03

192 45 1
                                    

Mi mamá es una prostituta. Se llama a sí misma una call-girl o acompañante, pero en realidad es una prostituta. Me molesta. No por su profesión. De hecho, su "trabajo" ha mantenido comida en nuestra mesa y ropa en nuestros cuerpos durante años.

Ella es hermosa. Estoy seguro que es buena en lo que hace.

No, me molesta porque en algún momento durante los últimos dos años, se ha vuelto una drogadicta.

Tengo tres hermanos menores.

Creo que todos tenemos padres diferentes, aunque mamá jura que todos somos descendientes de un "tipo genial" llamado Young. Young es un nombre estúpido. Espero que esté mintiendo.

De cualquier manera.

Este tipo no ha estado alrededor por, oh... nunca.  Así que solo somos los "pequeñines", como le gusta llamarlos, y yo. Mi madre, en su egoísmo nebuloso inducido por las drogas, rara vez llega a casa. A veces dudo que recuerde dónde está la casa.

Los pequeñines ya ni siquiera preguntan dónde está porque están acostumbrados a su desaparición durante meses. Ha sido así por años. Seguiremos tanto como sea posible sin dinero, pero entonces el propietario comienza a llamar y tengo que encontrar a mamá.

Llamo a Kwon, el jefe de mi mamá. (también conocido como proxeneta) Cuando tengo que encontrarla. Kwon es un baboso, no hay sorpresa, pero siempre me pone en contacto con mamá. Ella atenderá el teléfono. Reirá, llorará, cantará y me dirá cuánto nos ama a todos y cómo lamenta haber estado lejos durante unos días. La verdad son meses, y que estará pronto en casa. ¿Quizás navidad?

Me muerdo la lengua a lo largo de la llamada, porque sé que son las drogas.  Sé que en el fondo mi mamá sobria nos ama y odia estar siendo tan egoísta.

Escucho y digo todas las cosas correctas:

También te amo

También te extrañamos

Sí, los pequeñines están haciéndolo bien en la escuela

Recuerdan quién eres.

Finalmente, antes de colgar, le preguntaré a mi madre por dinero. Ella se pondrá toda emocional y se llenará de culpa, me prometerá la luna y las estrellas. No quiero el sistema solar. Quiero comprar pan y no ser desalojados. Tomará unos días, pero al final el dinero irá a mi cuenta bancaria. Pagaré todas las cuentas. Lloraré hasta quedarme dormido y esperaré que podamos sobrevivir los próximos meses sin necesitar dinero de ella.

Los pequeñines no saben nada de esto.  Ellos piensan que nuestra mamá viaja por negocios. Están acostumbrados a que yo haga la cena, los arrope, establezca las reglas de la casa y cuide de ellos cuando están enfermos. Estoy acostumbrado a eso también. Me hace sentir seco en el interior. Porque sin una madre, no hay nadie para cuidar de mí.

Excepto Hyunjin.

Él es el porqué puedo manejar cosas como: Entrenar a una niña de tres años a usar el baño. Castigar a un niño de nueve años y enseñar a otra de once años.

Los pequeñines son más grandes ahora. Yuna tiene seis. Jeongin doce y Ryujin catorce.

Tengo dieciocho. Me siento como de cuarenta.

Ahora que todos estamos en la escuela durante el día, no tengo que preocuparme por pagar cuidado infantil, lo que es un gran alivio. Y ahora que soy legalmente un adulto, puedo recoger a los pequeñines de la escuela si se enferman, o en el caso de Jeongin, se meten en una pelea (afortunadamente, el primer año de escuela secundaria ha pasado sin incidentes). No solía ser tan fácil.

Camino dentro de mi casa y me aseguro que mi mamá no esté allí. Un par de veces durante los últimos años, ha vuelto a casa para "sorprendernos", por lo general, es un choque de trenes. Trato de prevenir que cualquier desastre choque contra los pequeñines. Como huellas que marcan de arriba a abajo los brazos de mamá o novios llamados Minsoo que huelen a sangre y orina. Es horrible.

Llego a casa veinte minutos antes que el autobús con los pequeñines. Es la parte más fácil de mi día. Son veinte minutos de ser un adolescente en mi casa.

Una vez que los pequeñines llegan a casa: Soy mamá. Soy papá. Soy la ley.  Soy enfermero. Soy maestro. Soy el ama de llaves. Soy el cocinero.

Soy el maldito Atlas de la familia. Estoy esperando que mi espalda se rompa. Hyunjin sabe. Él mantiene el mundo girando y me ayuda a llevarlo en mis hombros.

Saco mi tarea, enciendo la televisión, trato de terminar lo poco que puedo en estos veinte minutos. El tiempo vuela y pronto Yuna entra rebotando en la casa, seguida por Jeongin.

Yuna es feliz, llena de esperanza e ignorante. Me encanta su carácter.

Jeongin es escandaloso, en ocaciones sucio y temerario. También me encanta su carácter.

—¡Hola, Minmin! ¿Puedo tener un bocadillo?— Yuna me sonríe con su bonita cara.

La abrazo y tomo su pequeña mochila.

—Por supuesto, pequeña.— abro su mochila y saco sus letras para deletrear—.Trata de deletrear esto en voz alta mientras busco algo delicioso, ¿de acuerdo?

Ella comienza a deletrear sus letras de primer grado mientras corto una banana que esta más marrón que amarilla.

Ryujin entra.

Vamos a la misma escuela, pero tiene una clase tarde porque sus notas no fueron exactamente estelares el año pasado y ahora está reponiéndolas.

—Hola— digo. Ella murmura "hola" como respuesta. Es bastante fría. Aun así, me encanta su carácter.

—Tomen asiento, y saquen sus tareas.— me di cuenta hace un año que la única manera de conseguir que todos hagan su tarea es hacer que se sienten justo después de la escuela mientras comen algo. Las amargas protestas que los chicos me dan son las esperadas.

Beso la parte superior de la cabeza de Ryujin y apretó el hombro de Jeongin.  Ellos fingen odiar eso cuando lo hago. Pero en realidad, no lo hacen. Lo necesitan.

Agarro un par de manzanas a punto de dañarse, también empiezo a cortarlas. No necesito una merienda. Como todo lo posible en la escuela.

Los pequeñines pelean en broma en la mesa de la cocina mientras reparto los escasos trozos de manzana. La mesa se tambalea, recordándome poner algo debajo de las patas desiguales, cuando tenga la oportunidad.

Voy al fregadero para enjuagar el cuchillo. Miro por la ventana de mi cocina a la cocina de Hyunjin.

Su madre se tambalea por el fregadero y él está tratando de sostenerla con sus gentiles manos.

Mi corazón se rompe.

Miro el reloj. Son las 4:00 pm. Tengo cinco horas hasta que todo el mundo esté en la cama (o por lo menos en sus habitaciones por la noche). Cinco horas más hasta que pueda conectarme con la única persona que realmente me conoce.

Hyunjin.

𖦞 𝗌𝗍𝖺𝗋 𝗅𝗈𝗌𝗍 𖥧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora