientes, juro que haré que un tigre te muerda — aquella amenaza lo hizo sonreír.

La vio ponerse de pie, y estando en aquella posición pudo apreciar partes del cuerpo de la mujer que durante los años se habían desarrollado, incluso pudo apreciar mejor algunas cicatrices que a sus ojos eran la prueba de lo fuerte que era.

— Ya es tarde, mis niños deben estar preocupados — recogió su ropa y con calma se la colocó.

Itachi hizo lo mismo, pues pronto deshacería el genjutsu que había colocado, cuando estuvieron vestidos apropiadamente ella se acercó a él, y le dió un último beso, el cual él respondió creyendo ser el final de todo.

Ambos sabían que aquel amor que tenían no podía florecer, pues él era un renegado, y ella no, aunque fuera un amor sincero no podía ser.

— Te ayudaré a regresar, después de esto no creas que te dejaré ir — prometió la rubia agarrando con firmeza las manos del menor, no sabía cómo, pero haría lo que fuera para que su hijo pudiera relacionarse con él.

— Ya no tengo lugar ahí — rechazó, la mayor frunció su entrecejo y lo miró con enojo ocasionando que el pelinegro recordara porque no había que llevarle la contraria — quisiera que le des algo a Takeo — cambió de tema.

El Uchiha sacó un pergamino y tras hacer un sello apareció una caja de regalo.

— Espero le guste.

— Lo hará — Kazumi le dió un último beso como despedida tras haber recibido el regalo — Nos vemos luego — y sin dejarlo hablar saltó a la rama de un árbol para irse brincando entre ellos.

Itachi sonrió, ya había dejado caer el genjutsu, había disfrutado mucho de ese día, esperaba que si hijo no lo odiara, le había costado vivir con el odio de su hermano, el de su primogénito le dolería por siempre.

La idea de que su amada en verdad lograra hacerlo volver le hacía ilusión, ahora que sabía que tenía un hijo quería estar con él, y ayudarlo lo más que podía, quería que Takeo no tuviera una vida como la él tuvo.

Pero pronto, toda esa ilusión se vio derribada cuando recordó lo que hacía, lo que hizo, y lo que hará, por más que era por el bien de su aldea, sus actos eran atroces, y tenía que vivir con ello.

"No merezco estar con mi hijo... No merezco amar ni ser amado"

 No merezco amar ni ser amado"

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My Sweet Peace » [Uchiha Itachi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora