11- tentación

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—¡Anny!

La voz de Katy suena potente en mi oído.

—Anny, despierta, te llama tu madre al teléfono —insistió y apenas pude abrir los ojos y tomar mi teléfono.

Me levanto y  tomo la llamada.

—Hola, mamá —saludo con mi voz y rostro adormilado.

—Hola Anny, ¿te has olvidado que tienes familia? que mala hija eres —reclama con una voz chillona e insoportable.

Ya empezamos el día así.

—Ay madre, no estoy para discutir, sabes que nunca salgo con mi celular, eso interrumpe mi clase y tú más que nadie me has enseñado eso —le recuerdo, levantando mi voz.

—Bien, para que veas que yo no soy tan protectora, no te reclamaré nada, pero aceptas que hiciste mal en no llamar a tu padre para decirle, que al menos que llegaste bien.

Ella tiene razón, no llamé a nadie de mi familia y sé que mi padre se habrá sentido mal.

—Si madre, perdóname, desde ahora seré más atenta con ustedes, y sí quiere saber como estoy, yo estoy perfectamente. Aquí las chicas son amigables —miento, pero no puedo decirle toda la verdad, me sacaría de la universidad y es lo que no quiero.

—Me alegro Anny, y bueno, te dejo para que vayas a clases.

Al colgar la llamada me fijo que son la 7:30, rayo tengo clase a la 8:00 debo apresurarme.

Con urgencia me doy una ducha, no tenía tiempo para vestirme de la ropa de mi amiga,
necesito irme de compra, pero por hoy seguiré vistiendo con mi ropa. Tomo lo primero que veo, sin combinar absolutamente nada.

—Ay amiga, de nuevo estás vistiendo horrible, hoy te parece a la india María —opina Katy, como siempre, tan sincera.

—Que me importa, no impresionaré a nadie, vámonos —respondo abriendo la puerta para irnos.

—Anny, pero tú dices que no quieres que nadie se entere de tú virginidad, pero de la forma en que te viste, todos notaran que ere virgen.

—No sabía que la ropa se definía por ser Virgen o no, así que no creas en bobadas. No me importa nada en este momento, sólo quiero llegar a clase. —Miro mi reloj en la muñeca—. Mierda, faltan 5 minutos —exclamo acelerando mis pasos. Voy tan rápido que no miro hacia para los lados, casi estoy llegando a mi salón pero antes de hacerlo, siento un golpe que me hace caer.

—No de nuevo —gruño porque por ser tan rápida y ciega, no me he dado cuenta de lo he causado, y ahora estoy encima de un chico.

—L-lo s-siento —me excuso y Katy me ayuda a levantarme. Tras hacerlo, veo como ella se aleja para hablar con Bruno, que le hace señas desde lejos.

—No hay problemas, creo que te conozco —dijo el chico, frunzo el ceño, es alto, rubio y delgado, es guapo pero no me gusta.

—No... no creo conocerte, discúlpame, debo entrar a clase —contesto, pasando por su lado para llegar al salón.

Y no puede ser, Joe está aquí, está hablando con la chica que ayer estaba con Tania, creo haber escuchado que se llama "Rosy", y no se ha percatado que estoy aquí, pero jamás imaginé que el estudiara administración, aunque nunca le pregunté cual carrera ejercía.

—Oye —me detiene una mano, me giro y es el rubio que chocó conmigo—. Soy Andrés, el chico que te ayudó en la fiesta, ¿recuerdas? yo te dí los lentes que se te habían caído cuando la chica te pegó —explicó, sosteniéndome de la muñeca.

Por siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora