Al abrir la puerta de mi habitacion, salí en silencio solo haciéndose escuchar mis pasos por el pasillo.
Caminando fuera de la zona 2 , habia un pequeño grupo de tres hablando, estaban tan interesados en su propia platica que podía ser algo poco inusual de lo que hablaban.
Ignore su comportamiento y seguí caminando, de pronto un policia pasa por mi lado y me empuja con su hombro.
me dí la vuelta para que me diera la cara este bastardo.
—¿que sucede, mal parido? — pregunte — no te han follado este día o ¿cual es tu problema?.
-¡Buff! — suspiro causando un sonido extraño.
—a gemir a otra parte —dije sonriendo de oreja a oreja de manera burlesca.
— eres un simple y enfermo bastardo.— volteando sus ojos con despreocupación.
— este enfermo y bastardo te puede hacer mierd* en un segundo — lo amenace levantando ambas cejas y dándole la espalda.
— vete al carajo — dijo levantando un arma,era una pistora que saco desde su cinturón apuntando hacia mi cabeza.
— si me matas atente a las consecuencias —dije con sobriedad — y si no, guarda la que mostrarla no sirve de nada.
Su falta de valentía la hizo bajarla y que se marchara sin decir una palabra, que extraño. pensé.
-siguiente capitulo: La secuestada.