El Rey - IAGS

35

— Ay, no... Ya no puedo con esto. — aventé el lápiz a la mesa dónde estaba mi tarea.

Ya estaba en exámenes finales, a nada de terminar este calvario llamado universidad. 

Lo único que me ponía feliz, es que iba a ser una preocupación menos. Pues ahora sólo me enfocaría en sacar adelante mi carrera y trabajo. Ya no más estrés académico.

No había pasado mucho en todo este tiempo, consideraba que todo era normal.

Mi relación con Iván, iba bien. Obviamente altas y bajas, y por ello, me refiero a que últimamente casi no nos veíamos; él por el trabajo, y yo por la uni. 

De hecho, antier acababa de llegar de la sierra con su papá. Él, Alfredo, Ovidio y Édgar se habían ido dos semanas para allá. Según Frida y Elsa era parte de su trabajo ausentarse tanto. Pero de ahí en fuera, todo bien.

Por otra parte, también había mejorado mi relación con mi tía Zynthia. Nos contábamos todo... Bueno, no todo. Pero sí considero que hasta me podía conocer mejor que mi papá.

Había encontrado una especie de cercanía, que quizás no estaba del todo bien, pero podía considerarla como mi mamá, pues era lo más cercano.

También me presentó a la demás familia, por ello, me refiero a mi tío Carlos, su esposa e hijos. Y mis abuelos sólo lo vi por foto, porque desgraciadamente habían fallecido unos cuántos años atrás.

Cuando la familia de Iván se enteró sobre mi situación con mi tía, en una ocasión hubo una reunión en casa del señor Ismael. Y le empezaron a tirar carrilla a Iván sobre Vicente, que era su tío y cosas así. 

Y para el aguante de mi amorcito, obviamente se enojó.

Pero independientemente, me ponía feliz poder tener a mi familia conmigo.

Qué más... ¡Oh, sí!

Por primera vez, presencie la primera escena de celos por parte de Iván. O bueno, la primera donde casi me hace un berrinche.

Verán, todo comenzó...

FLASHBACK

— Crees que si le guste a Gris. — le enseñé la imagen de referencia del bolso a Iván.

— Sii. — dijo sin importancia — Ella se encasqueta hasta el molcajete cuando se arregla. Otra bolsa más a su colección. Sí le va a gustar.

Me reí y lo besé.

Me iba a bajar de la camioneta, hasta que noté que Iván le había dejado el seguro a mi puerta y cuando volteé a verlo, él ya estaba caminando a mi puerta.

Botó el seguro de todas las puertas y abrió la mía. 

— Porque si la dejaba abierta, capaz y te me escapas. — me tendió su mano para que me pudiera bajar.

— Qué muchachito tan caballeroso... Se merece un premio. 

Se paró firme, poniendo sus brazos hacia atrás y sacó el piquito, pidiendo un beso.

Obviamente para mí no era un pesar dárselo. Así que lo hice. 

— ¿Tan chiquito?. — preguntó desanimado. 

— Sip. Luego te mancho de labial. Y es rojo. 

— No me importa. Yo quiero uno todo atascadote como lo que te doy en la no... — lo callé con un beso un poco más profundo. 

— Nos estás exhibiendo. Y apúrate que tu hermana nos está esperando. 

...

— Pues yo si pienso que Sam Smith y Adele, son la misma persona. — dijo Ale. 

— Por dos. No tengo pruebas, pero tampoco dudas. — la apoyó Gael. 

— Quiéen sabe. — solté. 

— ¡Gris!. — le gritó Joaquín llamando su atención — Te buscan en la puerta. 

— Ah, sí, sí. Ya han de haber llegado. ¡VOOY!. — se fue corriendo. 

Ale, Gael, Scarlet y Ovidio siguieron hablando sobre demás temas sobre conspiraciones. Honestamente no me gustaba mucho eso, porque siempre me dejaba con más dudas, que respuestas.

De repente escuché que demás voces masculinas y entre ellas, la voz de Gris, se acercaban a dónde estábamos.

— Weeey. ¡No mames!. — susurró alto Gael.

Apenas le iba a preguntar que qué pasaba, cuando varias personas llegaron a nuestro lado.

Esas personas eran Héctor, Esaú y Bryan. Los "amigos" que hicimos en Mazatlán.

Cuando la mirada de Héctor chocó con la mía, me sonrió. Y para yo no ser grosera le hice el mismo gesto. Pero eso no le bastó.

Pues antes de saludar a los demás, se acercó a mí y besó mi mejilla.

— ¡Ese compa ya está muertooooo, nomás no le han avisadoooo!. — escuché a Gael y Ovidio cantar.

— ¡Hola, Denise!. Cómo has estado. — me preguntó animadamente.