🔥 Capítulo No. 9 🔥

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— ¿Bailas conmigo? Zee preguntó.

— Pero no hay música. —dije tratando de mantenerme en pie, su mirada me estaba ahogando.

—Ese no es problema. — colocó una de sus manos en mi cintura.

Desde lejos una suave melodía llegó a mis oídos, pronto el lugar se llenó de música, y Zee me acercó más a él.

Coloqué una de mis manos en su hombro, comenzamos a movernos, su mirada estaba fija a la mía, mis pies se movían al ritmo de los suyos.

—Eres tan hermoso, Saint. —me susurró al oído, logrando que me mordiera mi labio inferior.

— ¿Por qué me haces esto? — pregunté invadido por las ganas de besarlo.

—Juro que no es mi intención.

Cerré los ojos y me relaje con aquella suave melodía, pegué mi cabeza entre el hueco de su cuello y su hombro izquierdo, cerca de sus mejillas, por algún motivo logré escuchar el latir de su corazón, aunque se escuchase como un murmullo.

¿El diablo tiene corazón?... Al parecer sí.

La música y el momento me llenaron por completo, sentía que podría pasarme horas así con él. Cerré los ojos y dejé que mis pies se movieran casi solos, relajándome a un alto nivel.

Zee Pov.

Saint quedó dormido. Sin ningún problema lo alcé en mis brazos, y me dirigí a su apartamento.

Esta situación ya me estaba cansando.

¿Qué voy a hacer con esto? Soy el diablo, tampoco puedo seguir así, me repetía.

Entre a la habitación y suavemente lo acomode en la cama.

—No, no te vayas… — me dijo adormitado. — por favor, quédate conmigo.

Sin pensarlo demasiado me acosté a su lado, Saint se acomodó cerca de mí, su bello rostro quedó contra mi pecho, tontamente me encontré colocando uno de mis brazos alrededor de él.

De verdad me siento un imbécil. Es un simple humano ¿Qué tiene de especial?

—Tal vez, es él. — dijo una voz muy familiar para mis oídos, levanté la vista y la busqué con la mirada.

— ¿June? — pregunté, y de repente apareció ante mí.

—Hola hermanito ¿Cómo estás?

—Ah… —suspiré. — Ya lo ves, mírame, parezco un estúpido humano. — ella solo rio.

—Tranquilo, te ves bien. — contestó divertida, yo suspiré mientras reía.

— ¿Cómo están las cosas allá abajo? — pregunté al recordar mi casa y a mis hermanos.

—Bien, por ahora puedo controlarlos. Con un fuerte grito se quedan quietos.

—Pobres, me deben extrañar. — Ella asintió levemente sonriendo. — ¿Qué te trae por aquí?

— ¡Tú, Zee! Me tienes preocupada. Sabes que tengo intuicion, y están a punto de explotar ¿Qué te sucede.

—No lo sé June. — eché un vistazo a Saint, quien seguía durmiendo profundamente.

—Creo que el problema es lo que tienes sobre el pecho. — posé la mirada en ella, ¿A qué se refería con eso?

June se acercó un poco más a la cama, se inclinó y se acercó al rostro de Saint, clavó la mirada en él, provocando que se moviera un poco.—Es él, hermanito. — dijo.

— ¿Qué? — le dije sin entender. Ella levantó su mirada hacía mí, sin alejarse de Saint.

— ¡Ay! ¡No te hagas el tonto! Sabes de lo que estamos hablando. Él es la persona que el destino ha puesto para tu camino. — Fruncí el ceño, June volvió su vista a él. — se supone que debía ser mujer, juro que cuando vea a Barba lo asesino. — se acercó un poco más. — Aunque es un hombre muy hermoso… Y tal vez se pueda hacer algo en cuanto a la procreación. — agregó, logrando incomodarme un poco más. Atiné a empujarla suavemente con mi mano desde su frente, alejándola de Saint, y reí.

—Qué graciosa eres. — pero ella no rio, logrando que yo dejara de hacerlo. Miré a Saint.

—No te rías del destino.

—El destino es un bueno para nada, no siempre sale todo como él dice.

—La mayoría de veces sí.

Cuidadosamente me fui alejando de Saint, tratando de no interrumpir su sueño, lo acomode bien en la cama y lo cobije.

Salí con June de la habitación antes de que los despertáramos con nuestra conversación, mi hermana rio divertida al ver donde estaba durmiendo.

— ¿Te resulta gracioso? — pregunté algo molesto.

—Lo siento, pero sí. — me contestó y volvió a reír, haciéndome fruncir el ceño. — Ya hermanito, no te pongas de mal humor. — calme mi expresión paulatinamente. Y recordé mis aflicciones de hace rato. Me senté en el sofá.

—Juro que me siento muy extraño. — dije mientras refregaba mi rostro con mis manos.

—Lo sé, por eso vine.

— ¿Qué debo hacer? — June se sentó a mi lado.

—Eres el diablo, el ser más temido en todo el mundo, un ser malo, despiadado, vil y muy mentiroso… Pero, aunque no puedas creerlo, también tienes algo bueno.

—Sí, claro. — solté irónico.

— ¿Acaso piensas que el yin-yang lo hizo un loco que estaba ebrio? — preguntó, giré a verla. — Dentro de lo bueno, siempre hay algo malo, y dentro de lo malo, siempre hay algo bueno.

— ¿Y qué es? ¿Qué es eso bueno que tengo yo? — pregunté confundido. Vi a June sonreír.

—Busca dentro de ti, busca que ya lo vas a encontrar. — se puso de pie. — solo sigue a tu…. No tan usado corazón. — concluyó y desapareció.

June me dejó con una extraña sensación dentro.

La duda.

Nunca tuve duda en mi vida, siempre fui alguien seguro de mí mismo, de mis acciones, de mi mundo, de todo. Nunca sentí nada por nadie, ni lastima, ni admiración, ni amor. Aunque, es obvio que siento cariño por mi hermana, y un poco de aprecio por mis hermanos, y eso es algo bueno… Creo.

Me puse de pie y caminé hasta la habitación, Saint dormía profundamente. Guiado por lo que June llama “mi corazón”, me acerqué a la cama y me acosté junto a él. Se movió un poco y me abrazó contra él, inundó mis sentidos con su aroma.

Cerrando los ojos, vi pasar frente a mí la soledad de mí eternidad.

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QUIERO VENDER MI ALMA AL DIABLO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora