Vendetta | JeffBarcode

Epílogo

No podía creer que tres años habían pasado tan rápido y estaba a punto de graduarse. Había conseguido un empleo formal al terminar sus estadías en una editorial reconocida que le permitía hacer su trabajo desde casa. Específicamente en la cabaña que su adorado novio había construido en el área que correspondía a su Santuario de Gatos que se llamaba "Los amigos de Juu"

Jeff seguía con su empresa de medicamentos que aún era la más poderosa de Tailandia y que se estaba expandiendo por toda Asia, Europa y recientemente el continente americano. La nueva sede de su compañía quedaba a solo veinte minutos en coche de su casa, algo que el mayor aprovechaba para comer en su hogar, siempre en compañía de su preciado gatito.

- Miau – chilló Jeff cuando llegó a casa para llamar la atención de Barcode que preparaba la cena.

- ¿Miau? ¿Por qué maullas? – preguntó entre risas – tú eres un mapache – haciendo referencia a que a su novio le gustaba ese tierno animal bicolor.

- Soy un mapache bilingüe – respondió haciendo reír a Barcode – Cariño... –

- Dime –

- ¿Mile y Apo han trabajado bien en el Santuario? – preguntó el mayor.

Esos jóvenes eran los que habían contratado para trabajar en el santuario de gatos debido a que se había vuelto muy popular y mucha gente los buscaba para que ayudaran a gatos en desgracia.

- Si, ¿Por qué? –

- Porque... – rodó los ojos.

- Jeff... –

- Iremos a Suiza –

- ¿Qué? – preguntó Barcode sin poder lo que había escuchado.

- Partimos al día siguiente de tu graduación –

- ¿Es una broma? –

- Por supuesto que no es una broma, cariño – lo abrazó con fuerza – recuerdo que cuando nos conocimos, tú pagaste la reparación de mi auto con tus ahorros para ir a Suiza –

- Jeff... yo... ¡No puedo creerlo! –

- Les avisas los chicos para que cuiden el Santuario y ofréceles quedarse en el cuarto de invitados para que no dejen para nada el lugar –

- ¿Cuánto tiempo nos vamos? –

- Solo puedo estar fuera dos semanas cariño – dijo Jeff – pero te prometo que cuando me libere de los negocios que tengo pendientes, te llevaré otra vez y estaremos más tiempo –

- Dos semanas es fantástico – sonrió el menor feliz.

Nada hacía más feliz a Jeff que ver una sonrisa en el rostro de Barcode. Se alegraba tanto que su estúpida venganza no hubiera dañado la hermosa relación que nadie nacido desde el primer instante que sus ojos se encontraron. Había sido tan estúpido al negar la atracción que sentía por su novio desde un principio. Atracción que se convirtió en amor, el más grande amor que hubiera sentido nunca.

- ¡No puedo creer que estemos en el Monte Pilatus! – exclamó Barcode mirando con ilusión la entrada al pequeño pueblo que estaba a las faldas de tan famoso monte en Suiza.

- Iremos a la cabaña y después al teleférico para ver el lago de los cuatro cantones –

- ¿Cómo es que sabes tanto de Suiza? – preguntó Barcode.

- La guía lo dice – Jeff levantó el folleto que había tomado de la agencia de viajes en la que planeó el viaje.

- Gracias por esto Jeff, te amo tanto, siempre me cuidas, me proteges y me consientes –